Charo Arroyo
Mi intención con este artículo es recordar la figura de un militante anarcosindicalista, que curiosamente tiene un halo de polémica a su alrededor. Así como la figura de Durruti nunca ha recibido este cúmulo de dudas, la de Seguí sí ha sido teñida de desconfianza por su reconocida facilidad para la negociación y, por tanto, alejada de la radicalidad en la actualidad se considera. Seguí era capaz de reunirse con
Companys, el Gobernador o cualquier líder de la patronal para conseguir algo. Se decía que incluso fue tentado por la política y, un buen amigo cómo era Pestaña creó el Partido Sindicalista.
Pero mi homenaje realmente al destacar su figura es para reconocer a todos aquellos militantes que fueron asesinados en esos años de violencia, con asesinatos en ambos lados (sindicalistas y patronos y sus pistoleros). Siempre acabamos destacando a uno por encima de otros y no es justo que así queden en el olvido. Pero lo cierto es que lo habitual.
Este año se cumple el centenario del asesinato de Salvador Seguí. Evidentemente también de otros muchos compañeros que también fueron asesinados durante ese año y en otros muchos más durante la época conocida como los años del pistolerismo. Porque el número de personas asesinadas por los matones de la patronal y los cuerpos policiales es muy largo y triste.
«La figura de Seguí ha destacado por su participación en huelgas y conflictos. La más conocida la huelga de la fábrica La Canadiense»
Pero la figura de Seguí ha destacado por su participación en varias negociaciones de conflictos y huelgas. La más conocida es la huelga de la Canadiense. Pero no debemos olvidar que aunque es un gran militante solo es uno más de los muchos que entregaron su vida defendiendo sus ideales ya que sería engrandecer una figura para empequeñecer la de una Organización que está compuesta por un grupo de militantes.
Sobre Salvador Seguí se ha escrito mucho recientemente y muchas organizaciones y líneas ideológicas se han querido apropiar de su amparo. Pero lo que es innegable es su militancia en la CNT y desde esa perspectiva va a ser tratado. Para conocer lo que decía Salvador Seguí se ha editado un libro con sus discursos, cartas, etc. por la Fundación Salvador Seguí («Antología de Salvador Seguí”) tenemos su libro «Escuela de Rebeldía» y varios libros más que recogen su figura.
«Las maniobras de manipulación en las negociaciones y de muchas intrigas palaciegas, patronales y sindicales para que triunfaran los sectores menos moderados y el conflicto fuera la situación habitual en la sociedad»
Pero yo he querido recoger lo que aparece en un libro escrito por León‐Ignacio dónde relata esos años de violencia contra los trabajadores y las maniobras de manipulación en las negociaciones y de muchas intrigas palaciegas, patronales y sindicales para que triunfaran los sectores menos moderados y el conflicto fuera la situación habitual en la sociedad. Entre el sector “moderado” se encontraba Seguí o se le ha incluido ahí por su reticencia a la estrategia de la violencia para la consecución de los objetivos finales de la revolución. Pero es dudoso que fuera tan moderado, eso lo dejamos a las valoraciones personales. Lo que sí era es muy observador y analítico. Buscaba conseguir algo en cada negociación y no se establecía un tiempo para conseguir el objetivo. Consideraba que el triunfo de sus ideas sin una revolución, una revolución sangrienta era difícil que llegara a suceder pero a través de las armas tampoco veía que fuera posible llegar al objetivo de la sociedad libertaria. Por eso, en una primera valoración se le considera como un moderado aunque posiblemente lo podríamos considerar un ser práctico. Conocedor de la fuerza real de la Organización lideró en varias ocasiones la estrategia de la negociación no llevando al extremo las peticiones para poder llegar al acuerdo y obtener algunos resultados positivos. Por eso se pone en duda su espíritu revolucionario.
Lo que está claro es que hoy podemos valorar los efectos de sus decisiones pero no sabemos qué habría pasado si hubieran tomado otras decisiones más atrevidas. Lo cierto es que hoy, no habiéndose seguido las propuestas de Seguí no se ha conseguido la revolución social.
