Del progresismo extractivista a la licuadora y la Motosierra. Del segundo gobierno de CFK al de Milei

Carlos A. Solero

Militante anarquista desde 1978. Miembro de la Unión Socialista Libertaria de Rosario. Centro de Estudios Sociales Rafael Barrett. Biblioteca y Archivo Histórico Alberto Ghiraldo. Docente de Sociología en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina.

Resulta arduo analizar el proceso que lleva del segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner al actual de Javier Milei. En esta nota intentaremos aproximarnos a algunas cuestiones que marcan hitos y puntos de inflexión para comprender cómo se dio el tránsito del modelo gubernamental progresista extractivista al gobierno de la restauración neoliberal.

El 25 de mayo del año 2003 asumió Néstor Kirchner que llegó a la presidencia por el retiro en la segunda vuelta de quien gobernó la Argentina desde 1989 a 1999, Carlos Menem un peronista de pura cepa que aplicó un plan ultra neoliberal cuyos efectos aún se persisten en la sociedad argentina. En 1999, ganó las elecciones Fernando de La Rúa quien mantuvo las privatizaciones de las empresas de servicios públicos realizadas por su antecesor, puestas como garantía del pago de la deuda externa pública y privada contraída con el Fondo Monetario Internacional durante los años de la dictadura cívico militar eclesial empresarial. En 1981, siendo presidente del Banco Central Domingo Cavallo, bajo el gobierno del general Roberto E. Viola, estatizó la deuda externa que contrajeron las grandes corporaciones empresarias. Una década después ya durante el primer gobierno de Menem se renovó el «acuerdo» con el F.M.I. y se impuso el plan convertibilidad del peso argentino y el dólar norteamericano 1 a 1. Su sucesor De la Rúa mantuvo esta ficción hasta su caída estrepitosa en el mes de diciembre de 2001 con Cavallo como Ministro de Economía.

El estallido social del 19 y 20 de diciembre de 2001 dejó un saldo de 39 personas asesinadas por las fuerzas estatales en la Capital Federal y en provincias como Santa Fe. Luego de la implosión del gobierno de la Alianza UCR, FREPASO y el Partido Socialista se rotaron en la poltrona presidencial cinco presidentes hasta que asumió Eduardo Duhalde quien había acompañado a Menem en la fórmula presidencial que ganó las elecciones de 1989. A raíz del estallido del 2001 emergieron en diversas ciudades del país asambleas de vecinos, un pujante movimiento de trabajadores procurando recuperar sus fuentes de trabajo y los Movimientos Trabajadores Desocupados, herederos del movimiento piquetero surgido durante la década del 90, cuando cerraron miles de empresas privadas y la privatización de empresas estatales que hizo crecer el desempleo de manera exponencial.

Cristina Fernández, peronista, sucedió a su esposo porque fue electa Presidenta en el año 2007 llevando como vicepresidente a Julio Cobos de la UCR. El 11 de marzo de 2008 el ministro de economía Martín Lousteau anunció la Resolución 125 que modificaba la fórmula fija de retenciones móviles para la exportación de cereales y oleaginosas. Esta medida gubernamental despertó la furia de la Mesa de Enlace conformada por la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales, Coninagro y la Federación Agraria Argentina.

Resulta paradójico que los pequeños y medianos agropecuarios se sumaran al lock out patronal que se mantuvo por 90 días, bloqueando carreteras y desabasteciendo de productos alimentarios tales como carnes, leche, verduras y hortalizas. Quedó en evidencia cómo el modelo extractivista de acumulación de capitales basado en la sojización y la minería desnudaba la fragilidad gubernamental.

A pesar de lo antedicho Cristina Fernández logró la reelección presidencial en el año 2011 con la alianza del Frente para la Victoria conformado por el Partido Justicialista, el Partido Intransigente, el Partido Comunista (C.E), el Frente Grande, el Partido Humanista y el Partido Conservador Popular derrotando a Hermes Binner del Frente Amplio Progresista, alianza del Partido Socialista, el GEN, el Movimiento Libres del Sur, la Unidad Popular. Además del conflicto con las patronales agropecuarias ya mencionado otro punto de inflexión fue la devaluación monetaria en enero del año 2014 mientras estuvo a cargo del ministerio economía Axel Kicilof inspirado neokeynesianismo.

En las elecciones del año 2015, triunfó la fórmula presidencial Mauricio Macri‐Gabriela Michetti contra la del peronismo gobernante, Cristina Fernández de Kirchner impulsó como candidatos a Daniel Scioli y Carlos Zannini. Resulta llamativo o no tanto que la oposición siguiera el consejo de Cristina Fernández: «formen un partido político y ganen las elecciones». No formaron un partido político sino una alianza entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica.

El advenimiento de Macri al gobierno del Estado significó la restauración explícita de las políticas neoliberales. Cabe acotar que Macri contó con el apoyo de dirigentes políticos y sindicales peronistas como Duhalde, Barrionuevo y Moyano, ejemplos que ilustran la inauguración de un monumento a Juan Domingo Perón y el voto en el parlamento del pago de la «deuda» externa a los llamados fondos buitre. Macri redujo al rango de secretarías a los ministerios de Educación, Trabajo y Salud. Aumentaron la pobreza y la indigencia, la precarización y flexibilización laboral y el desempleo. Durante el gobierno de Macri se desguazó el Ministerio de Economía y contrajo a través de Luis Caputo un empréstito de 45.000 millones de dólares pagadero durante 110 años., hipotecando de esta manera el futuro de la gran mayoría de la población. Corresponde señalar que, finalizado el mandato de Macri, Caputo partió con destino a Miami retornando a su puesto en la empresa de especulación financiera J.P. Morgan de la que fue jefe operativo antes de asumir como Ministro de finanzas.

