Chomsky&Mujica. Sobreviviendo al siglo XXI

Paco Marcellán

Saúl Alvídrez
Debate, Barcelona, 2023

El encuentro entre Noam Chomsky (Philadelphia, USA, 1928) y José (Pepe) Mujica (Montevideo, Uruguay, 1935) en Montevideo en 2017, promovido por el autor de este excitante libro, sirve de escenario para analizar en profundidad y a través de un fluido diálogo entre los tres, con una escasa y puntual participación (una de mis objeciones a la presentación del texto) de Valeria Wasserman y Lucía Topolansky, compañeras de Chomsky y Mújica, respectivamente, visiones compartidas sobre la realidad actual y las perspectivas para abordar los problemas del futuro.

Descubrir a Chomsky (el sabio del norte que proclama «un piensa por ti mismo») y a Mujica (el sabio del sur que exalta el hecho de que «el verdadero triunfo es levantarse cada vez que uno cae») es la guía de esta dinámica narración del autor, activista mexicano que tuvo que huir de su país a Bolivia y Ecuador tras las revueltas universitarias en la que es conocida como la Primavera Mexicana de 2012 y como consecuencia de su involucración en el movimiento estudiantil #yosoy132. Como señala el autor, la visión del mundo de Chomsky y Mujica le llevó a conocer una izquierda desconocida para él, la que denomina izquierda de la izquierda (pensadores y activistas como Bakunin, Proudhon, Emma Goldman, Kropotkin, Rudolf Rocker) lo que le permitió comenzar a «explorar mi propio temperamento, que siempre fue anarquista y yo no lo sabía» (página 22).

La presentación de Chomsky, cuya biografía no es tan conocida entre millennials y centennials como su obra, nos muestra la conjugación de un intelectual que comparte la pasión por el conocimiento lingüístico con el análisis riguroso de los conflictos internacionales desde el apoyo a los pueblos oprimidos por el capital global y el imperialismo estadounidense (Vietnam, en los orígenes de su compromiso activista, Palestina, desde la perspectiva de un judío antisionista, Timor Este, Centroamérica, la región Caribe, Chile, Colombia, México, como ejemplos del patio trasero USA, Irak, Afganistán, entre otros). En cuanto Mujica, vinculado a la lucha del movimiento Tupamaro desde los inicios en los años sesenta, detenido en cuatro ocasiones sometido a torturas físicas y psicológicas, pasó 15 años de su vida en duras condiciones de aislamiento y subsistencia que, según sus palabras, le llevaron al borde de la locura y la muerte. En 1985, al concluir la dictadura militar, pasó a formar parte del Frente Amplio y desarrolló una intensa actividad política como diputado, senador, ministro y presidente de la República Oriental del Uruguay (2010‐2014). Un referente para acercar la práctica política al pueblo y saber conjugar vida y compromiso.

El libro se estructura en conversaciones agrupadas en dos grandes bloques (¿Cómo hemos llegado hasta aquí? y Valores para el siglo XXI) con un epílogo titulado El Quetzal.

En el primero de los bloques citados, aparece una reflexión sobre perspectivas de supervivencia en la que se ponen de manifiesto la crisis de los refugiados como muestra de la grave crisis moral y cultural de Occidente, los desastres ecológicos y la carrera armamentística que afectan a la supervivencia de la humanidad, la batalla cultural (Mujica afirma, ver página 75, que «mi generación cometió un error de ingenuidad: creyó que el cambio social era solo cambiar las relaciones de producción y distribución en la sociedad, y no se dio cuenta del papel que cumple la cultura. El capitalismo es también una cultura y hay que contestarle con una cultura distinta […]. Creo que todo esto es la lucha de la solidaridad contra el egoísmo»), la disrupción tecnológica (según Chomsky, «la tarea de la izquierda es crear condiciones sociales y culturales en las que los aspectos benignos y constructivos de la tecnología y la automatización sean los prominentes [….]. El avance de la economía y de la tecnología, si tiene un destino de crear y tratar de multiplicar la felicidad humana, bienvenido. De lo contrario, puede ser un mundo desastroso; podemos ver un tipo de dictadura que nunca ha visto la tierra»). Junto a ello, el auge del neoliberalismo y el neofascismo como caldo de cultivo de un autoritarismo rampante en un marco internacional en el que asistimos a la decadencia del imperio americano, la crisis latinoamericana con una disfunción notable entre modelos en fase de autoaniquilación (Nicaragua, Venezuela, Cuba), las experiencias de gobiernos de «progreso» que no ponen en práctica ningún empoderamiento de los «de abajo» frente a la gestión «desde arriba» (Chile, Colombia, México, Brasil) y la restauración del autoritarismo en base a la seguridad y recetas económicas ultraliberales (Ecuador, Argentina, El Salvador). En ese sentido a la pregunta «Latinoamérica ¿faro de esperanza?» responde Mujica señalando que «las principales fuentes de resistencia son los trabajadores y la gente joven» (página 111). Finalmente, el rol de Europa, ¿tan lejos de Rusia y tan cerca de Estados Unidos? se ha visto reforzado en los últimos cinco años con los conflictos en Ucrania y Gaza, pero esta situación no es contemplada en el libro dado el momento en que tiene lugar la conversación.

