Despertando por Palestina, primavera universitaria

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Rafa López Ampliato

[10 de mayo 2024]

Han pasado ya muchos días desde que empezara la ofensiva del Estado Imperialista-Colonial de Israel -y sus aliados, cómplices a lo largo y ancho del planeta- para destruir y acabar de expropiar al pueblo palestino de sus tierras. Allí en la tierra de los lamentos, donde impera el Régimen del No-Ser; precisamente allí donde los últimos ochenta años han sido una lucha constante, una batalla desde múltiples posiciones y de muchas formas, contra un Capitalismo devorador que en su última expresión de la Soberanía como decía Achille Mbembe, decide que deben huir o morir. Les roban la tierra, les roban el nombre.

A pesar de enfrentarse a toda la virulencia del poder, nos muestran en unas condiciones inimaginables aquí en Occidente -que recuerda a tiempos pasados tan oscuros como profundas son las heridas todavía abiertas- un carácter, una unión, una vitalidad, una capacidad de gestionar diferencias múltiples, las coloca a la vanguardia en la lucha por la emancipación. Palestina enfrenta de cara la crisis del Capitalismo, que no es más -pero tampoco menos- que la crisis de la “Sociedad Capitalista”, entendiéndola como “categoría viva”, es decir: cuyas consecuencias son reales, padecidas, esquivadas, terribles… Nosotros no debemos ser menos.

Allí justamente donde se les niega el ser, “son”. Han hecho de la opresión más brutal, injusta, una causa común en la lucha por resistir, por existir y no perder una identidad, una cultura, una historia, un hogar.

Ante los sordos ojos que ven, pero ni escuchan ni miran, el sufrimiento al otro lado de la mar. Esta ceguera voluntaria durante tantos años, que no quiere entender o que le da miedo. No son pocos los que prefieren arrancarse los ojos como Edipo, ante una verdad que les impacta en la cara.

Desde el inicio del plan de “exterminio” en Octubre, comenzaron en todos los lugares del mundo, con diferentes “motivos ideológicos”-conceptos que les encantan a los analistas académicos, burgueses y vendidos a la élite del Capital-, protestas multitudinarias, charlas, debates. Aquí en mi Sevilla natal, espacios como la librería La Fuga, asociaciones como Lanónima, comenzaban la proliferación de estas acciones. Organizaciones como la Plataforma Solidaridad con Palestina, Asociación Hispano Palestina, Comunidad Palestina Sevilla, Coordinadora de Estudiantes por Palestina -entre otros por supuesto- han marcado el Lunes en el calendario de muchos sevillanos como el día en que decimos basta una vez por semana, ante el Genocidio de un pueblo.

Ya es grande el empuje que se viene haciendo desde los movimientos sociales desde hace algunos años en Barrios Hartos, Sindicato USTEA, Asociación por los Derechos Humanos-Andalucía, la recuperación de la CNT -diversas charlas en muchos espacios rememorando historias y mirando y pensando qué hacer con este futuro que es presente- y la feria anarquista del libro, al empuje de las Mareas Verdes y Blancas, los diversos sindicatos de estudiantes; y la aparición del Movimiento por la Vivienda Sevilla cerrando este ciclo revolucionario en Sevilla. Ahora tarde, muy tarde, pero más vale tarde que nunca, profesoras y estudiantes decimos basta y seguimos el ejemplo de las Universidades de los Estados Unidos como las de los demás rincones del mundo que la secundan. El empuje hacia el camino de radicalizar las acciones y de la toma del espacio público llega a Valencia, Madrid, País Vasco, Barcelona, Málaga… y ahora después de tanto silencio cómplice nos sumamos también nosotros.

Desde PalestinUS y múltiples organizaciones, se empezó a pedir la dimisión del Decano de la Facultad de Derecho por la censura de una charla en solidaridad con Palestina -cuando había permitido días antes una charla en el mismo lugar de Vox-, que tuvo que ser reubicada a la Facultad de Psicología y Filosofía. Se han tratado de censurar, y algunas fueron efectivas, la cancelación -censura- de más charlas de diversas índoles.

