Juako Escaso
La Oveja Roja
Madrid, 2024
Alberto García-Teresa
El segundo y potente poemario de Juako Escaso (Madrid, 1979) parte de la conciencia de la derrota, de la necesidad de la rebelión sin maximalismos y del reconocimiento de la huida como táctica precisa para hacer construir espacios y relaciones al margen de las hegemónicas. Con ese pulso ácrata, Escaso explora un “lenguaje capaz de nombrar la salida”, aun (incluso) siendo partícipe de que, como recupera de Juan Gelman, “nombrar la mariposa no la hace volar”. Por eso, incide en la necesidad de llevar esas propuestas a la práctica, de encarnarlas y desbaratar todo intento de exhibicionismo que se quede meramente enmarcado en las páginas. De ahí la mirada generosa que tantea todas las formas de insumisión a la lógica del capitalismo, desde las cotidianas y, a priori, insignificantes, a las que suponen un salto al vacío al fundar otros modelos de vida al margen de ella.

Su planteamiento se enraíza en la constancia del colapso ecosocial por el que ya estamos cayendo y en la urgencia de romper con el paradigma de la dominación para ser capaces de dañar lo menos posible todo lo vivo. De ahí el tono apesadumbrado de algunos tramos y también el rigor de sus observaciones, vacías de todo autoengaño.
En el poemario se recogen textos que se deslizan hacia el ensayo con gran capacidad de resonancia y con la precisión del aforismo o la sentencia, en ocasiones. Estas composiciones abren cada una de las 12 secciones del volumen y constituyen, en conjunto, una poética y un examen de las (escasas) posibilidades de rebelión en la actualidad. En verso, opta por la brevedad, también por el chispazo de la contundencia y la síntesis así como por un tono discursivo. Plantean un análisis crítico del presente, de los procesos y mecanismos de adormecimiento y control social que lleva a cabo el Poder, sobre todo, a través de la delegación y de la seducción de la mercancía. También alerta del peligro de la recuperación de la disidencia, del vaciado y posterior apropiación por parte de la economía de consumo de las iniciativas o ideas subversivas. A su vez, plantea la conexión con los otros animales (identificándose con ellos en igualdad de condiciones y opresiones) y el impulso de vivir en la naturaleza, al margen de las dinámicas urbanas y de las masas. Entre la afirmación del “yo” en esa colisión entre deseo de vida, necesidad de vida y vida plausible, se cuela la interpelación al “tú” y el reconocimiento en el “nosotros” para subrayar las inercias, las renuncias y las contradicciones a las que el capitalismo nos ha llevado.
Así, con una honesta autocrítica, reconociendo las contradicciones y la frustración de no poder superarlas, sus poemas pretenden recolocarnos la mirada, evidenciar la incompatibilidad del sistema con una vida digna de la mayoría de seres y con un futuro inmediato para toda la especie humana.