El pago mismo de un alquiler o no encontrar vivienda accesible en el barrio es violencia

Diana Cordero

El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los problemas más complejos para jóvenes, migrantes, familias y personas mayores con jubilaciones deficientes. En las grandes ciudades estamos asistiendo a una crisis de grandes proporciones derivada de la escasa oferta pública de vivienda, precios desmesurados de alquileres, gentrificación de los centros urbanos e incremento de viviendas de uso turístico (declaradas y no declaradas) que expulsan a la ciudadanía de su hábitat natural y fomentan las respuestas individuales en un “sálvese quien pueda”. Frente a este desolador panorama, experiencias como las Plataformas anti desahucios, asociaciones/sindicatos de inquilinos y otros modelos organizativos sirven como instrumentos de acción colectiva para combatir un negocio inmobiliario en manos de fondos buitre y agencias orientados a un beneficio sin control.

Hemos contactado con un activista de la Organización de Vivienda de Tetuán, para conocer su experiencia en el seno de un colectivo basado en el  apoyo mutuo y acción directa en el marco de la lucha reivindicativa por una vivienda digna en este popular barrio madrileño sito entre Cuatro Caminos y Plaza de Castilla, articulado en torno a la calle Bravo Murillo y que concentra una importante población migrante latinoamericana y norteafricana. Hay que recordar que el origen de este barrio (su nombre original es Tetuán de las Victorias) fue el espacio de acogida de los soldados españoles y familias que combatieron en las guerras africanas durante la segunda mitad del siglo XIX. Con el paso del tiempo se convirtió en un núcleo proletario referente en el Madrid del pasado siglo, con presencia de centros sindicales, ateneos libertarios, movimientos vecinales y en el que habitaron anarcosindicalistas como Cipriano Mera, entre otros.

Por favor, háblame sobre la Organización de Vivienda de Tetuán

Quiero comenzar aclarando que todo lo que responda es mi opinión personal como militante y que dentro de la Organización de Vivienda de Tetuán (OVT) hay diferentes sentires y opiniones. Si bien existen algunos puntos mínimos consensuados colectivamente al hablar de la propia OVT,  nada de lo que diga  puede ser tomado  como la línea política que tenemos.

La Organización de Vivienda de Tetuán es una asamblea en la que personas de este barrio de Madrid se organizan para tratar problemas de vivienda y encontrar una solución colectiva desde el apoyo mutuo. Las reuniones son todos los jueves a las 19:00 en el CSO La Enredadera, calle Coruña 5. La asamblea está formada por personas de diferentes edades, procedencias, realidades… y constantemente llega gente nueva con ganas de militar o practicar el apoyo mutuo en el barrio y/o con problemas de vivienda más o menos graves o urgentes. Se intenta funcionar de la manera más horizontal posible y, teniendo en cuenta siempre que la asamblea no es una asesoría unidireccional o que alguien va a resolver tus propios problemas por ti, se tratan todos los conflictos de forma colectiva dando la visión de que nadie está solx y que en conjunto podemos llegar más lejos. Se rechaza la concepción de la vivienda como un negocio o como una mercancía y se promueve la implicación de todas las personas que componen la asamblea en las propuestas o casos de que se tratan. No se toleran comportamientos discriminatorios de ningún tipo y se fomenta la formación en los temas que se van identificando como necesarios con la práctica del día a día. También se está en contacto y en coordinación con otras organizaciones de vivienda de Madrid. Se intenta, en la medida de lo posible, estar en contacto con diferentes colectivos del barrio y formar y afianzar la red que une a las diferentes luchas que existen.

¿Cuáles son las problemáticas con las que se enfrentan diariamente?

Es importante que se entienda que no sólo existen los problemas más urgentes sino que ya el pago mismo de un alquiler o no encontrar vivienda accesible en el barrio es violencia y la estamos recibiendo constantemente. En cualquier caso, se enfrentan okupaciones, hipotecas… pero sobre todo muchos impagos, subidas de rentas e intentos de echar a gente de sus casas para incrementar el beneficio del rentista de turno. Se ha visto desde hace bastantes años cómo los casos de hipotecas van dando paso a los casos de alquiler, que actualmente afectan a muchísimas personas. Las opresiones en este sentido se ven incrementadas en lxs compas migrantes, en muchos casos mujeres, que tienen más difícil acceso a un trabajo, acceso a una nómina, acceso mismo a las viviendas por el racismo de los rentistas o acceso a ayudas sociales aunque los que más ayudas se llevan nos digan que las personas más vulnerables viven de ellas cuando la realidad es completamente opuesta.

También se tratan muchos casos de propietarios que contratan a “empresas de desokupación” o mediación para echar a gente de sus casas. La gran mayoría de los casos ya no se corresponden con okupaciones, si no de alquileres con impago, finalizaciones de contratos que se niegan a renovar o compra de viviendas con gente viviendo en ellas. Este tipo de empresas, en definitiva, están formadas por mercenarios que sirven a cualquier rentista o inversor para saltarse la ley mediante las coacciones, el acoso, las amenazas o, directamente, con violencia sobre las viviendas o las personas.