Todo este caldo de cultivo, genera ante la ofensiva genocida de Israel, que se niega a cesar el fuego o a parlamentar, así como una sensación de cierta inactividad, desidia, ausencia de discusión en los marcos de la Facultad, nos han llevado a la conciencia de tomar la vía de la lucha.

Cuando menos lo esperaba, salta la chispa. Lo que parecía avanzar lentamente, cociéndose en lo oculto, aparentemente murmuros; se acelera tan rápido como prende la pólvora. Empiezan los rumores, ¿serán o no ciertos? Las reuniones y conversaciones desembocan en la necesidad de organizar una asamblea entre los miembros de la comunidad universitaria pública y toda la que quiera sumarse. Por motivos evidentes no diré, ni mentaré, nombres de los colectivos en particular tanto por seguridad de los mismos, como por el acuerdo unánime en las acciones que se han llevado acabo y se van a realizar.

Al momento, un link. Lo han hecho, ha empezado. Se plantea hacer la asamblea en el Rectorado. El número de participantes crece y crece, como sigue haciendo hasta la fecha.

La situación es tensa, el rector impide o prohíbe -depende de cuan en serio tomemos las robóticas palabras de burócrata- la realización del debate en asamblea. Reubicada, empieza.

Llegamos y muchas caras nuevas -jóvenes- y muchas otras amigas. Caras de preocupación, enfado, pero también de ánimos y esperanzas de ayudar en la medida de lo posible. Los estudiantes se agolpan en el césped, a las puertas de uno de los edificios de la antigua fábrica de tabaco.

Se hace el llamamiento y la lectura del manifiesto que deja conforme a todos. Claras, serias, profundas, fuertes, transversales son las palabras del portavoz X. Los temples se caldean con las tan acertadas palabras y la incertidumbre, la expectación crecen en relación a la acampada. Tras la exposición de los puntos, no queda otra opción que convocarla ante los hechos señalados, el estado o la situación del Sistema-mundo y de la posición de nuestras facultades y Nuestro Estado en relación al conflicto.

Ambiente de emoción, orgullo y júbilo momentáneo. La Sevilla universitaria se pone en pie de lucha. Intervienen voluntariamente particulares y portavoces varios que van a participar de este movimiento asambleario de ocupación del espacio público de la Universidad como lugar donde ejercer nuestro derecho de organización, replanteamiento, reivindicación, defensa ante la opresión y de lucha.

Las intervenciones hablan más de puntos organizativos y proposiciones e ideas para la actividad: más de la necesidad de difundir y participar, más que de dimes y diretes teóricos. La urgencia de no confiar en los medios de comunicación, y dudar al menos, sino rechazar, las instituciones que no han hecho ni van a hacer nada.

La Burocracia no presta atención, no escucha, tiene sus propios tiempos, cauces, procesos, excusas… no nos espera, nos hace esperar. Es  una máquina de hacer esperar.

Lo más difícil está aún por llegar, lo más duro. Pero hemos respondido firmemente ante este devenir del mundo. Somos conscientes que esto no acaba en Palestina, ni tampoco en Yemen, Cisjordania, Líbano, Egipto -como el resto de levantamientos anti-imperialistas en la periferia del globo. Entendemos que legitimar esta matanza es abrir la posibilidad de que en el Régimen de Guerra, que convierte a la población en armas y la instrumentaliza, se expanda a otros lugares, incluso hasta aquí, o que escale a un conflicto mayor que atente contra la existencia en el planeta Tierra.

Por ello, partiendo de lo inmediato, la Asamblea exige tanto la ruptura de cualquier tipo de trato o acuerdo con el Estado de Israel y cualquier empresa de esta Colonia o que tenga alguna relación aunque remota con las industrias de la Muerte.

El lunes 13 oirán de nosotros y lo seguirán haciendo el resto de la semana. El rector cierra zonas por un “congreso” en la misma zona de la acampada, pero es hora de hacer política, de tejer redes sociales de apoyo mutuo en la práctica de la vida, de hacer ciudad, de hacer mundo. Esperamos que más compañeros que sabemos están solidarizados de corazón con el Pueblo Palestino, se sumen a la causa de la forma y en la medida en que sus posibilidades y responsabilidades les dejen.

Algo está cambiando, quizás nosotros, quizás nosotros hagamos que cambie.

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