El papel de los medios anarquistas en la sociedad contemporánea

Centro Studi Libertari

Desde su fundación en 1976, el Centro de Estudios Libertarios / Archivo Giuseppe Pinelli ha buscado formas de combinar el trabajo archivístico, dedicado a preservar la historia y la memoria de los anarquistas (a través de sus documentos, libros, periódicos…) con el esfuerzo por mantener activa y productiva una reflexión sobre el propio anarquismo y su papel en el mundo contemporáneo.

A lo largo de los años, esto ha ocurrido a menudo gracias a una relación privilegiada con la prensa escrita que ha hecho posible la estrecha colaboración entre el archivo y algunos proyectos editoriales «primos», iniciados o gestionados por el mismo grupo fundador que creó el CSL, como las publicaciones A Rivista anarchica (de 1976 a 2020), Volontà (de 1976 a 1996) y Semi sotto la neve (desde 2021); así como las editoriales Antistato (1975‐1985) y elèuthera (desde 1986 hasta la actualidad).

En 1992, el Centro de Estudios se dotó de una herramienta propia para concretar de manera sistemática la tensión entre el trabajo archivístico y el contacto con el presente, el Boletín semestral. Esta publicación nos ha permitido realizar un trabajo historiográfico a partir del material de archivo (tanto propio como de otros sujetos con los que mantenemos una red de trabajo) y desarrollar nuestro propio método historiográfico con el objetivo de promover un tipo de memoria «no museística», que siempre intentamos poner en diálogo con el presente.

A lo largo de los años, hemos definido este enfoque de la historia del anarquismo mediante diversas expresiones: periodismo histórico, historia menor, historia desde abajo, historia pública. El significado de estas palabras está estrechamente relacionado con nuestra lectura de la historia del anarquismo y los anarquistas, así como con nuestra forma de entender qué significa

«escribir historia». Para nosotros, la historia del movimiento anarquista es un proceso profunda‐ mente colectivo, que ciertamente ha expresado sus figuras carismáticas, sus grandes teóricos y propagandistas capaces de dar una forma más precisa al ideal y sugerir formas de acción para realizarlo, pero que sigue siendo sobre todo un trabajo diario incesante por parte de legiones de «simples» militantes, a menudo anónimos, que forman esa red y ese tejido conectivo que es la verdadera savia vital del anarquismo. No es casualidad que hayamos intentado constantemente dar un rostro, un nombre y una voz a estos militantes anónimos; cada número del Boletín dedica la portada y un cover story (un breve artículo biográfico) a una de estas personalidades, y a menudo publicamos transcripciones de entrevistas y testimonios recopilados en los que los propios militantes hablan en primera persona. Al seguir la vida, la acción y el pensamiento de estos «anarquistas de al lado», intentamos ir más allá de las grandes narrativas, centradas precisamente en grandes personajes y momentos decisivos, y escapar de esa narrativa épica que demasiado a menudo termina produciendo mártires y «santos anarquistas», oscureciendo la realidad de la vida vivida.

De aquí surge directamente nuestro enfoque historiogrfico, predominantemente no académico y no estrictamente científico, orientado más hacia la historia desde abajo y la historia oral (en este sentido, «historia pública» para nosotros es simplemente una reciente versión académica de estos términos). Es decir, nuestro interés se centra más en contextualizar y ubicar los documentos originales que elegimos publicar (con su carácter coral), más que confirmar literalmente la veracidad de los contenidos y las fuentes; radica en la recolección y preservación de memorias, de las múltiples formas de vida en las que se expresa esa inseparable unión entre pensamiento y acción que constituye la identidad anarquista.

No se trata de «escribir Historia» con mayúscula, por lo tanto, sino de contar historias a partir de los documentos y materiales que tenemos en nuestro poder. Es nuestra intención que las historias de las que tratamos no estén cerradas, sino que continúen hablándonos y enseñándonos, de una forma u otra, sobre nuestro presente. Y esto es aún más importante cuando el presente parece confuso, indescifrable u hostil. Para seguir imaginando (y posiblemente practicando) la alternativa, estas formas de vida —y de pensamiento— son un recurso imprescindible.

