Presentación del último número de la revista Enrahonar*
Alejandro Escudero Pérez. Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
Mar Rosàs Tosas. Blanquerna – Universitat Ramon Llull
El 20 de enero de 2025 el magnate Donald Trump inicia su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos de América. Es el emblema de una ola reaccionaria que ya asola desde hace tiempo varios países —Hungría, Italia, Argentina, Austria— y que, a la vez, amenaza con imponerse a medio plazo en Francia, Alemania o España. Son muchos los factores que empujan en esta dirección, pero cabe destacar inicialmente dos: unos medios de comunicación de masas y unas redes sociales entregadas de lleno a la posverdad (como prueba el papel de Elon Musk en las elecciones norteamericanas) y un sistema judicial ocupado por una casta politizada que retuerce el Estado de derecho emprendiendo una cruda judicialización de la política (lawfare). Por otro lado, en países como Rusia, China o India un capitalismo salvaje se conjuga con gobiernos autoritarios y sociedades cerradas.
Un elemento común a estos procesos económicos, sociales y políticos tan complejos es la combinación de una economía ilimitadamente depredadora de la población y el territorio y una ingeniería social erigida sobre un esencialismo identitario (en medio del individualismo extremo alentado por el neoliberalismo y las redes sociales).
Esta ola reaccionaria —modulada mediante factores regionales específicos— pretende implantarse amparada en un hipotético fundamento prepolítico: el capitalismo financiero especulativo, la ideología patriarcal, el nacionalismo excluyente, el monoteísmo religioso, etc. Se gesta, así, en medio del auge de la tecnología digital, una antipolítica que ya empieza a ser descrita y analizada bajo expresiones como tecnofeudalismo, por ejemplo. Se trata, en todo caso, de un férreo dogmatismo fundamentalista de clara adscripción antimoderna.
El panorama mundial, por lo tanto, es sombrío y desolador. Sin embargo, la filosofía política —en tanto teoría crítica y ontología de la actualidad— está orientada —a partir de un diagnóstico del statu quo— a rastrear, incluso en las peores circunstancias, lo mejor de lo posible. Y aquí entran en juego los elementos que vamos a resaltar a continuación.
Un año antes de la gran recesión de 2008 motivada por la desmesurada codicia del sistema financiero global, el filósofo político Oliver Marchart publicó un libro de enorme relevancia: El pensamiento político posfundacional (la diferencia política en Nancy, Lefort, Badiou y Laclau). Con perspicacia se dibujaban aquí los perfiles de una prometedora línea de indagación en la filosofía política contemporánea centrada en lo que Marchart denominó «pensamiento político posfundacional» —el pensamiento de una serie de filósofos políticos posheideggerianos de izquierdas que sostienen que en el lugar tradicionalmente asignado al fundamento no encontramos, en realidad, ningún fundamento sólido ni indiscutible—. El posfundacionalismo se opone, pues, al fundacionalismo, pero también al antifundacionalismo, puesto que el posfundacionalismo no postula la ausencia total de fundamentos, sino más bien la imposibilidad de un fundamento último.
Se trata, de todos modos, de un marco un tanto vago e indeterminado dentro del cual bullen una serie de tendencias aún por definir con más detalle. Una de estas direcciones fue apuntada en 2013 en el libro The Anarchist Turn, editado por Jacob Blumenfeld, Chiara Bottici y Simon Critchley. En él se esboza una ontología política posmetafísica guiada por un paradójico principio de anarquía. En este número monográfico de la revista Enrahonar se exploran distintas vertientes de esta corriente específica dentro del marco posfundacional de la actual filosofía política.
En «“Nunca fuimos posmodernos”. Constelaciones del pensamiento posfundacional: una lectura de Oliver Marchart», Ester Jordana Lluch cumple un doble propósito, relevante para el conjunto del monográfico. Por un lado, delimita el marco general de la filosofía política de orientación posfundacional y, por otro lado, ubica la propia posición de Marchart dentro de este terreno de juego.