Ha habido denuncias acerca de medidas coercitivas como el corte de suministro. ¿Que puedes comentar acerca de ésto?

Efectivamente. Es un tema recurrente el corte de suministros con el objeto de coaccionar a las personas que viven en una vivienda (okupada o no) para abandonarla. Estas coacciones las realizan tanto los propietarios directamente o a través de estas empresas de matones como también el estado. Si se defiende el derecho a la vivienda también se tiene que defender el derecho a la vivienda digna con unas condiciones mínimas.

Al mismo tiempo se ve como cada vez más los servicios sociales son incapaces de ofrecer ningún tipo de ayuda y hay situaciones muy vulnerables y muy sangrantes que quedan en desamparo de las instituciones cuando anteriormente determinados casos sí que solían estar cubiertos aunque fuera con alternativas habitacionales temporales y muy poco idóneas.

¿Cómo impacta la presencia de los Fondos Buitre y la proliferación de pisos turísticos en el derecho al acceso a una vivienda?  ¿Se conocen cifras?

Hay mucha opacidad en cuanto a las cifras en temas de vivienda de forma intencionada, pero creo que por más que los fondos o grandes inversores tienen una capacidad de influencia a nivel político, el impacto más grande que hay en el acceso a la vivienda lo tienen los pequeños propietarios, que actualmente son la gran mayoría. Mientras la vivienda siga siendo un negocio seguirá habiendo mucha gente que la utilice para complementar su salario o vivir de las rentas o las inversiones.

En cuanto a los pisos turísticos estamos viendo cómo en Tetuán y muchas zonas de Madrid están aumentando considerablemente. Tetuán es el segundo distrito con mayor número de pisos turísticos registrados legalmente de Madrid y han aumentado un 43% en el último año. Decimos registrados legalmente porque cerca del 90% de ellos operan sin licencia. Mientras tanto es muy difícil encontrar un piso de 2 habitaciones por menos de 1000 euros en el barrio o habitaciones asequibles.

Otro punto que parece importante en Tetuán pero del que no tenemos datos fiables es el de las viviendas dirigidas a ejecutivos o trabajadores de grandes empresas que necesitan un alojamiento temporal o permanente por la zona. La influencia de las zonas de Plaza Castilla, Nuevos Ministerios y, dentro de poco, de todo Madrid Nuevo Norte suponen también un impacto considerable.

Por lo que dices debe haber cada vez menos gente joven viviendo en el barrio…

Todos los días por la calle podemos ver muchísima propaganda inmobiliaria y vemos cómo casi todos los solares del barrio están en obras porque hay mucho interés económico en Tetuán y mucha rentabilidad en las inversiones. Esto hace que los precios suban sin parar y la gente que lleva viviendo aquí bastante tiempo no pueda ahora quedarse de alquiler ni acceder a una vivienda propia. La gente joven no tiene la oportunidad de independizarse o venir a vivir al barrio si no tiene una capacidad económica bastante alta, ni siquiera aceptando unos niveles bastante altos de precariedad en las viviendas se consigue saltar la subida de precios. Todo ello hace que la configuración del barrio esté cambiando y cada vez más gente de clases más pudientes esté desplazando a las clases populares.

También vemos cómo en algunas zonas muchísimos locales comerciales se están reconvirtiendo en viviendas que en muchos casos no cumplen con un mínimo para ser habitables. Como la situación es tan acuciante se puede ver cómo hay familias que viven hacinadas en casas ridículas mientras se reforman o se levantan nuevos colivings, viviendas de uso turístico o pisos destinados a clases más altas justo al lado.

 ¿Quiénes se acercan a la Organización para buscar apoyo?

En general al movimiento de vivienda se acerca gente de diferentes clases sociales, edades, lugares de procedencia… pero en mi experiencia he visto que los problemas más urgentes o graves suelen tenerlos mujeres migrantes o descendientes de migrantes. Mi percepción es que el movimiento de vivienda ha sido sostenido mayoritariamente por mujeres y que hay un componente de género muy fuerte en quien busca ayuda colectiva o quien intenta solucionar sus problemas de forma individual. Aun así, siendo familias con menores o madres solas quienes suelen tener los casos más urgentes, cada vez hay más visión entre la gente joven de que todxs tenemos problemas de vivienda. Es importante cambiar la concepción de que en las asambleas de vivienda sólo se tratan casos de desahucios porque también se lucha contra otros problemas o por poder vivir en el barrio de una forma aceptable y no resignarse a la precariedad o al desplazamiento mientras otra gente se lucra a nuestra costa.

Hablas de la existencia de pequeños rentistas en el barrio, pero ¿qué hay de los Fondos Buitre en Tetuán?

