Los hombres aliados de los feminismos en los tiempos oscuros de la reacción capitalista heteropatriarcal

Nadie es más esclavo que el que se tiene por libre sin serlo
W Goethe

Gerardo Romero Diaz

Las políticas de la identidad no solo están para denunciar las represiones existentes; también deberían propiciar la reflexión crítica sobre la propia identidad. Más que prescribir una determinada identidad, el objetivo de estas políticas debería permitir la negociación permanente acerca de las identidades. Sabemos bien que las identidades nunca son compactas, sino que surgen de elementos heterogéneos y en parte contradictorios que se van transformando con el tiempo.

cero. Prólogo.

No encontrareis en lo que sigue un proyecto o camino a seguir para alcanzar una posible emancipación, no. Sin embargo si se pueden apuntar, algunas ideas (no para la forja de una dirección que nos guie, esto es, ideas siempre criticables y debatibles) y prácticas de libertad que ayuden a crear grietas frente a las instituciones sociales disciplinarias heteropatriarcales capitalistas como es, entre otras la CIS masculinidad.

Vivimos un periodo histórico de claro avance de la reacción, de la hegemonía neoliberal heteropatriarcal posmoderna, cuya intención es la fábrica de un tipo de ser humano competitivo, empresario de sí, individualista, racista, misógino, homofóbico –u homonacional–. En este cambio, de largo aliento, no sirve el que gobiernen unos u otros para revertirlo; es prudente ser conscientes del cambio antropológico en marcha.

Las reseñas y aportaciones que aparecen en este escrito no servirían si se tomaran como algo para repetir dogmáticamente sus enunciados, aunque si podrían inspirarnos para pensar(nos) colectivamente en la creación de otros modelos diversos de personas. Esta propuesta, pues, no trata pues de reformar o transformar la identidad masculina sino de abolirla, de ir construyendo-imaginando para los cuerpos de hombres un papel radicalmente distinto si nuestro propósito es la lucha inacabable por la emancipación, abierta a todes quienes aspiramos a llevar “un mundo nuevo en nuestros corazones”.

Es una propuesta rumiante como dice Lucrecia Masson1: “El rumiante es irreverente e iconoclasta. No cree en ideas propias, se sabe no original. Sabe que siempre que habla, traduce. El rumiante apuesta por un ejercicio de invención político que es colectivo, siempre. Procura darse, para sí y su comunidad, herramientas, y entiende que estas herramientas no son algo a lo que se llega, sino que están en constante construcción”. En definitiva, lo que podríamos llamar enunciados de esta propuesta buscan la formulación colectiva de otros enunciados que solamente la reflexión y las prácticas comunes podrán construir y desarrollar. Empecemos.

Las ideas que se proponen tiene la vocación de ir construyendo grietas antiautoritarias enfrentadas a las propuestas de contrato social que se avecinan cuyo reverso es el contrato sexual en la esfera privada encontramos:

  • las propuestas “civilizadamente” liberales que buscan resetear el capitalismo hablando de la necesidad de “Un nuevo contrato social”, ya que según sus promotores “No se trata tanto de que prescindamos de categorías o de instituciones consolidadas sino más bien de que las adaptemos a una nueva realidad…  que abogando por “una nueva racionalidad someta a revisión el espacio público para hacer posible la “paz social”2.
  • “el ecofascismo como una modernización adaptativa del fascismo tradicional que “combinaría la trama política, económica y social con los elementos nuevos vinculados con el cambio climático, con el agotamiento de las materias primas energéticas y con las agresiones que padece la biodiversidad”; “el ecofascismo que tengo en mente sería el producto de un gran consenso en el que se darían cita liberales y socialdemócratas, occidentales y chinos, élites del Norte y élites del Sur” “….consensos que no parecen llamados a ver la luz  al amparo de la deliberación abierta, sino por efecto de imposiciones que saldrán adelante de la mano de la propaganda, permitiendo aquilatar una comunidad monolítica y homogénea3. La nueva admón. USA de D Trump nos alerta….

Situamos claramente estas palabras como una propuesta de ruptura con la matriz heterosexual (por la que no se ve más allá de su funcionalidad para la reproducción social y biológica la cópula naturalizada del macho y la hembra) por la que surgirían nuevas maneras de ver los cuerpos sin esa economía de uso supuestamente “natural”. A su vez de ruptura anticapitalista, ya que esta matriz contiene un componente económico (A).

