Título original: Le Théorème de Marguerite
Dirección: Anne Novion
Año: 2023
Duración: 112 min.
País: Francia
Paco Marcellán
Esta mirada interna al mundo de la investigación matemática tiene como protagonista a Marguerite Hoffmann, una superdotada estudiante de doctorado en la École Normale Supérieure (ENS) de Lyon. Los progresos en su tesis doctoral, bajo la dirección del profesor Laurent Werner, se traducen en un manuscrito que entrega para revisión a su director de tesis y que, como es habitual en el mundo de las matemáticas, debe confrontar en una presentación ante los colegas de la ENS para, posteriormente, enviar sus resultados a una revista científica de referencia. Su trabajo da pautas para la resolución de la una conjetura formulada en 1742 por Christian Goldbach y que se enuncia de la manera siguiente: Todo número par mayor que 2 puede escribirse como suma de dos números primos. En palabras de G. H. Hardy, uno de los grandes matemáticos del pasado siglo, “probablemente la conjetura de Goldbach no es solo uno de los problemas no resueltos más difíciles de la teoría de números, sino de todas las matemáticas”.
Marguerite está convencida de que ha encontrado la clave para llegar a la solución y está preparando su exposición con el espíritu de quien se sabe triunfadora. Pero es una total inadaptada al mundo real de su entorno y es incapaz de establecer relaciones con nadie, a excepción de su madre, profesora de matemáticas en un instituto de bachillerato y que vive pendiente de ella. Calzada permanentemente en aulas y pasillos con zapatillas, sus compañeros y compañeras la consideran una friqui, pero ella pasa olímpicamente porque su eje vital es la investigación cuasi-obsesiva en la conjetura de Goldbach. Cuando en una entrevista, al comienzo de la película, una periodista le pregunta por su pasión por las matemáticas, Marguerite no duda en responder: “No podría vivir sin ellas”.

La explicación de sus avances sobre la conjetura de Goldbach en un anfiteatro de la ENS es acogida con expectación por los asistentes, maravillados por la evidencia irrefutable de sus propuestas. Ante la objeción planteado por un colega, Marguerite se queda en blanco porque de momento no tiene respuesta y, de paso, su director de tesis permanece mudo. ¿Puede haber un paso en falso en sus conclusiones? En ese caso, ¿su propuesta quedaría invalidada? Herida en su orgullo, todo su mundo se viene abajo y abandona precipitadamente la sala, renunciando a continuar su trabajo doctoral. Todo ello, agudizado por la decisión de su director de tesis de acoger un nuevo estudiante, Lucas Savelli, con una notable ambición matemática.
Marguerite cambia sus rutinas y busca un horizonte de sociabilidad desconocido para ella. Por una parte, está Noa, su compañera de piso, que le descubre un mundo posible de alegría y sensualidad a través del baile y una relación abierta con sus compañeros y, por otra, su conocimiento del Mahjong, un popular juego chino, que se practica clandestinamente en un comercio del barrio en el que viven y que le permite obtener dinero fresco para pagar el piso compartido con Noa.
Pero su obsesión matemática no disminuye y contacta con Lucas para trabajar en el problema que había dejado abierto, utilizando para ello las paredes del apartamento convertidas en pizarras donde “experimentar” con los cálculos y contrastar ideas que conduzcan a la solución. De ese trabajo a dúo surge un sentimiento de atracción personal que conducirá a un final feliz, tanto emocional como científico, que dejamos en expectativa para los espectadores.
Tres ejes hay que resaltar en el discurrir de la trama. El primero, el mundo de los superdotados, con sus dificultades para adaptarse al mundo real, convivir de forma «normal» y establecer vínculos afectivos o simplemente sociales que no generen narcisismo como refugio. En segundo lugar, la sutil línea roja que separa la tenacidad y el esfuerzo para conseguir un ambicioso objetivo científico de las dificultades para admitir el fracaso frente a los retos matemáticos pero también ante la vida cotidiana. Finalmente, las complejas relaciones entre maestro y discípula que, en un competitivo mundo académico, generan un conflicto en muchos casos de difícil solución.
Levantarse ante el fracaso (la filosofía de la prueba y error como mantra científico) puede constituir una oportunidad para robustecer el carácter más allá de una perspectiva individual y, de paso, descubrir la libertad a través de la pasión colectiva compartida por conocer y vivir.
Película recomendable, no sólo para quienes dedican sus energías a las matemáticas desde la perspectiva de abordar retos ante problemas abiertos, sino para aquellos jóvenes investigadores e investigadoras sometidos a la precariedad en su trabajo, a la dependencia de sus “jefes científicos”, a la obsesión por publicar para forjarse un futuro profesional y con un mensaje a resaltar: compartir el conocimiento entre iguales tiene tanto valor como generar ese mismo conocimiento. Pero también creo que esta película puede ser un elemento plausible para acercar la ciencia matemática a las gentes del común, para hacerla comprensible así como para poner rostro a los matemáticos y matemáticas, cuya pasión debe ser conocida y no ser vistos como seres ensimismados en una nube inalcanzable.
Paco Marcellán es matemático y miembro del consejo de redacción de Redes Libertarias.