Por supuesto que en Tetuán hay interés de grandes inversores y fondos pero estamos rodeadxs de personas, que en ocasiones pueden ser vecinxs, familiares o amigxs, que o bien sacan tajada de la vivienda o bien  tienen asimilado el discurso de la propiedad privada. Estos pequeños propietarios tienen un porcentaje mucho mayor de viviendas en alquiler por lo que son más relevantes en muchos aspectos. El discurso de la propiedad privada está socialmente extendido hasta el punto de ser casi hegemónico (o sin el casi). Cualquier confrontación con la propiedad de grandes tenedores se va a enfrentar a la vez con la gran mayoría que defiende el derecho de poseer vivienda y hacer lo que quiera con ella por encima de las necesidades del resto. Es curioso cómo está tan extendido este pensamiento tan individualista que incluso mucha gente que se queja de los problemas de vivienda sigue teniendo aspiraciones de llegar a tener una casa en propiedad donde no viva y que le sirva para mejorar sus ingresos o salir de la precariedad. La confrontación con los grandes fondos puede ser una estrategia utilizada puntualmente que acerque la lucha por la vivienda a un público que los identifica como un problema, pero sin una crítica simultánea a la propiedad privada creo que no tiene mucho recorrido.

¿Cómo esta nueva configuración del barrio impacta a nivel de la degradación socioambiental?

En Tetuán hay dos realidades económicas bien diferentes que están separadas por la calle Bravo Murillo. Estas dos realidades puede que terminen por difuminarse en algún momento. Ya vemos como se están construyendo edificios de más altura y para gente de clase alta en la zona norte o edificios con viviendas para una clase media alta en zonas donde  hace no tanto las viviendas eran mucho más asequibles.

En la misma calle Bravo Murillo, que es la segunda calle comercial de Madrid, hemos visto como grandes multinacionales o grandes grupos empresariales han ido abriendo locales y en las calles aledañas cada vez hay menos negocios pequeños. Cabe destacar también la exagerada cantidad de inmobiliarias y locales de apuestas que tenemos concentradas alrededor de Bravo Murillo.

¿Qué pasa cuando las personas se acercan a la Organización de Vivienda de Tetuán?

Mi percepción cuando alguien se acerca al movimiento de vivienda es que casi siempre hay un proceso de aclimatación o adaptación que puede durar más o menos tiempo porque o bien se llega con angustia por una situación complicada, o se necesita formación o tiempo para entrar en dinámica, o con una concepción diferente de cómo gestionar los problemas que tenemos en común… hay diferentes motivos. Es necesario hacer un trabajo constante para romper con dinámicas asistencialistas, pero también hay muchísimo valor en sentirse acompañadxs al llegar a una asamblea de vivienda y saber que en conjunto nos apoyamos y buscamos soluciones colectivas.

¿Cómo evalúas la implicación de los movimientos anarquistas en las luchas por el derecho a la vivienda?

Creo que, siendo un tema tan crucial, la vivienda, que se mezcla con otras muchas opresiones y que tiene el potencial de buscar esas grietas en la sociedad que permitan pensar en otras formas de entender el mundo y de relacionarnos de forma colectiva, es importante que lxs anarquistas estemos más presentes. Las contradicciones de participar en movimientos sociales amplios y, en concreto, el movimiento de vivienda, son evidentes, pero también tenemos mucho que aportar mediante la práctica anarquista para ayudar a que el potencial revolucionario que tiene esta lucha actualmente se llegue a materializar en la medida de lo posible. Mediante la práctica y el ejemplo, mientras se lucha codo con codo desde abajo, se puede llegar a confrontar mucho mejor la sociedad capitalista dando un sentido de igualdad y contra la dominación a todo ello. El apoyo mutuo es una herramienta con un potencial enorme y dentro de algunos movimientos sociales más amplios entre los que se encuentra la vivienda, pero también otros que están atravesados como el movimiento antirracista y migrante, el feminista, el laboral… son lugares donde podemos ponerlo en práctica.

Al final, ahora mismo la vivienda es un tema de opresión central para las clases populares, pero si hipotéticamente se resolviera el acceso a la vivienda habría otra opresión que el sistema capitalista utilizaría para seguir reproduciendo sus beneficios. Por ello, teniendo en mente que podemos influir socialmente mediante nuestra práctica en estas luchas, tenemos que expresar que para nosotrxs tiene un sentido más amplio y unos objetivos que van más allá de las victorias parciales que se puedan obtener. Yo no participo en el movimiento de vivienda para conseguir que todo el mundo tenga acceso a la vivienda, yo participo en el movimiento de vivienda para que las victorias (como que todo el mundo tenga acceso a la vivienda) y los procesos que experimentemos mientrastus relexiones  tanto nos acerquen a otra forma de concebir la sociedad, el mundo que nos rodea y las relaciones que tenemos entre nosotrxs. Creo que los cambios sociales en ningún caso van a venir por la iluminación política de la masa social oprimida si no que vendrán por el ejemplo de las prácticas que desarrollemos mientras confrontamos lo establecido. Por ello también es importante una participación sostenible en los movimientos sociales, que permita las contradicciones y los errores y sobre todo alegre, porque si nuestro ejemplo es serio y triste no será bien recibido y no podrá preconfigurar los mundos que deseamos desde la práctica.

Gracias por haber participado de esta entrevista

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