No olvidemos que incluso en nuestros ámbitos libertarios y apelando a un supuesto materialismo se reproducen argumentos que acatando esa naturalización de la matriz heterosexual les lleva a estar inconscientemente cercanos a los planteamientos claramente reaccionarios: “La dimensión discursiva del sexo es interpretada como una negación de su materialidad…. De ahí que afirmen con recurrencia que, en la producción teórica de feminismos construccionistas, deconstruccionistas y teoria queer la diferencia sexual es remplazada por una elaboración voluntarista. Con ello soslayan la sedimentación histórica del género y la sexualidad, así como los constreñimientos culturales que imponen formas de ser hombre y de ser mujer4.                                                                                                                                 

Varios gobernantes, ante el avance imparable del feminismo han declarado  “protegería a las mujeres «les guste o no» del misógino y autoritariamente paternalista Trump o, quienes como Alberto Fernández, dicen que sus violencias hacia su pareja son eventos del ámbito privado, que no deberían salir de allí y, a su vez, en el ámbito público no se despeinan al proclamar “le puse fin al patriarcado”.

Pedro Sánchez, apeló a un feminismo de la integración y no desde el conflicto porque tiene “amigos” que se han “sentido en alguna ocasión incómodos con algunos discursos feministas” declarando: “creo que hay una impresión de que hay un ciudadano, hombres de entre 40-50 años que han visto que algunos discursos, no tanto las políticas, han sido incómodos hacia ellos”, por lo que ahí “probablemente” es “donde algo hemos retrocedido”, en materia de igualdad.

Las preguntas pertinentes que, algunos en algún momento, nos planteado son: ¿ante las luchas feministas los hombres nos hemos sentido siempre cómodos?, ¿no hemos manifestado un paternalismo inconsciente ante los avances de las “histéricas feministas”?, ¿cómo actuamos ante un compañero que mantiene un discurso público diferente a sus prácticas intimas con su pareja?.

Los feminismos son el movimiento social más amplio, diverso y disruptivo con los valores e instituciones sociales del “sentido común heteropatriarcal capitalista planetario” (la familia, la división sexual del trabajo, los binarios masculino-femenino y homo-hetero, etc.) así que el plantearnos como hombres aliados de los feminismos tiene unos costes para nosotros personales y políticos que nos interpelan a preguntarnos ¿cuál es el papel que como hombres aliados de los feminismo estamos desarrollando en estos momentos de aguda reacción proto-fascista?.

Ante las “incomodidades” masculinas por los avances de las luchas feministas, las repuestas de las disidencias sexuales y feministas como la de Paul B Preciado5 aportan lucidez ante la “restauración neofascista”; no es que se haya ido demasiado lejos en las demandas feministas sino que la crítica para desmantelar el capitalismo extractivista y la supremacía del blanco no ha sido lo suficientemente rápida y profunda, dada la resistencia de les poderoses a renunciar a sus privilegios (B).

uno. Falsas encrucijadas.

Frente a los discursos iliberales, de odio a las mujeres y de pureza racial de la reacción protofascista, nos encontramos con  las propuestas “civilizadamente” liberales, asumidas por las socialdemocracias europeas y de los USA que buscan resetear el capitalismo hablando de la necesidad de “Un nuevo contrato social”, ya que según sus promotores: “No se trata tanto de que prescindamos de categorías o de instituciones consolidadas sino más bien de que las adaptemos a una nueva realidad” que, basándose en el mito de “la igualdad de oportunidades” en las metrópolis occidentales, supere y cierre en falso la grave crisis sistémica planetaria (económica, de cuidados, ecológica y de gestión biopolítico-demográfica) abogando por “una nueva racionalidad que someta a revisión el espacio público para hacer posible la “paz social”. Es ilustrativo en este sentido lo planteado por M. Shafik6, esta autora desde una clara perspectiva utilitarista, funcional para la maquinaria capitalista propone, entre otros cambios sociales: la implicación de los varones en los cuidados familiares para posibilitar la incorporación de las aptitudes de las mujeres al trabajo y así incrementar la productividad de los “recursos humanos” y el aumento del PIB; a su vez asume, entre otras, la directiva del FMI y del BM de recortar y privatizar las pensiones públicas en Occidente.