Nos cuenta León‐Ignacio un relato de situaciones de conflicto entre clases y entre iguales porque dentro de la CNT tampoco había unanimidad en la línea propuesta por Seguí (como es natural dentro de una organización libertaria, las ideas son propias y por eso hay que llegar a un consenso).
Tenemos una figura que ha pasado a la historia, principalmente, por su intervención en la huelga de la Canadiense y por haber sido asesinado cuando parecía que la línea de actuación de la CNT iba a ser de construcción y no de destrucción, y que siguiendo esa senda según varias opiniones se podía conseguir cambiar la sociedad y acabar llegando a una sociedad libertaria. (bonito debate para desarrollar en la actualidad) algo que se me antoja muy ilusionante pero poco real.
No fue solo Seguí el asesinado, ni siquiera en el acto violento contra él donde también fue tiroteado y ocasionándole la muerte a su compañero “Peronas”, Francisco Comas, pero sabemos que en la historia siempre se busca un héroe, un mártir, etc. Y, sí, quizá si no lo hubieran asesinado Salvador Seguí sería como Pestaña, Peiró (por cierto también asesinado por defender sus principios), etc. Pero es que, como queda reflejado que se ha llevado a teatro y a cine, la vida de Seguí es una vida de novela.
Nacido en una familia humilde se vio abocado a trabajar desde muy joven y no poder recibir educación siendo toda su formación autodidacta, lo que lleva a valorar aún más su actitud en la toma de decisiones y su capacidad de orador en los mítines, así como su liderazgo reconocido por sus compañeros.

Fue uno de los principales militantes desde la primera década del siglo XX en la lucha obrera en Barcelona. Y con los años su figura se fue agrandando llegando a ser conocido no solo por el resto de España sino también en el extranjero. Fue asumiendo cargos en la CNT hasta llegar a ostentar el cargo de Secretario General Nacional. Lo que es evidente es que su asesinato ha engrandecido la figura de Seguí. Pero no debemos olvidar que estuvo recibiendo varios anónimos con amenazas de muerte (más compañeros como Pestaña también los recibían) y varios intentos de asesinato desde semanas antes de matarte. Puede que la gente de aquella época estuviera equivocada pero desde luego fue una figura muy destacada. No fue el único muerto de la CNT ni el último, por desgracia.
Continuemos con la referencia al contexto histórico de la vida de Seguí. Con la I Guerra Mundial la situación económica de España mejoró por los contratos con las empresas para abastecer a los de la contienda. Con el devenir de los meses la estrategia de la CNT dio buenos frutos y se conseguía un reparto del trabajo más o menos equitativo y aumentaba el número de la afiliación a los sindicatos. Pero una vez finalizada la guerra la prosperidad de las empresas decayó y el trabajo empezó a escasear. En ese momento la ayuda que desde el sindicato se ofrecía hizo que se acercasen aún más a la CNT. La patronal temerosa del poder que iba adquiriendo el sindicato decidió una pequeña mejora de las condiciones para alejar a los trabajadores de las organizaciones sindicales y destruir la red colectiva para ofrecer ventajas a nivel individual. Y llegamos a la huelga de la Canadiense. Como respuesta a la presión de los patronos se convoca la famosa huelga (merece un artículo por sí sola esta huelga). Fue desconvocada tras muchas semanas de huelga y de paro general en la ciudad de Barcelona. La decisión sobre la desconvocatoria no era unánime. Había quienes querían continuar con la huelga pero la situación en la que se encontraban los trabajadores y sus familias ya era límite. Ahí intervino Seguí con su oratoria convenciendo de aceptar las condiciones (readmisión de todos los despedidos, aumento del sueldo y la jornada de 8 horas). Para conseguir su intervención se le liberó de la cárcel en la que estaba recluido. La patronal sabía que seguir con la huelga les llevaría a la ruina y presionaron a las autoridades. Podemos pensar que Seguí era un ingenuo porque la patronal incumplió el acuerdo. La amenaza de una nueva huelga estaba ahí pero las fuerzas del colectivo obrero estaban muy agotadas. Aún así se vuelve a convocar una huelga el día 25.

