Manel Aisa
Conocí a Alfredo Bonano gracias a Luigi Brignoli en el verano de 1993 cuando organizamos la Exposición Internacional del Anarquismo en las cocheras de Sans de Barcelona, donde acudió una inmensa mayoría de anarquistas de medio mundo, donde los debates, por primera vez desde hacía muchísimos años tomaban cuerpo y porque no decir, que tomaron sentido, y donde parecía que de nuevo las adrenalinas de cada uno de nuestros compañeros y correligionarios se entrecruzaban con proyectos que ya nunca más se han llegado a reorientar, al menos en este espacio geográfico.
Fue un tiempo de esperanza, donde de nuevo podía parecernos que se retomaba el camino truncado de aquellos años de euforia libertaria entre 1976 y 1978.
Por ese temor, los políticamente correctos, dieron la orden a la prensa del país, de vendarse los ojos y no mencionar para nada, todo aquello que estaba ocurriendo en Barcelona con la Exposición de Anarquismo Internacional, y teníamos allí cada día tomando nota a los periodistas barceloneses, pero no podían publicar nada y menos sobre lo que se estaba viviendo en las cocheras de Sans, además del anarquismo y la autogestión que allí se compartía.

Mientras que había prensa internacional, empezaban los informativos de sus cadenas de Televisión, con las imágenes y las opiniones que salían de aquellas cocheras de Sans cargadas de anarquistas de medio mundo.
Por lo demás, Alfredo Bonano acudió inmediatamente a Barcelona, al día siguiente del inicio, después de una llamada de teléfono de Luigi Brignoli.
Una vez Bonano en Barcelona, incomodaba muchísimo su presencia y también la de Luigi Brignoli que desde primer momento cubrió la infraestructura que pudiera necesitar o desear el propio Alfredo Bonano, lo cierto es que llegó con una exposición de libros en Italiano sobre sus insureccionalismos, nada despreciable, pero que apenas tuvo la oportunidad de presentar su material en formato de libro.
Por mi parte, solo llegué a leer en la primera etapa de libertario, de los años 70 el libro publicado por la editorial Campo Abierto sobre La Autogestión. Han pasado 50 años y apenas puedo dar detalles de la lectura de aquel libro.
En mi pequeño garito repleto de papeles, me hice con el ejemplar de La Autogestión, estaba muy manoseado y hecho polvo , y sustancialmente subrayado, por lo que entiendo que lo leí y alguna cosa saqué de aquel ejemplar que seguro me hizo plantearme muchas preguntas.
Volviendo a la Exposición Internacional del Anarquismo del 93, Alfredo Bonano tuvo su espacio en aquel lugar, se notaba por diferentes delegaciones que su presencia resultaba algo incomoda, al igual que la de su amigo Luigi Brignoli, un extraordinario anarquista italiano que estuvo con los partisanos en la Segunda Guerra Mundial en Italia luchando contra Benito Mussolini y sus camisas negras. Era Luigi un ferrerista que en Italia había montado la editorial Vulcano,
Visto con perspectiva, creo que ninguno de los dos tuvo el espacio que merecía, aunque Luigi tuvo un Estand dedicado a Ferrer y Guardia donde buena parte de los participantes en las jornadas no perdían la oportunidad de fotografiarse junto a él, su malestar, su incomodidad al sentirse, un poco digamos menospreciado, me lo hicieron entender, aunque eran situaciones difíciles de corregir debido a que personalmente no tenía capacidad para intervenir.
Mi contacto con Bonano, fue eso, escaso, pero de respecto por un compañero que acababa de salir de la cárcel, que hacía ya en aquel momento, lo que pensaba y tenía muy claro quién era su enemigo, no solo eso, sino que en los dos momentos que estuvimos los tres juntos, (Bonano, Brignoli y yo) me hablo varias veces de Josep Lluís Facerias. Y, en resumidas cuentas, entendí que era una de las personas que le habían marcado su vida, al menos, entendí que tenía una empatía con el personaje que sin duda, era su referencia evidente, que proyecto su sombra al largo de su vida.
Ya no recuerdo con exactitud si me dijo que llegó a conocer personalmente a Josep Lluís Facerias, pero sí que, al menos, era su referencia, su ideal como anarquista, y de alguna manera trato de seguir su ejemplo de lucha por la dignidad de las personas.
Después volvió a ser retenido y creo que la última que estuvo preso y detenido fue en Grecia en 2009.
Fuere como fuere, ya ninguno de los dos, ni Bonano, ni Brignoli están entre nosotros, pero si guardo un profundo recuerdo de ambos que durante un tiempo, alimentaron mi conocimiento.
Gracias