Salvador Puig Antich, respeto

Charo Arroyo

De nuevo ha llegado un 2 de marzo que nos trae al recuerdo la figura del anarquista Salvador Puig Antich, ejecutado a garrote vil en un 2 de marzo de 1974 por un Estado franquista moribundo, pero igual de asesino que en sus inicios.

La novedad de este año es que el Gobierno ha entregado a las hermanas de Salvador un documento que lo declara como víctima del franquismo y se deja por escrito que el tribunal que le condenó es ilegítimo y su condena se considera nula. Es una declaración de reconocimiento y reparación que es una figura contenida en la Ley de Memoria Democrática aprobada en 2022.

La lucha de su familia por la revisión de la sentencia dictada por el tribunal militar ha sido dura e infructuosa desde hace muchas décadas. En 1994 se presentó un recurso de revisión que fue rechazado por el Tribunal Supremo. Posteriormente, en 2005, se planteó, nuevamente, la revisión de la sentencia presentando ante el Tribunal los testimonios de peritos que ratificaban la defectuosa investigación con la práctica de una reconstrucción infográfica de los hechos. A pesar de que el Supremo inadmitió la revisión de la sentencia, sí quedó claro, a través de los votos particulares, que “Puig Antich no tuvo un proceso justo, lo cual no prejuzga la licitud de su conducta tanto en el plano jurídico e incluso en el ético. Se trata simplemente de constatar que, con independencia de su actuación, lo cierto es que no tuvo un proceso justo», recoge el magistrado Ángel Juanes.

Y ese es el deseo de la familia. Aclarar los hechos y hacer justicia con la versión que Salvador planteaba y que fue completamente manipulada y tergiversada para inducir a la culpabilidad de Puig Antich. En un juicio ante un tribunal militar a un civil. En un juicio en el que no se permitió prueba alguna planteada por la defensa de Salvador. Un caso en el que se ve claramente el deseo de venganza por la muerte de un policía en un altercado donde el mismo Salvador acaba tiroteado en una lluvia de balas que rebotan en los pocos metros del portal donde lo acorralan tras su detención. Posteriormente, se presentó querella en Argentina por parte de las hermanas dentro de la querella argentina contra los crímenes del franquismo. Hasta Buenos Aires fue su hermana Merçona a prestar testimonio de los pasos dados y los hechos acaecidos. De hecho, uno de los que dio el “Visto” de la sentencia, Urrera Molina, fue imputado por la Jueza Servini. En 2017 el Ayuntamiento de Barcelona y las hermanas presentaron una querella contra el firmante de la sentencia condenatoria en los Juzgados de Barcelona que fue archivada.

Hoy a Salvador se le considera una víctima del franquismo de forma oficial entregando, nada menos que un ministro, un papel a sus hermanas donde lo dice y reconoce. Y por eso debemos congratularnos porque durante muchos años era considerado un asesino sin más posibilidad de defensa.

Pero para el movimiento libertario Salvador es más que una víctima del franquismo. Es un referente, a su pesar por su asesinato, de la lucha antifranquista. Es un referente por haber participado y pertenecido al MIL y su planteamiento de cultivar al pueblo, al mundo obrero en la búsqueda de otro mundo posible. No queremos blanquear una lucha en la que se usó la violencia. Pero que no podemos permitir que se quede reseñada por la muerte de un policía al detener a Salvador. Hay que rechazar ese mantra relacionando al anarquismo con la violencia. Sí, Salvador llevaba pistola. El MIL se caracterizó por realizar atracos (incautaciones para dar mejor utilidad al dinero).

Pero me gustaría reflejar que no debemos olvidar cómo las fuerzas antifranquistas miraron a otro lado cuando su ejecución se tornó inevitable porque no era de los “suyos”. Hablemos de que fue más importante la repercusión de su muerte fuera de España que en el propio país. No olvidemos que hubo hasta consignas de no implicarse en la defensa de la vida de este antifranquista por parte de organizaciones que luego fueron rápidamente legalizadas. Eso no lo dice el papel.

A los 51 años del asesinato a garrote vil a manos de un estado represor, Salvador es considerado víctima del franquismo y su lucha debe ser respetada más allá de ser o no víctima del régimen genocida franquista.

Como debe ser reconocida la lucha de otros compañeros caídos en el camino e, igualmente, asesinados por el Estado y ajusticiados por un Tribunal falto de garantías de defensa. Hablo de Delgado y Granado. ¿Acaso ellos no merecen ser reconocidos como víctimas del estado represor franquista?

Un nuevo 2 de marzo recordando a Salvador Puig Antich.

”Salvador Puig Antich, Caso abierto: La revisión definitiva del proceso” Jordi Panyella Ferreres

Un comentario en “Salvador Puig Antich, respeto

  1. Ni cuenta de que ya había pasado un año. Siempre marzo trae ese viento de inquietud.
    Lástima de juventud perdida a manos de la vieja guardia que se resistía a morir y que moría matando, como los nazis en su retirada. Podredumbre del fracaso.
    Salvador Puig Antich seguirá vivo porque la juventud y las ideas no mueren, se transmiten como savia, como arroyo, como el rayo que no cesa. Marzo, mortaja de los poetas.

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