Imagen: Stephen Yu

Estas dos propuestas nos sitúan ante una encrucijada en la que se nos dirige inducidamente a elegir entre el camino nostálgico tradicionalista (dios, patria, familia) del rechazo fascista y autoritario a la modernidad neoliberal (Orbán, Trump, Putin, Bolsonaro, Le Pen, etc., etc.) o asumir dócilmente el seguir el camino de los dictados de la reorganización de la gobernanza capitalista. Estas dos caras de la soberanía que, según Dardot y Laval entre otros muchos, son perfectamente complementarias (C).

Salir de esta falsa encrucijada nos obliga a recordar aquello que en un espacio de Santurtzi planteaban las compañeras en 2014:

“Haciendo una radiografía de nuestros espacios nos encontramos con un antifeminismo ferviente no reconocido, una mezcla entre un feminismo 
de la “igualdad” incrustado y la creencia de que el gueto se salva de las actitudes de mierda que se reproducen fuera de él”.

Nuestra propuesta requiere situarnos antagónicamente a esta falsa encrucijada forjando activamente comunidades en las que los discursos y prácticas de los feminismos de clase, raza, sexo y de género vayan emergiendo, pues como dice Chiara Boticci en “Anarcafeminismo”:

“La declaración más generalizada de nuestra política en el momento actual sería que estamos activamente comprometidas con la lucha contra la opresión racial, sexual, heterosexual y de clase, y consideramos que nuestra tarea concreta es llevar a cabo un análisis y unas prácticas integradas, basadas en el hecho de que los mayores sistemas de opresión forman una cadena entre ellos”.

Salir de la encrucijada en la que nos quieren ver inmersos, quienes defienden las democracias liberales de la UE cuando apuestan por la reinvención económica y en el aumento del gasto en defensa para mantener Europa competitiva frente a los USA, Rusia o la RP China.

dos. Tiempos nuevos, tiempos salvajes.

Es desde la crisis económica de mediados de los 70 del pasado siglo que se inicia un cambio económico y social neoliberal en Occidente (“nuestras políticas económicas son el método, nuestro objetivo es cambiar el alma7 de los hombres”, M. Thatcher8) por el que la relativa estabilidad vital laboral y de salarios y de la cobertura de servicios públicos del estado del bienestar, salta en pedazos.

La llamada revolución neoliberal de Thatcher-Reagan, fue una reacción al imaginario de lo que quedaba de las nuevas o renovadas luchas (feminismo, el movimiento obrero anarcosindicalista y revolucionario, ecologismo social, antimilitarismo, nuevos movimientos libertarios, etc.) iniciado en los mayos de 1968; el “No existe la sociedad sino los individuos y sus familias” denotó el intento de borrar las luchas colectivas, un cambio disciplinario en las costumbres9.

El envite protofascista actual no es más que la alargada sombra de ese neoliberalismo en el S XXI, una agudización de las reaccionarias políticas de hace cincuenta años ante las crisis ecológica y económica y las disputas geoestratégicas inter-imperialistas.

En este escenario reaccionario10, la vuelta a la tradicional sumisión de las mujeres, la glorificación de la familia y el descredito y/o la asimilación de las luchas feministas que reivindicaron la libertad sexual, la separación entre sexo y reproducción, la ruptura con la división sexual del trabajo, la desmitificación de los binarios masculino-femenino y homo-hetero sexuales, etc., se enmarca en la vuelta a un patriotismo por el que se proclama la maternidad patriótica las llamadas al fomento de la natalidad y a la ilegalización del derecho al aborto y se denuncia cínicamente el terrible peso que la guerra pone sobre la vida de toda la población.

La recuperación del sentido común de los valores tradicionales de “dios, patria, familia”, es el paraguas de infinidad políticas que pretenden restaurar un orden patriarcal en el que solo se reconozca dos géneros, el masculino y el femenino y volviendo a la tradicional división sexual del trabajo y el espacio11 se rearticule con un racismo en las cadenas trasnacionales de cuidados y trabajos más precarios (las temporeras de la fresa, por ej.) pues las trabajadoras del hogar y de cuidados son el nuevo ejército de reserva del siglo XXI del capitalismo.

tres. Deconstruir –desnaturalizar– la masculinidad para construir instituciones en comunidades diversas.                                                  

