Mi postre favorito

Maryam Moghaddam y Behtash Sanaeeha
Irán 2024

Paco Marcellán

Como un retrato de la voluntad de resistencia cuando ya todo está perdido esta magnífica película, con un punto de vista que conjuga lo cómico con el rigor dramático, retrata la soledad y el envejecimiento, la alegría de vivir y también el absurdo de una existencia en el marco de una sociedad que anula cualquier expresión de subjetividad, a través de un romance tardío. La crítica ha reforzado la idea de que Mi postre favorito es una buena muestra de la indiscutible máxima de que lo personal es político. Una sucesión de escenas reflejan  de modo ilustrativo este hecho.

Esta coproducción de FilmSazan Javan (Irán) con Caractères Productions (Francia), HOBAB (Suecia) y Watchmen Productions (Alemania) fue la ganadora del premio de la crítica internacional  en la 74 edición de la Berlinale en 2024.

La película narra la historia de  Mahin, una viuda iraní de 70 años, interpretada por Lili Farhadpour (escritora, periodista y activista por los derechos de las mujeres), que, habituada a una existencia callada, salvo los momentos que comparte con sus amigas, y habla por zoom con su hija que vive en Europa, reclama para sí y para todo lo que le rodea el raro privilegio de la independencia. Es decir, hace lo que le da la gana con quien le viene en gana. Algunas de las escenas más divertidas de la película tienen como protagonista las conversaciones deslenguadas del grupo de amigas que no conocen ni la prevención ni el sentido de la medida. De repente, conoce a Faramarz, un taxista divorciado  con el que comparte edad y una actitud nada proclive a los patrones sociales. Su decisión de estar juntos, conocerse y disfrutar en contra de todas las convenciones sociales, contra todos los tabúes y a pesar de la prohibición expresa de un régimen político que castiga cualquier disidencia por aparentemente nimia que parezca, se coloca como un objetivo deseado. Compartir una cena en casa de la protagonista, y que le ofrece su postre favorito, es el momento culmen de la película y  lo que lleva al desenlace final, no precisamente por el postre. Es la apuesta de esta reseña para los y las lectoras.

Esta mirada cercana a la realidad de las mujeres en un país donde siempre están bajo escrutinio y se les prohíbe cualquier aproximación a lo placentero, la guinda a este postre delicioso y subversivo constituye una eclosión del sentimiento y la necesidad de querer y sentirse querida por parte de la protagonista.

Pese a su final, con la tristeza inherente a la pérdida de su compañero,  es a través del contenido y una dinámica in crescendo como se refleja un derroche de cine personal y de denuncia frente al poder. Un cine iraní, en el que las mujeres gozan de un papel protagonista gracias a una complicidad entre directores/directoras y actrices, que sirven para recordarnos que el conocimiento de la dura realidad iraní es un elemento para desarrollar una visión crítica alejada de estereotipos euro-céntricos y en el que la solidaridad y el apoyo mutuo son la clave para diseñar un futuro mejor.

Una nota final

Mi postre favorito, se proyectó en la Berlinale  tras un largo y tortuoso periplo de copias pasadas de contrabando. El régimen de los ayatolás cumplió su ya cíclica amenaza de prohibir toda producción cinematográfica en la que las mujeres aparecen con la cabeza descubierta sin el hiyab. Una pulcra e inocente historia de amor se convirtió en todo una respuesta revolucionaria, en el más amplio sentido de la palabra, frente al discurso represivo del régimen teocrático iraní.

En Septiembre  de 2023, cuando Maryam Moghaddam y Behtash Sanaeeha, el dúo director de la película, quisieron viajar a Paris para completar la postproducción, el régimen les retiró sus pasaportes y fueron acusados de cargos criminales tras el allanamiento del domicilio del editor de la película por las fuerzas de seguridad iraníes que confiscaron todos los ordenadores y discos de almacenamiento así como otros materiales relativos a la película. Sólo se salvó del furor censor una copia fuera de Irán.

En Diciembre de 2024, se les prohibió rodar películas, trabajar y viajar fuera del país, fueron encarcelados en la siniestra prisión de Evin acusados de propaganda contra el régimen, atentar contra las leyes islámicas y promover una película exaltando la prostitución y el libertinaje (¡¡!!).

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