El maestro que prometió el mar

Charo Arroyo

Dirección: Patricia Font 
Guion: Albert Val
Año: 2023
Duración: 110 min.

Hace ya unos años leí en un periódico la noticia de un maestro que les prometió ver el mar a su alumnado de un pueblo de Burgos y que no pudo cumplir su propósito porque fue uno de los que fueron asesinados en la guerra civil.

Leí la noticia con ternura y rabia. Comentaban que se había sabido esta historia al producirse una exhumación de una fosa común en un pueblo cercano a Bañuelos de Bureba, en La Pedraja. Un fotógrafo que presenciaba la exhumación escuchó a paisanos del pueblo que ahí estaba el maestro de Bañuelos que marcó a una generación de pequeños estudiantes.

En el artículo se recogía que sus propios alumnos y alumnas fueron los que dieron a conocer la promesa que les hizo un maestro con unas propuestas de dar las clases de manera innovadora. Y como era de la costa catalana les prometió que conocerían el mar al finalizar el curso. Pero vino el golpe de estado y fue asesinado.

Pues resulta que sobre esa historia Patricia Font ha rodado una película basada en la novela de 2013: “Desenterrando el silencio. Antoni Benaiges el maestro que prometió el mar” de Francecs Escribano, que recoge los días que pasó Antoni Benaiges, maestro tarraconense, en un pueblo de Burgos, Bañuelos de Bureba, donde llega destinado por la II República ejerciendo sus enseñanzas con métodos innovadores y expulsando a la iglesia de la escuela. Integraba a los niños y niñas en el proceso educativo. Llegó con una imprenta, con ella los mismos alumnos y alumnas imprimieron sus cuadernos y, gracias a la familia de Benaiges que en su día les había enviado el propio Antoni, se han recuperado varios de ellos.

En la película se refleja una sociedad inmovilista y anclada en el pasado, a pesar de comprobar los progresos de las y los estudiantes. Y en esa sociedad gris, sometida a la opinión y deseos del cura, parece florecer la esperanza de un cambio con las risas de los niños y niñas que eran educados en comunión con la naturaleza, con reconocimiento de la igualdad entre personas y el respeto sin tener miedo al maestro pero, aunque en apariencia se aceptaba al maestro, en realidad no se aprobaba su actividad política reflejada en los periódicos de la provincia ni su alejamiento de la iglesia.

A lo largo de la película la sonrisa brota de forma espontánea ante escenas tan tiernas de los niños y niñas practicando con la imprenta, con la reacción del cura cuando le manda a sus labores con toda educación, etc. Sin embargo, el comienzo estremece. Un grupo de personas de la Sociedad Científica Aranzadi está realizando la exhumación de una fosa (como llegó a ser conocida la historia de este maestro). Durante la película se refleja la angustia que supone que el paso del tiempo vaya viendo desaparecer a testigos de la historia sin poder cumplir con el deseo de las víctimas de recuperar los restos de sus familiares.

La figura del maestro ha sido relanzada y recordada en el pueblo donde ejerció sus teorías de la nueva pedagogía, seguidor de la pedagogía de Freinet. De hecho, se ha constituido la Asociación Maestro Benaiges con la intención de: “queremos continuar regando la semilla que hace tantos años, nuestro maestro, plantó con tanto mimo en nuestro pueblo”.

En resumen, una historia tierna y dura, como es la vida. Una película para reflexionar y para disfrutar de las enseñanzas innovadoras que se pusieron en marcha durante la II República. A mí, personalmente, me llevó a pensar en cómo ha sido la enseñanza que he recibido. Y también cómo es la actual.

Yo os recomiendo ver la película a pesar de saber el final de Antoni Benaiges. Hay muchas más historias en la película que acompañan el relato de la vida del maestro y merece conocerlas, como es la lucha por hacer efectivos los principios de Verdad, Justicia y Reparación.

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