«Pensamiento y acción», entonces. Si con las cover story y los testimonios exploramos un poco más el lado biográfico y de acción, en el Boletín también encontramos espacio para el «pensamiento». De hecho, intentamos que el Boletín sea un espacio donde promover debates y reflexiones sobre temas actuales a partir de materiales históricos. Un ejemplo es el último número, el 61, que contiene un dossier donde proponemos una discusión sobre el tema inagotable de la violencia y la no violencia, y en particular sobre la cuestión dramáticamente actual de las posiciones de los anarquistas frente a la guerra, a partir de reflexiones y documentos históricos sobre la Revolución Española (en particular, una carta escrita por Simone Weil a Georges Bernanos en 1938).

El Boletín también mantiene la atención en las investigaciones originales. Siempre invitamos a estudiantes e investigadores (italianos e internacionales) con los que colaboramos a enviarnos un extracto de sus trabajos, ya sea que hayan «extraído» materiales de nuestro archivo, o simplemente se ocupen de temas de nuestro interés.

Además del Boletín, vale la pena mencionar entre nuestras publicaciones la serie de Cuadernos del Centro de Estudios Libertarios, iniciada en 2018. Estos volúmenes representan el intento de combinar la metodología historiográfica del CSL con las corrientes de investigación intelectual sobre el anarquismo (y la necesidad práctica de su constante renovación) que siempre nos han interesado. De hecho, se trata de una serie de biografías militantes de representantes, más o menos conocidos, de un cierto tipo de anarquismo contemporáneo; es decir, de esa generación que se encontró, de una forma u otra, revitalizando el anarquismo en la segunda mitad del siglo XX, unida por el fuerte deseo de iniciar una profunda reflexión sobre el anarquismo para volver a conectarlo con una sociedad en rápido cambio, manteniendo vínculos con el anarquismo clásico (por ejemplo, a través de la lucha contra Franco). Dada la estrecha afinidad de intenciones, entre ellos se encuentran y se encontrarán muchos nombres ya vinculados a la historia y actividades de nuestro Centro de Estudios. Como nota final, encontramos fundamental para nuestro trabajo recurrir no solo a las herramientas impresas, sino también a las digitales. El contenido de nuestras publicaciones suele reproducirse en el sitio web del CSL (www.centrostudilibertari.it), junto con una cantidad ingente de documentos y contribuciones que, por su volumen o naturaleza, difícil‐ mente podrían encontrar espacio en papel; sin embargo, pueden contener estímulos intere‐ santes para la reflexión o la investigación. En los últimos años, combinando nuestra metodología historiográfica básica con las posibilidades de las herramientas digitales, también hemos iniciado proyectos de archivo digital, destinados en este caso a «dar vida» y «hacer hablar» a conjuntos de archivos (para saber más: https://centrostudilibertari.it/it/ven84-homepage. En este caso también, una serie de documentos y materiales originales se contextualizan y se relacionan, se insertan en una narrativa más amplia (o mejor dicho, en varias narrativas) mediante la creación de rutas digitales y a lo largo de los testimonios orales.

La naturaleza digital de todos estos materiales permite una difusión mucho mayor de los contenidos y el alcance de un público más amplio, elementos que, además de satisfacer el principio fundamental para nosotros de compartir la memoria contenida en nuestro archivo, también nos han permitido ampliar el círculo de nuestras colaboraciones y contactos. En conclusión, para nuestro Centro de Estudios, la actividad editorial, en sus diversas formas impresas y digitales, así como en sus diversos aspectos gráficos y comunicativos, además de ser una forma de compartir conocimientos, es ante todo un «desafío» diario que nos enfrenta a un mundo constituido por culturas y sociedades en constante cambio, recordándonos que el trabajo archivístico e historiográfico corre el riesgo de ser autorreferencial si no se entiende como re‐elaboración y diálogo constante.

Circolo Anarchico Ripa dei Malfattori / Foto: Marco Trovò. CC BY‐NC‐ND 2.0 Deed

El Colectivo del Centro de Estudios Libertarios / Archivo G. Pinelli

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