Del 13 al 15 de Mayo
Rafael López Ampliato
Lunes
El móvil marca las cuatro y cuarto. Aquí en la facultad de Filología en lo que más que una guardia es el momento de calma que precisa leer, pensar…
Ha sido un día tenso, intenso desde que amaneció. Todas sabíamos lo que tocaba ya desde temprano, hoy era el día elegido por la asamblea. El día en que tomamos el espacio público para ejercer nuestro derecho a la protesta y a la defensa de cualquier pueblo ante esas mismas o parecidas circunstancias.
Eso mismo hemos hecho. Ante las medidas de seguridad-y amenazas previas- tomadas por el rectorado: la postergación de su rúbrica a nuestro comunicado, hasta casi acabada la asamblea, con lo limitante tanto de la participación de la acampada, restringida a la comunidad estudiante; como el de las áreas de uso- que son públicas.
La deliberación ha conducido al rechazo de lo tratado de imponer por el Rector y a la “okupación” y acampada en la entrada principal del Rectorado. Allí donde “las cigarreras” hicieran tantas otras huelgas, allí en el corazón económico-financiero y turístico; ese era nuestro lugar. Firmes y en calma avanzando entre la seguridad hacia las puertas. La bandera de Palestina es izada entre gritos, abrazos y clamores. No pocos miran entre los barrotes de la cancela. No se si alguna vez se puso esta bandera aquí en un recinto “oficial”. Solo se que mañana habrán de verla alta en pleno Caso Antiguo de Sevilla. Los viajeros habrán de intuirnos entre las tiendas de campaña, recuperando el honor perdido de la juventud revolucionaria; cuanto menos agitadora, crítica…
Al momento, tras esos instantes de euforia, se pone en marcha la pseudoorganización. Se forman de manera voluntaria los comités-variados tantos- y se procede a la instalación de la acampada protesta-la huelga de estudios. Comidas, tiendas, sillas, mesas, sacos, más organización, pensar respuestas al rectorado…yo me apunto para echar una mano en el comité de seguridad, y aquí me hayo, ejerciendo oficio. A la luz de la Luna no hay tinieblas por aquí en el Común de los comunes. Mecanización flexible de las acciones organizadas-rápido- y transformadas cuando la ocasión lo requería.
Dando solución a los intentos de los “seguratas” de dejarnos sin luz, sin agua y baño. El acceso ha sido ganado, la electricidad “emprestá”, como el agua y tantas otras cosas. Sevilla nos apoya y aunque los miedos a que se quede en el mero acampar y muera con él, que no crezca el número de participantes de praxis, están ahí. Aún así, ya es fantástico estar aquí haciendo política no dejando solas a nuestras compañeras en las facultades, y a Palestina.
Las horas vuelan “parriba” y “pabajo”, asamblea larga, cena y a guardar esta pequeña sociedad recién formada. Vertiginoso siempre la formación y el desarrollo de estos movimientos tan vivos, tan contradictorios, nuevos; como si hubieran nacido antes del parto.
No son pocos los medios que pían sobre nosotros tachándonos de vándalos, violentos e incumplidores de nuestra palabra; lo que denota los esfuerzos por parte del rectorado de imponer su relato. Su exigencia a nuestro cumplimiento de unos puntos exigidos e impuestos, no dialogados. Ellos y su verborrea, nosotros y nuestra imprudencia, nuestra inocencia. El dulce sabor que deja en la boca, el orgullo tan grande por estas valientes compañeras. Ahora comienza lo más difícil. Temores, opresión, diferencias, ansias de poder de gestión, rifirrafes, mal entendidos, elitismos, discrepancias…un sin fin de posibilidades que enfrenta antagónicamente el Ego y el Común. Autogestión inmanente-de dentro de la Universidad-, transversal-hacia a fuera a los recintos de trabajo, los barrios, colectivos…-, anti jerárquico, autocrítica. Con una pretensión democrática en Asamblea, desde el respeto y la horizontalidad; evitando caer en superioridades, ambiciones, creencias, por pensar o desear poseer la razón.
Martes
Despierto en la Universidad, en una “Haima” prestada por los compañeros saharauis. Despierto solo. Me acosté el último y el último que me levanto, el campamento ya está en vida y movimiento. Mosquitos pululan mi cara decidiendo en que lugar y en que momento, es mejor darme un aguijonazo. Me obligan insistentemente a salir.
Al salir de esta tienda suprema, la tranquilidad se esfuma. Mareas de gente asoman sus perlas por lo alto de las verjas, buscando encontrar tiendas, consignas y a la “juventud” en lucha. Personas que entran a visitar, saludar, a informarse, a ayudar y dar ánimos. De diferentes edades, clases…todos vienen con su granito de esperanza puesto en nosotros. La llama, la llama de la conciencia. El fuego que Prometeo birló a los Dioses, que nosotros quitamos al Capital, que es presente y futuro; lo nuevo brotando, desbordándose ante la mesura, rebosando marcos, límites, perspectivas…
Algunos dejan dinero para ayudar, ofrecen consejos, saberes, experiencias anteriores, etc. Compañeras estudiantes nos preguntan qué hace falta y lo consiguen antes de entrar en sus respectivas clases: pan, agua, mantas, y un largo etcétera de cuestiones logísticas que suponen la condición de posibilidad de estar un “largo”-indeterminado- periodo aquí acampadas. No son pocos los representantes-no en ese sentido académico burocrático- que pasan a ayudar, a montar, participan de nuestras asambleas, traen alargaderas, herramientas y demás.
