Lucía Sánchez Saornil y el anarquismo. 1931. Prolegómenos

Ignacio Soriano Jiménez
Ignacio Soriano es historiador e investiga el anarquismo. Sus investigaciones recientes se centran en las mujeres libertarias. Es autor de Lucía Sánchez Saornil, entre mujeres anarquistas (La Linterna Sorda, 2022)

No resulta fácil delimitar el momento en el que Lucía Sánchez Saornil abraza el anarquismo, aunque tampoco sea vital a la hora de hablar de sus convicciones sociales. Sin disponer de documentos directos —memorias, artículos, etc.— que lo certifiquen, nos guiamos por el contexto. Tenemos en cuenta que la entrada en el mundo libertario va precedida de contactos anteriores con el mismo y del conocimiento que tenía de los planteamientos libertarios. Así se refleja en su actuación pública durante 1931, año crucial para la sociedad española. Nos parece que 1932 es la puerta de entrada y que 1942 es la de finalización, en compromiso obvio, con independencia de que se nos escapa su actuación desde esa fecha hasta 1948, en que se asienta con Mery en Valencia.

En el republicanismo

En el otoño de 1931, La Tierra (10‐XI‐1931) facilita los nombres del «Nuevo Comité ejecutivo del Partido Radical Socialista Revolucionario» (PRSR), en el que figura de presidente César Ordax‐Avecilla; secretario, Teodoro Jara; tesorero, Francisco Fernández Calleja; contadora, Lucía Sánchez Saornil; y vocal, Gerardo Regueiro. Es decir, ahora está por las soluciones republicanas, si bien en una formación «representante de las ansias del pueblo», que fía en el anarcosindicalismo, y es participativa. No desea la república burguesa, según muestra en Revolución y sólo revolución. Este partido se funda en junio de 1931, escisión del Partido Republicano Radical Socialista, de Marcelino Domingo, Galarza y otros, fundado a su vez en la cárcel en la primavera de 1929. El PRSR, con sede en calle Almirante, 17, tiene corto recorrido, pues en marzo de 1932 se fusiona con otras fuerzas minoritarias y pasa a denominarse Partido Social Revolucionario, fecha en la que creemos que ya no está Lucía.

El PRSR está liderado por el abogado José Antonio Balbontín (1893‐1977), diputado por Sevilla en las constituyentes de 1931 —lidera el grupo de Los jabalíes, y pasará al comunismo en 1933—, candidatura bien vista por algunos anarquistas, entre ellos Pedro Vallina. Con inquietudes literarias —había coincidido con Lucía en El Adelantado de Segovia (7‐IV‐1914) con el poema religioso «El viático»—, el domingo 22 de noviembre de 1931 recita poesías en la velada celebrada en el Teatro de la Comedia a beneficio de El Libertario, según anuncia este semanario anarquista. Ya había hecho piña con el cenetismo cuando la intentona de Jaca, según puede leerse en el folleto que edita Vida y Trabajo, Cómo traicionaron los socialistas el movimiento revolucionario de diciembre, de 1930.

En este partido, Lucía coincide con otras afiliadas. Asunción Fernández es una de ellas, con la que interviene en la que tal vez fuera su primera aparición en la tribuna de un mitin; lo hacen (con otros afiliados) en Villaverde Bajo, el domingo 13 de septiembre de 1931, según informa El Sol. Coincide, además, en estos actos con la maestra laica y feminista Sixta Carrasco Puente (1888‐ca. 1962), ya escritora en Las Dominicales del Libre Pensamiento, será comunista. Y con la telegrafista y periodista Violeta (Consuelo Álvarez Pol, 1867‐1959), unida en su momento al Colegio Hijos de Madrid, al igual que Lucía, oradora en Salón Atocha y en la presidencia del homenaje a Balbontín en octubre, acompañada de Asunción Vaquero, en el que es de suponer que Lucía se encontrara entre las 3000 personas que asistieron.

El 3 de septiembre de 1931, el PRSR emite un comunicado, recogido por la prensa, en el que denuncia las arbitrariedades (por despecho) del director general de seguridad, Galarza, hacia la militancia del partido, ante las detenciones que ordena, entre ellas, «nuestras apacibles compañeras Asunción Fernández, Elena Palma y Lucía Sánchez Saornil pasaron más de quince días en la Cárcel de Mujeres por haber mostrado una simpatía más o menos expresiva hacia los huelguistas de la Telefónica Nacional».

Lucía Sánchez Saornil. Autoría desconocida. Dominio público

Puede que el comunicado englobara los días de cárcel para las tres, pues en el caso de Lucía no nos consta que estuviera 15 o más días presa. Posiblemente fuera detenida después de su intervención en la asamblea de Telefónica del día 27 de julio de 1931, en la que «la señorita Lucía hizo una vibrante disertación de lo que significa el conflicto para los empleados y obreros de la Compañía», y fuera liberada cinco o seis días después, pues en la reunión primera de agosto en el Cine Ideal de la calle Embajadores se contó «con la simpática novedad de que vieron aparecen en la tribuna a la señorita Lucía Sánchez Saornil y al camarada Pablo Yusti, ambos recién libertados, y que desde la cárcel se dirigieron a comunicar a sus compañeros de lucha y tesón la grata nueva, el cariñoso saludo de los que todavía continuaban presos y la demostración de que los días de encarcelamiento habían sido para ellos otros tantos brotes de mayor entusiasmo en la causa y en el triunfo. Los dos fueron aclamados y aplaudidísimos, y con ellos gritaron todos al unísono incesantes vivas a la huelga».