El segundo bloque conjuga temas como amor y vida, felicidad y libertad, comunidad y solidaridad (Mujica, página 157: «antropológicamente el ser humano es un bicho socialista; el devenir y la historia lo hicieron capitalista […]. La propiedad nos separó de la cooperación»), democracia y autogestión (Mujica, página 166: «la autogestión es la incorporación del sentido de dirección colectiva de la gente que trabaja, es aprender a gestionar en grupo el lugar donde uno trabaja, y lo tiene que hacer con un espíritu abierto y de participación democrática […] Debemos salir de la época en que nos ordenan, nos mandan y obedecemos; nos tenemos que autordenar y automandar»). Todo ello, lo complementa Chomsky con una ilustrativa reflexión sobre el anarquismo (página 170): «El concepto de anarquismo cubre un espectro muy amplio, basado en una pregunta clave: ¿Por qué cualquier forma de autoridad —la que sea— es legítima? ¿Por qué es legítimo que alguien tenga autoridad sobre otro? ¿Por qué es legítimo que haya estructuras jerárquicas? […] Cualquier forma de autoridad, dominación y jerarquía debe ser desafiada a justificarse a sí misma y si no es capaz de justificar su existencia —como suele ser el caso— debe ser desmantelada». Concluye el bloque con una reflexión sobre el papel de políticos e intelectuales y la contraposición entre las sociedades indígenas (el Pueblo del Cóndor), centradas en cómo sobrevivir en interacción con la naturaleza de una forma que preserve y no destruya, frente al Pueblo Águila (nosotros) que lo que sabemos es cómo destruir.

En el epílogo, el autor promueve la idea de que, de cara al futuro, millennials y centennials constituyen la naciente humanidad del Quetzal, síntesis de la gente del Cóndor, más sensible y más en sintonía con la energía femenina, apegada a sus sentidos, al espíritu y a su relación con el mundo natural, y la gente del Águila, orientada a lo racional y la energía masculina, seducida por el intelecto y el mundo material, y su traducción en un desarrollo científico‐tecnológico que facilita estructuras de poder jerárquico que anulan los potenciales beneficios colectivos. Chomsky afirma que «el paradigma de la izquierda es fomentar las ideas libertarias, que desafían y superan la jerarquía y la autoridad, que ponen las decisiones sobre la vida en manos del pueblo, desde la propiedad y el control de una empresa por los trabajadores hasta la eliminación de las estructuras patriarcales o casi cualquier otra estructura social que se te ocurra» (página 219). Las expectativas de Mujica en el papel de las jóvenes generaciones «es que piensen por sí mismos» con una notable reflexión autocrítica: «Nuestras generaciones los traicionaron a ustedes; les hemos impuesto a los jóvenes del mundo la tarea de rescatar la civilización de nuestro fracaso».

Concluyo recomendando la lectura de este libro en el que aprendemos de la experiencia de Chomsky y Mujica como elementos de referencia para nuestro activismo libertario tanto presente como futuro. Como complemento al libro, recomiendo acceder a materiales documentales accesibles en YouTube como Chomsky y Mujica #ParaHablarEn Libertad así como Chomsky&Mujica y que constituyen un excelente soporte audiovisual del mismo.

4 comentarios en “Chomsky&Mujica. Sobreviviendo al siglo XXI

  1. No salgo de mi asombro, que en una página libertaria se le dé difusión a un libro que ensalse a Mujica -Chomsky por lo menos no ha sido presidente- que además de gobernante -que de por si debería repelernos- fue un operador para los poderosos y los ex dictadores…en esta época de comunicación al instante seguimos mas desinformados y «veletas» ideológicamente….me han desilusionado, creí que era un lugar de discusión entre anarquistas pero veo que se quiere ser tan amplio que es una publicación más de las tantas
    Desde Uruguay les escribo y les mando material para que se desasnen, y no precisamente de anarquistas, sino de gente de izquierda afin al Frente Amplio, es decir estatistas, no anarquistas…para que les quede clarito…escuchen lo que dicen, y espero le den difusión, como otra opinión -mas bien hechos, no «palabritas lindas», que es de lo que habla el libro-…., salud

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  2. estimado heroic1f96de33af
    que le está afectando?
    – ¿La sencillez de la vida de Chomsky y Mujica?
    – ¿La claridad de sus ideas?
    – ¿La valentía de sus vidas?
    – ¿El legado de humanismo que nos legaron?
    – ¿La honestidad con la que expresan sus ideas y deseos?
    – ¿O no encontrar ningún resquicio para desacreditarlos?

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