Nat Cardozo
Libros del Zorro Rojo, 2023
A partir de 8 años
Elvira Martín Contreras
En un mundo cada vez más globalizado, donde la uniformidad cultural tiende a imponerse, la diversidad se ve amenazada por la hegemonía cultural de las grandes potencias económicas. Los valores, normas y costumbres de las culturas dominantes, especialmente occidentales, se difunden y adoptan globalmente, a expensas de otras culturas consideradas minoritarias. Esta globalización borra, desdibuja y expulsa lo distinto, dejando poco espacio para el reconocimiento de «los otros».

En este contexto, damos la bienvenida a este libro, que nos ofrece una ventana necesaria hacia esas culturas que, aunque invisibilizadas, enriquecen el mundo. La autora nos invita a descubrir 22 pueblos originarios (=los que están desde el origen), una muestra de los más de 5.000 existentes en la actualidad, con una población de más de 470 millones de personas distribuidas en los cinco continentes.
Cada pueblo es presentado a través de un texto narrado en primera persona, que actúa como la voz colectiva de su comunidad, y se complementa con una ilustración del rostro de un niño o niña, cuyas características reflejan al detalle las descripciones incluidas. Este enfoque visual y narrativo ofrece una poderosa combinación para acercarnos a sus territorios, modos de vida, creencias y lenguas.
Uno de los aspectos que se recogen es la riqueza lingüística de estos pueblos, muchas veces des‐ conocida para el gran público. Desde la compleja lengua !Kung con sus ochenta sonidos de chasquidos consonánticos, hasta la lengua moken, que carece de una palabra para ‘desear’, ya que en el mar y el bosque encuentran todo lo que necesitan. La transmisión oral de conocimientos es fundamental en estas culturas, donde la pintura, los tejidos, tatuajes y tallas, toman el lugar del papel para contar su historia, leyendas y saberes.
Un rasgo común entre todos estos pueblos es su estrecha relación con la naturaleza, a la que respetan profundamente y con la que viven en equilibrio. Siguiendo el principio de equilibrio, que los cherokees llaman tohi, toman de la naturaleza solo lo que necesitan. Su modo de vida es comunitario, basado en la solidaridad y la ayuda mutua.
Al final del libro se incluye un mapa que sitúa a cada uno de los 22 pueblos, señalando la importancia del territorio para la preservación de sus lenguas, identidades culturales y forma de vida. También se mencionan los desafíos y amenazas que estas comunidades han enfrentado, desde el despojo de sus tierras en el pasado hasta la lucha por su supervivencia ante el avance del modelo de consumo contemporáneo y la degradación ambiental. No se olvida su resistencia ni las victorias logradas en la protección de los territorios.
El libro concluye con una impactante ilustración que contrasta con las anteriores: el retrato de un niño con las características más representativas de un contexto urbano e industrial, alejado de la naturaleza. Este contraste invita a una reflexión final:
«¿Cuánto podríamos crecer al comprender que hay otras maneras de vivir? Tal vez sea el momento de recordar que la naturaleza vive piel adentro en cada uno de nosotros, y que todos somos ORIGEN».