Participantes de la huelga de profesores y estudiantes, vienen animan y disfrutan de esta acampada libre auto gestionada que hemos emplazado en este edificio patrimonio histórico.
Asamblea donde tocamos puntos de gestión, cooperación y comunicación, donde se pelea tanto por asentar una línea de actuación con las instituciones de poder y tratar de acostumbrar a las participantes a aceptar el trabajo, funcionamiento y decisión precisamente al calor de la asamblea. Hay diferencias que merecen tiempo de maduración y discusión, de disfrutar de esta experiencia política de conformación de un contrapoder.
La misión es aprender; la verdad equivocarse.
El camino aprender equivocándose.
Dos asambleas diarias. Realizamos la segunda justo al cumplir veinticuatro horas en los terrenos del pueblo cedidos a la Universidad de Sevilla. Afianzados, el campamento mejora, supera complicaciones y problemas, resuelve y camina. Las condiciones de posibilidad de ampliar el mismo se van volviendo reales. La presión, la posición que obligamos al rectorado a tomar ante nosotras. Avanzamos firmes contra el genocidio.
La noche, tan viva en la acampada, el número de tiendas y personas en aumento, dotan de felicidad, de sentido al estar aquí. Pareciera que no hay otra opción de hacer otra cosa que esto mismo: molestar, exigir, rechazar, luchar.
No es fácil hacer de contrapoder, superar-al menos gestionar-las contradicciones en organización y toma de decisiones ante el control a la espera del fallo por nuestra parte. Resistir depende de un diálogo consciente, de una voluntad tan férrea como flexible, lúcida pero no perfecta: real, natural, dialéctica que dirían algunos…
Se acerca el segundo día donde la formalización del establecimiento permitirá apertura de actividades variadas y voluntarias, llenarán los días e irán construyendo poco a poco este movimiento asambleario.
Miércoles
La “estabilización” de la acampada atrae ya también los ojos curiosos no de los que miran con orgullo sino recelo; policías secretas nos cuentan-siguen de cerca nuestro crecimiento-, algún nazi suelto mirando en la distancia. Se cuelan televisiones buscando sacar caras o cualquier palabra desafortunada o malentendida para llenar una portada. Acoso y dudas crecerán conforme pasen los días que vuelan más entre puntos del día, la organización de la organización, que en actividades protesta o de suma de participantes.
El calor todavía no ha llegado, el sol da tregua. Noches frescas, frías para los poco acostumbrados andaluces aquí afincados. Resistiremos más cuanto más tarde llegue su dureza. El agua correrá vertiginosamente y se agotará, la pesadez de un calor que apenas deja pensar…
La tarde muestra tanto nuestros potenciales como nuestras carencias o errores. Potencialidad en cuanto a la protesta en concentración delante una vez más, del Rectorado. También con nuestra charla particular en concienciación por el día de la Nakba. Testimonios de refugiados “dobles”, de gazatíes con los que enlazamos en procesos de escucha con estos agentes que nos transmiten saberes. Lucha real, la voluntad de ser, de volver.
Pero también nos muestra debilidades cuando entramos al juego de las instituciones y jugamos en su campo. La falta de coordinación provoca el desbordamiento de las compañeras. Se votó ante la proposición del CADUS-Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla- que iríamos a personarnos y establecer demandas no discutibles, que se materializaban en la exhortación o invitación a los mismos y al Rector a la asamblea. Fueron, y aunque resistieron, recibieron dardos por todos lados, fueron expuestos-en sentido de salir a la palestra nombres de Delegados participantes de esta asamblea- y hemos perdido un tanto. La legitimidad en el discurso y la supremacía en la praxis.
Es tremendamente complicado gestionar tantos perfiles, deseos, ambiciones y comprensiones. Pero ver a tanta gente joven reunida escuchándose atentamente, dialogando, proponiendo. Se valora menos de lo que parece, parece menos de lo que realmente es; pero vale mucho en este mundo donde los oídos sordos o taponados son la norma, la costumbre. En un mundo donde cuesta soportarse “a sí», hemos encontrado la forma de resistir, de pelear, de ser juntas.
Centrarnos más en esos momentos de apoyo mutuo, de ayuda constante y de consciencia y posicionamiento ante injusticias, abusos; que no tienen cabida en este lugar. De encuentro, de afinidad, de verdad.
La asamblea aún con sus distensiones y retrocesos por reabrir, lo ya cerrado, tiene momentos mágicos. La participación de compañeros cantando ante la asamblea, la lectura del manifiesto de la acampada granaína defendiendo a nuestras compañeras represaliadas en Valencia por el CNP. Como en una partida de ajedrez, balancean las pulsiones entre institución y asamblea, donde el Estado espera su momento para salir en pos de sus centros de Formación del Obrero Especializado-aka la Universidad. Hemos instituido comenzar todas las asambleas con una recopilación de información Palestina del día, tanto de ataques de Israel, como de la Resistencia. Parece tontería pero significa que se empiezan a hacer cosas mas que a decir.
La cena tan maravillosa, lentejas preparadas por una Asociación de Mujeres del Pumarejo por la mañana, lasaña-mi elección- y un bollo pan, gazpacho, bocadillos de embutido. Buen rollo, risas, compañerismo, amistad. X nos deja una tienda de campaña sin conocernos de nada, solo porque V se lo había dicho. Dormimos Marina y yo por primera vez juntas en la acampada.
El campamento, crece, nos hemos reorganizado. Tomar el siguiente césped es el objetivo. Tiendas y tiendas, consignas, partidos, organizaciones entre los arboles, al raso en el césped que acoge esta pequeña sociedad que brota con la primavera.