¿Qué Venezuela queremos?

Octavio Alberola
Octavio Alberola Suriñach lleva ochenta años pensando, viviendo y luchando desde posiciones ácratas. Pertenece a una generación de luchadores que vivió los acontecimientos del siglo XX como protagonista: la guerra, el exilio, la precariedad de la clandestinidad, las luchas internas dentro del anarquismo de la posguerra y las grandes luchas sociales alrededor del mundo. A sus 96 años no abandona la lucha ni deja de pensar el mundo del siglo XXI.

En tanto que libertario, la Venezuela que desearía no es la actual oficialista ni la que propone la Oposición institucional. Ni una ni la otra son proyectos de justicia social y aún menos de una sociedad de igualdad y funcionamiento horizontal. Las dos inscriben la economía en las estructuras del capitalismo global: con la primacía del Capital sobre el Trabajo. Es decir: todo lo contrario de lo que los libertarios deseamos.

Dicho esto y siendo consciente de que desear no es suficiente para conseguir lo que se desea, es obvio que solo avanzaremos hacia ello defendiendo nuestro proyecto de sociedad y que es más posible hacer eso en una sociedad dominada por el proyecto neoliberal (el de la Oposición venezolana) por ser claramente capitalista. Puesto que en la sociedad dominada por el proyecto socialista-chavista no solo las libertades democráticas son menores o inexistentes, sino que, además de ser más limitada nuestra posibilidad de acción, es el tener que luchar contra esta demagógica falacia lo que hace aparecer el proyecto neoliberal como mejor alternativa ciudadana y que el pueblo explotado renuncie a luchar por su emancipación.   

Esto es lo que está sucediendo en Venezuela, en donde la necesidad de luchar contra la Dictadura, para volver a la Democracia, encalla el proceso histórico emancipador, como ha sucedido en Rusia, China, Cuba…  

De ahí la necesidad de ser conscientes de la urgencia de salir de las dictaduras populistas para que el dilema vuelva a ser capitalismo y barbarie o socialismo auténticamente libertario.

Adjunto el mensaje que me ha enviado desde Venezuela el compañero Rafael Uzcátegui:  

Mensaje como venezolano a mis amigos dentro del movimiento anarquista y punk internacional

Feliz día. Personalmente, durante muchos años, he sido víctima de la incomprensión sobre nuestras alertas y denuncias sobre lo que significó el modelo de dominación bolivariano. Hoy, los sectores populares del país son los principales protagonistas de la rebelión contra un monumental fraude electoral ocurrido el pasado 28 de julio, del cual para los interesados existen todas las evidencias fácticas.

Ayer 29 de julio ocurrieron por lo menos 210 protestas en todo el país. La indignación de las multitudes hizo realidad cualquier sueño anarquista sobre la revuelta: Estatuas de Hugo Chávez derrumbadas, ataques e incendios contra instituciones estatales y sedes policiales, en protestas autoconvocadas, sin centro y de actuación descentralizada. Para hoy se espera que la respuesta represiva sea cruel y feroz. Les pido que hagan una mirada horizontal a lo que está sucediendo, y no sólo a la disputa de élites sobre el poder. Sólo gente como nosotros le puede dar un contenido autonómico, y potencialmente anárquico, a esa energía popular desbordada en las calles de Venezuela. Todo lo que puedan amplificar de las luchas DE LA GENTE ayudará a disipar la miopía impuesta por las izquierdas hegemónicas internacionales sobre Venezuela, de la cual lamentablemente buena parte del anarquismo internacional ha decidido amplificar dicha ceguera.

Finalmente, no hay posibilidad de actuación para los movimientos sociales autónomos y autogestivos en ausencia de esas libertades democráticas que calificamos como “burguesas”. Sólo regresando al juego democrático, con derechos humanos, es que puede volverse a pensar para Venezuela una posibilidad de construir una alternativa antiautoritaria, de inspiración ácrata, para las mayorías.

Un abrazo
Rafael Uzcátegui

Un comentario en “¿Qué Venezuela queremos?

  1. Así como distinguimos entre el capitalismo a través del chavismo y el capitalismo a través de las típicas repúblicas neoliberales, también es conveniente, a los fines de interpretar la realidad, que no es lo mismo el imperialismo chino que el imperialismo del atlántico norte.

    Ha dicho:
    Dicho esto y siendo consciente de que desear no es suficiente para conseguir lo que se desea, es obvio que solo avanzaremos hacia ello defendiendo nuestro proyecto de sociedad y que es más posible hacer eso en una sociedad dominada por el proyecto neoliberal (el de la Oposición venezolana) por ser claramente capitalista. Puesto que en la sociedad dominada por el proyecto socialista-chavista no solo las libertades democráticas son menores o inexistentes, sino que, además de ser más limitada nuestra posibilidad de acción, es el tener que luchar contra esta demagógica falacia lo que hace aparecer el proyecto neoliberal como mejor alternativa ciudadana y que el pueblo explotado renuncie a luchar por su emancipación. 