Sergio Villalobos-Ruminott, en «Anarquía infrapolítica: por un nuevo amor al mundo», desde el enfoque infrapolítico (Alberto Moreiras, Gareth Williams), contrasta los planteamientos de Reiner Schürmann y Catherine Malabou desembocando en la obra literaria de Benjamín Labatut. Bajo estas claves se desmantela la voluntad del sujeto como presunto, a ilusorio, fundamento de la política.
Siguiendo el hilo conductor de Hannah Arendt, Donatella di Cesare, en el artículo «Politics and Anarchy. An Original Bond», explicita el nexo entre un «principio de anarquía» y la política democrática. Una temática que ha desarrollado con amplitud en el libro que publicó en 2024 con el título Democrazia e anarchia: Il potere nella Polis, en la editorial Einaudi.
El epicentro de la política en su articulación moderna ha estado, recurren-temente, identificado con el fundamento del sujeto (desde Kant, Hegel, etc.). Carlota Gómez Herrera, en el artículo «L’ontologització del buit: La noció de subjecte en Slavoj Žižek», aborda el fenómeno del sujeto social y político a partir de la detección en él de una falta ontológica que lo caracteriza y lo atraviesa; una falta en el centro del sujeto que es tematizada principalmente a través del psicoanálisis lacaniano.
En el artículo «La presencia de la mística en el anarquismo postmetafísico», Lucas Celma Vendrell muestra cómo la obra de Meister Eckhart ha inspirado a una serie concreta de autores actuales: Reiner Schürmann, Saul Newman y Gustav Landauer. Gracias a la recepción del místico del siglo xiii, cada uno de ellos ha podido emprender una reconsideración de la tradición social y política del anarquismo decimonónico en una dirección novedosa que lo impulsa hacia el siglo XXI.
El multiforme fenómeno de la violencia es clave en el terreno social, jurídico, político, religioso y económico. Subrayando su ambigüedad constitutiva a partir de Walter Benjamin y Jacques Derrida, Valeria Campos Salvaterra, en el artículo «Violencia y ambigüedad», analiza los distintos aspectos, negativos y positivos, de esta singular articulación inscrita en el núcleo de las instituciones que organizan la vida en común.
En el artículo «Michel Foucault posfundacional: la potencia práctica de la noción de modos de subjetivación», Senda Sferco desarrolla una lectura del filósofo francés en una clave posfundacional. Desde ella se pueden esclarecer de una manera precisa —susceptible de alentar análisis concretos de fenómenos en curso— la articulación en las instituciones sociales y las formas políticas entre el saber, el poder y los plurales procesos de subjetivación que ahí se realizan.
En «Seamos ingobernables, organicemos la anarquía: destitución, institución y auge de los afectos negativos en el pensamiento posfundacional reciente (2011-2025)», Juan Evaristo Valls Boix confronta dos direcciones dentro del pensamiento político posfundacional: la instituyente y la insurreccional. Partiendo de aquí se muestra la relevancia de situar el «principio de anarquía» en el corazón de los debates filosóficos contemporáneos y, a la vez, subrayar la relevancia política de la esfera de los afectos.
A continuación, Laura Llevadot Pascual realiza una entrevista a una de las filósofas más relevantes en la actualidad, directamente vinculada con la renovada cuestión del nexo entre política democrática y anarkhé: Chiara Bottici.
Como reflexión final, después de este recorrido, diremos lo siguiente: en medio del auge de la ola reaccionaria y su fundamentalismo antipolítico, lo que desde aquí se propone —asumiendo la complejidad del mundo contemporáneo y la incertidumbre sobre su rumbo futuro— es profundizar en la política democrática a partir de la positiva ausencia y falta de un fundamento (una esencia, una identidad), es decir, desde el hilo conductor de un «principio de anarquía» aún por explorar e implantar en la vida social y política.
* Enrahonar es una revista académica de filosofía de acceso libre publicada por la UAB. Como podrás ver, en la mayoría de los escritos puedes acceder a sus contenidos en español.