En el anarcosindicalismo

A pesar de que Lucía cesa en Telefónica en enero de 1931, está en contacto con la militancia que organiza el Sindicato Nacional de Teléfonos de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en mayo‐junio de ese año, y se afilia a la sección madrileña con el número 26, grupo que participa en el Congreso del Conservatorio de CNT en junio con 80 cotizantes; en la organización coincide con otras operadoras, caso de Josefina Alba Castillejo, Josefa Tendero Vaquerizo, Matilde Meana Meana, María Luisa Fernández Cuevas o María Biezma.

Es conocida la participación de Lucía en la huelga de julio. En una asamblea de la primera semana interviene para leer una carta, la cual reproduce en primera plana El Libertario (18‐VII‐1931), en la que muestra su carácter entusiasta y esa ingenuidad necesaria para la rebeldía: «Compañeros: más que compañeros, hermanos […] para daros las gracias fervorosamente por el espectáculo grandioso a que me hacéis asistir; yo quiero daros las gracias por este milagro… que veo germinar, desarrollarse y cristalizar delante de mis ojos; este milagro que podríamos llamar la resurrección de los muertos […] porque habéis nacido a una vida nueva, a una conciencia nueva, que no se compra con perras porque se alimenta de soberbia e ideal».

Hemos comentado su discurso del día 27 de julio y la estancia en la cárcel hasta primeros de agosto. De nuevo, el 7 de este mes, realiza una «vibrante arenga la poetisa Lucía Sánchez Saornil», según se lee en La Tierra (8‐VIII‐1931). La afirmación del periódico muestra la popularidad de su figura entre el personal y la unión de la faceta intelectual creadora con la manual, las cuales acompañan los años venideros a «nuestra Lucía». En los mítines de 1932 continúa considerándose operadora de Telefónica, a pesar de que creemos que no será readmitida hasta 1936.

En 1932, su posición ya es clara cuando encabeza el manifiesto A las mujeres del pueblo, «porque solo vosotras, que apuráis diariamente un cáliz de amarguras, constantemente renovadas, sois las únicas capaces de comprendernos […] Un año de República ha bastado para convertir en lágrimas aquel rayo de sol de vuestra esperanza en una vida pacífica y desahogada», según proclaman las anarquistas madrileñas en Solidaridad Obrera.

En tiempo anterior

Queda al albur de quien lo elabora, el interpretar los documentos y noticias que disponemos sobre Lucía anteriores a 1930. Nosotros ya lo hemos hecho en el libro sobre ella. La fragmentación de su expediente laboral en Telefónica y la forma periodística en que ella elabora la entrevista a una compañera en Mujeres Libres en 1936, más sus poemas, dejan abierta la apreciación del grado en que participara en los conflictos laborales de 1919 y de 1927. En su primer artículo, de 1913, muestra preocupación por los rostros ajados de las mujeres del pueblo y por el destino discriminatorio de las muchachas. Al tiempo que interés por la figura de la mujer moderna y la apertura que pueda tener su falda para causar una impresión agradable.

Dentro de los poemas, habla en El canto nuevo, abril de 1920, de subvertir el statu quo, derruir las jerarquías y construir la ciudad nueva, «Los que hemos creado esta hora / alcanzaremos todas las audacias; / nosotros edificaremos / las pirámides invertidas». Es posible que Lucía sea la operadora menuda y avispada, reivindicadora de un sueldo más digno, de la que habla Magda Donato en su visita a la Central de la Calle Mayor en 1917. En 1924, Lucía se pronuncia por la instrucción de la mujer y deja a un lado la lucha por el derecho al voto. Aunque no hay constancia de que colaborara en medios anarquistas madrileños de esta década: Tierra Libre, Espartaco o Nueva Senda, en que aparecen poemas de Carranque de Ríos; o tal como hacía, por ejemplo, Eugenio Montes —compañero ultraísta, futuro falangista— en El Sembrador, en Madrid. Tampoco lo hace en Valencia, de 1927 a 1930, donde trabaja Juana de San Miguel o se edita la revista Estudios. Ni entra en contacto con los numerosos grupos anarquistas del momento.

Nota: agradezco a Jesús Gallego Montero la noticia del artículo «Un poco de moda» y del poema en El Adelantado de Segovia; él es autor de la edición crítica de la poesía completa de Lucía, Siempre puede volver la esperanza (2022).

Bibliografía

  • «A las mujeres del pueblo». (1932). Solidaridad Obrera, 29 de mayo, p. 8.
  • Donato, Magda. (1917). ¡Central! ¡Central!. El Imparcial, 1 de diciembre, p. 3.
  • «Los huelguistas de teléfonos». (1931). La Tierra, 3 de agosto, p. 3.
  • «Mitin de propaganda». (1931). El Sol, 17 de septiembre, p. 6.
  • «Una protesta del partido radical socialista revolucionario contra las detenciones gubernativas». (1931). La Tierra, 9 de septiembre, p. 1.
  • Sánchez Saornil, Lucía. (1913). Hablan las muchachas. La Correspondencia de España, 27 de marzo, p. 1.
  • (1913). Un poco de moda. La Última Hora, 21 de agosto, p. 1.
  • Luciano de San‐Saor. (1920). El canto nuevo. Cervantes, abril, pp. 49‐51.
  • (1924). La ruta. La Libertad, 15 de febrero, p. 5.
  • (1931). Compañeros. El Libertario, 12, 18 de julio, p. 1.
  • (1931). Revolución y sólo revolución. La Tierra, 7 de octubre, p. 2.
  • Soriano Jiménez, Ignacio. (1922). Lucía Sánchez Saornil, entre mujeres anarquistas. Madrid: La Linterna Sorda.

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