    Mi observación:
    La experiencia indicaría que, llegar a una posición o situación como remedio o escape de otra situación desesperante por la opresión y la injusticia, no nos remite necesariamente a esa situación ideal deseada. Una mala realidad no necesariamente generará por reacción el paso a una realidad buena y deseada.
    El neoliberalismo nos dice, “por tu esfuerzo dentro de estas reglas o por el azar, tu situación llegará a ser mejor, o la deseada por tí. Pero depende de ti. Nosotros desde el gobierno generaremos y garantizamos las condiciones para que tu esfuerzo lleve a tus objetivos”. La historia ha demostrado que no es así, pero la mayoría de las personas lo cree, es la ideología del sistema continuamente machacado por todos los medios posibles. El otro capitalismo, el del ‘estado de bienestar’, también promete algo similar pero te dice que el Estado te va a ayudar o a auxiliar para llegar a tus objetivos, que no depende sólo de ti personalmente. Y este capitalismo del estado de bienestar fue posible por un período y ahora está en extinción. No es objeto de esta intervención fundamentar por qué surgieron y por qué los están extinguiendo ahora.
    Ante la situación de neoliberalismo, una de las reacciones posibles son los populismos, que incluyen la demagogia y los lideratos personalistas. Otra reacción posible son los procesos de socialismos de características marxistas variadas, que incluyen también la demagocia y los lideratos personalistas.
    En todos los casos, el aparato de propaganda tanto expresa como la subliminal trata por todos los medios de imponer su ideología. Y en todos los casos lo que permanece es la cultura del patriarcado.
    Se supone que es aquí donde reside la diferencia de la propuesta anarquista, sin líderes patriarcales, sin los “representantes” o mediadores de las repúblicas sean estas capitalistas o socialistas. La propuesta libertaria es la misma para todas las situaciones que se presentan hoy en el panorama internacional, monarquías, capitalismo neoliberal, capitalismo del estado de bienestar, capitalismo populista, socialismos. Todos incluyen el elemento esencial, el Estado, que es garante de un sector del conjunto con privilegios, la injusticia social. El Estado no sólo es garante de privilegios sino que los genera, hay una delegación del Poder y desde allí, ante recursos escasos o no, se reparten bienes, cuotas de poder y privilegios. No es cuestión de la moral de los agentes del Estado, es la situación de concentración de Poder lo que lo genera. Así como en las monarquías absolutas no eran cuestión de la suerte de un rey bueno o que llegue un rey malo, el problema era la monarquía, e irremediablemente la burguesía los eliminó reemplazándolas por las repúblicas para que manejen el Estado, sistema político que garantiza privilegios heredados por la clase de la nobleza y los nuevos, propietarios de medios de producción, los capitalistas.
    Las situaciones de cambio social se han dado históricamente ante etapas de regímenes opresores extremos: monarquías como la los Luises franceses, los Zares rusos, los invasores de Indochina, los dictadores como en Cuba. Los resultados los tenemos a la vista, solucionaron un problema y generaron otro que tiene una etapa con cambio favorable de las condiciones de vida pero a largo plazo no pueden resolver las situaciones de injusticia en lo social. Permanece el Estado y se cultivan los lideratos, aparecen los sectores privilegiados, no se resuelve la injusticia social aunque se han producido cambios que mejoraron la situación.
    No es posible acá discriminar los grados y características de esa injusticia, sólo decir que no es lo mismo el extremo de una monarquía absoluta en un lado y una república de base marxista en el otro, ya que hay un conjunto de variables que incorporar en el análisis como por ejemplo el papel del imperialismo capitalista atacando las nuevas experiencias sociales.
    Por eso, es dable permitirse decir, que la propuesta libertaria está en el final del proceso histórico de las sociedades humanas. Viene al final. Viene ahora, pero tiene problemas para darse a conocer, tiene problemas para superar todo el individualismo que traemos dentro nuestro introducido por las culturas de los sistemas sociales del presente y del pasado, y que ha sido y continúa siendo cultivado y propagado. Debiera ser nuestra tarea presentar la propuesta libertaria cualquiera sea la condición del medio social en que nos desenvolvemos: evitar dependencia del Estado, acción directa sin intermediarios “representantes”, promover e incorporar en los grupos humanos el autoconsumo y la autosuficiencia, la ayuda mutua en todos los órdenes de la vida social, promoción de las relaciones interpersonales presenciales y afectivas soslayando en lo posible la mediación virtual. Con un proceso desde lo particular a los general. De la experiencia grupal comunitaria a la experiencia de una confederación de comunidades regionales, o como se lo quiera llamar.
    Por la información que disponemos, el chavismo si bien ha mejorado las condiciones de vida en vastos sectores de la sociedad, con el actual crecimiento económico está desarrollando las famosas clases medias que son donde mejor anida el individualismo, dando una esperanza de ascenso social estratificado pero dejando fuera de ellas a las mayorías sociales. La limitación ideológica del chavismo habría impedido que el proceso de auto-abastecimiento de alimentos de nivel nacional, que es un importante logro, se llevara a cabo en forma asociativa comunitaria, condición que hubiera significado un avance social muy importante pero dentro de cuyo proceso, muy probable, quede espacio de desarrollo libertario. Nuestros amigos libertarios venezolanos nos podrían ilustrar mejor de este proceso que estamos resaltando.
    Un abrazo solidario.
    Autonomía y libertad, siempre.

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