Tenemos que llamar la atención también sobre la actividad del somatén que supone una gran represión para los militantes de CNT. Se aprovecha el ambiente de pistolerismo para saldar cuentas pendientes entre ambos bandos. La situación real es que desde una parte de la patronal no se quieren acuerdos sino humillar y tratar a patadas a los sindicalistas y buscan enfrentar a los trabajadores con los miembros del sindicato. Es la vieja consigna de divide y vencerás.
Seguí era de la tesis de que un ambiente de confrontación no llevaba a una sociedad mejor sino que la opción posible sería a través del acuerdo. Por eso tiene esa fama de moderado y conciliador. Podemos pensar que Seguí y quienes opinaban como él tampoco estaban tan alejados. Pero cuando con quien negocias no tiene intención de cumplir lo negociado, ¿qué camino tomar? Tanto en la patronal como en el sindicato había quien promovía la confrontación. Pero reflexiono, ¿sin presión cómo puedes conseguir un mínimo de acuerdo favorable a tus posiciones? La patronal toma nuevas formas de presión. Decreta los cierres patronales, conclusión, los obreros y sus familias se mueren de hambre. Llegan, incluso, varios de CNT a ir hablar con el Ministro para que rebaje la tensión y presione a la burguesía. Pero no nos engañemos, en Cataluña siempre la burguesía ha tenido un poder que estaba por encima del Gobierno. Todo intento de rebajar la tensión se diluye.
Así vamos avanzando hasta el fatídico día en el que “supuestamente” unos del Sindicato Libre (que estaba en verdadera pugna con CNT para atraer a los trabajadores a su sindicato) asesinan a Salvador Seguí y a Peronas en la calle Cadenas tras varios intentos en días anteriores de cumplir con el mandato de la patronal radical.
Podemos sacar conclusiones que no tienen realmente relación pero curiosamente unos meses más tarde se instaura una dictadura en España. Que es cierto que no viene de estos barros pero sí que se suma a los lodos de la sociedad española del momento.

Por resumir el porqué de este artículo más allá de ser el centenario del asesinato de Seguí. A mí me hubiera gustado más celebrar su nacimiento, pero quería dejar unas líneas de cómo veía a Seguí. Las líneas de actuación de CNT para conseguir la “revolución” sin el método revolucionario es verdaderamente revolucionario. No olvidemos que ya habían visto el resultado de la revolución rusa y el desengaño que se llevó Pestaña en su visita a Rusia.
Podemos recoger la visión de Seguí de cómo tiene que actuar CNT y que fue pergeñando en su encierro en La Mola: “El anarquismo no constituye tan solo un arma para derribar el orden establecido, sino un medio para construir otro mejor y más justo. Pero eso solo podrían realizarlo los sindicatos, creando ellos mismos la nueva sociedad al margen de la existente hasta llegar a desplazarla.
Sin embargo, las posturas llevadas por los distintos grupos de afiliados pretendían otra opción y la vía belicista se iba implantando con la creación de los grupos de afinidad y la constitución finalmente de la FAI, una declaración de intenciones de diferentes vías de lucha.
Aquí, podemos abrir un nuevo debate. El noi del Sucre versus Durruti. Pero lo cierto es que ninguno de los dos pudo llevar a cabo su proyecto.

Bibliografía:
- León‐Ignacio, Los años del pistolerismo : ensayo para una guerra civil, Barcelona, Planeta, 1981.
- Salvador Seguí Rubinat: el Noi del Sucre, Barcelona, Fundación Salvador Seguí, 2023.
Salvador Seguí, el noi del sucre, fue un hombre, un sindicalista íntegro que buscó conseguir unas condiciones dignas para el trabajador y evitar que el ambiente violento propiciado por somatenes y empresarios desembocara en una mayor represión de la clase obrera.
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Gracias Charo, un artículo interesante, nunca está de mas seguir glosando la figura de Salvador Seguí.
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