En diciembre de año 2019 la fórmula Alberto Fernández Cristina Fernández de Kirchner derrotó a la de Mauricio Macri y el peronista Miguel Angel Pichetto. El triunfo del peronismo en primera vuelta generó en parte de la población expectativas del «retorno a la década ganada» de políticas neokeynesianas. El designado Ministro de Economía Martín Guzmán piloteó la negociación por la deuda externa y hasta se realizó una cumbre en el Vaticano de la que participó el Jefe de la Iglesia Católica, más conocido como el Papa Francisco, la principal funcionaria del FMI Giorgieva y el Ministro Guzmán. El conflicto entre los aliados de la alianza gobernante, Unión por la Patria, por espacios de poder caracterizó a todo el período.

Manifestación de las Madres de la Plaza de Mayo (Buenos Aires, 2010). Foto: David Berkowitz. Licencia: CC BY 2.0 Deed

Ya la pandemia de COVID 19 agudizó en la población el individualismo, desde las marchas antivacunas exhibidas como «desobediencia civil» contra la imposición de la cuarentena decretada por el presidente Alberto Fernández. El primer mandatario «desobedeció» en 2021 lo mismo que firmó e impuso a la población el cierro y la prohibición de circular, de reuniones sociales, actividades laborales y educativas que se tornaron virtuales. El presidente, su esposa Fabiola Yáñez y un grupo de amigos festejaron en la quinta Presidencial el cumpleaños de la primera dama, hecho del que hay documentos que registran el festejo: fotos y videos. Sergio Massa fue designado Ministro de Economía y ocupó ese cargo desde el 28 de julio de 2002 hasta el 9 de diciembre de 2023. El Ministro de Economía de Martín Guzmán fue rectado del cargo y lo sucedió Sergio Massa lo que implicó un alineamiento explícito con las exigencias del FMI, es decir un magno ajuste. El último trimestre del mandato de Alberto Fernández Sergio Massa intentó estimular el consumo de los sectores populares, sin embargo, durante ese breve período no dejaron de aumentar los combustibles, principalmente los hidrocarburos, lo cual potenció el aumento de los alimentos.

En las elecciones del año 2023 en la primera vuelta ganó la fórmula Sergio Massa/Agustín Rossi, pero en la segunda vuelta se impuso Javier Milei apoyado por la Alianza del Pro, partido fundado por Mauricio Macri y la UCR. El ascenso de Milei a la presidencia es colofón a cuatro décadas de la normalización constitucional. ¿Sorpresa? No tanto, dado que Milei captó los votos obtenido en la primera vuelta por la alianza del PRO y la UCR. La campaña de Milei se basó vociferando contra «la casta política» la realidad concreta es que Milei es un actor político más.

Javier Milei en el programa «La Noche de Mirtha» el 3 de diciembre de 2022. Imagen: Ilan Berkenwald. Licencia : CC BY‐SA 2.0 Deed

Milei se autoproclama «libertario» y «anarco capitalista» estos asertos son una absoluta contradicción en los términos. No hay ideología más anticapitalista que el anarquismo. Milei, pretende reducir el Estado con su plan aunque lo cierto es que para llevar adelante sus políticas de ajuste brutal necesita del aparato represivo estatal para acallar la protesta social.

Al presente, las protestas son parciales y tanto la burocracia sindical como la mayoría de los partidos políticos especulan con el fracaso del plan económico y piensan en relevo de Milei o la implosión de su gobierno. En nuestra opinión el agobio de la población exhibe pasividad y no lucha resistente. Hay que tener en cuenta que luego de 60 días desde la asunción de Milei al gobierno, en un trimestre la pobreza pasó de un 40% al 57 %.

Javier Milei, no es un epifenómeno sino la expresión más clara de cómo el terrorismo de Estado grabó a fuego en la población la nefasta ideología del individualismo cerril, del egoísmo, la falacia del personaje que puede salvarse solo y de las personas que se consideran «empresarios de sí mismos». Con el apoyo explícito de las iglesias evangélicas opuestas a la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y por supuesto los negacionistas del genocidio perpetrado por la dictadura cívico‐militar‐eclesial‐empresarial (1976‐1983), Javier Milei ganó las elecciones presidenciales de 2023 en segunda vuelta obteniendo el 56% de los votos sobre el 40% de votantes. Décadas de desempleo masivo, décadas de cooptación gubernamental de los llamados movimientos sociales y de sus dirigentes piqueteros manejando planes sociales de manera clientelar. Los partidos de izquierda volcados al juego parlamentario, alejándose de sus perspectivas revolucionarias. Una sociedad fragmentada y sometida al imperio del capital y del Estado.

Ardua es y será la lucha en medio de este sórdido panorama. A pesar de todo continuaremos resistiendo a la opresión, la dominación y la expoliación capitalista de manera autónoma de toda burocracia, solidariamente.
 

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