3.1 INGENIERIA SOCIAL Y NATURALIZACIÓN REACCIONARIA.

El proceso de instauración del capitalismo fue el resultado de un conjunto de estrategias –no siempre coherentes ni coordinadas– por los poderosos en sus distintas fases por los que iniciaron un cambio en las formas de vida mediante cambios profundos en la economía, instaurando un imaginario naturalizando el trabajo asalariado, la competitividad entre las personas, la opresión hetero patriarcal, etc., etc. Así que “No hay ninguna “naturaleza humana intrínseca” que podamos rescatar, que podamos desalienar o que tengamos que ir realizando progresivamente para encontrarnos por fin a nosotros mismos, tal y como somos, realmente. []Ni tenemos una esencia, ni lo que somos hoy es un accidente coyuntural que habría sufrido esa esencia. Somos, simplemente, el resultado de unas prácticas contingentes que nos han constituido como lo que somos. [] Podemos querer construirnos de una o de otra manera, pero ninguna de esas formas será más conforme que otra a nuestra verdadera naturaleza. Simplemente, porque no hay tal cosa como nuestra verdadera naturaleza [168]12.

 Hablando pues, de las instituciones, que no de las organizaciones, esto es, “las normas, valores, lenguaje, instrumentos, procedimientos y métodos para tratar con las cosas y hacer cosas, y, desde luego, también como el yo individual, en el tipo y la forma tanto particular como general que se le da en cada sociedad”13 (D) resultantes de este proceso histórico contingente señalamos la CIS masculinidad como uno de sus pilares.                                                                                  

Alliez y Lazzarato14 hablan de la colonización sobre las poblaciones en el interior –en la metrópolis– (pobres, mujeres, niños) y la que se forja en las colonias nos hace ver el concepto de biopoder como gestión poblacional y su reproducción (E).                                                                                   

Recordando las sustanciosas declaraciones anteriormente aludidas de M. Thatcher: “nuestras políticas económicas son el método, nuestro objetivo es cambiar el alma de los hombres” nos acerca a lo que busca el proyecto proto-fascista contemporáneo que está en consonancia con que aceptemos nuestro destino –“…es muy hermoso que los pobres acepten su destino” de Teresa de Calcuta– o lo dicho por IDA en Perú de que «Hay población que está sumida en la pobreza y, sin embargo, es alegre» que tienen el mismo mensaje de Trump hablando volver al sentido común marcado por Dios y el mercado a los hombres, rechazando lo que para él es la ingeniería social acabando con la ideología de género, ya que para él solo hay dos géneros: hombre y mujer, masculino y femenino. 

Todos estos discursos contienen una materialidad innegable 15:                                                                “no son un desvío de las cuestiones realmente importantes, las materiales, acabar con ellas no sería uno de los puntos centrales de la agenda internacional de la ultraderecha y de la oligarquía económica mundial. Acabar con la migración y acabar con el género van de la mano en este nuevo plan para el mundo, junto con los delirios de colonialismo. La nueva edad de oro es la restauración del poder del hombre blanco”. 

Naturalizar la explotación ideando identidades innatas, fijas, inmutables y volviendo a las tradiciones que creiamos totalmente superadas, esa es la consigna ultra amparada por el Vaticano y las confesiones religiosas cuando hablan de los avances feministas como una forma de colonización occidental o como un programa de ingeniería social16.

Los hechos, sin embargo contradicen las prácticas históricas de los seres humanos y las campañas derechistas occidentales en África y América promoviendo la aludida matriz heterosexual  (E.1).

El movimiento de las trad wives (esposas tradicionales), surgido en 2012, es el equivalente femenino de The Red Pill –una comunidad misógina de Reddit, el foro más grande de internet–, su ideario político está en sintonía con el autoritarismo nostálgico de la extrema derecha.

El perfil de una trad wife, a grandes rasgos, es el de un ama de casa que prefiere servir a su marido y tener hijos e hijas en lugar de trabajar fuera del hogar. Mujeres cristianas que se oponen al feminismo, creen en el determinismo biológico que divide la función de áhombres y mujeres en la sociedad y proclaman que las familias merecen reconocimiento social.

Frente al descenso de la natalidad, “no podemos renovar nuestra nación con los bebés de otros”, exclama, como solución a la idea del “gran reemplazo” que proclaman los partidos de extrema derecha, estas mujeres aparentemente inofensivas quieren participar en una guerra racial imaginada con sus armas de mujer (que se reducen a la capacidad de dar a luz y criar a los hijos)17.

T. Ibáñez comenta, a propósito de la búsqueda de una naturaleza de les seres humanes:

“Las reticencias de Chomsky frente a la idea de la maleabilidad del ser humano son perfectamente comprensibles cuando se piensa que lo que se desprende de esa idea es que podemos hacer lo que queramos del ser humano, lo cual es efectivamente peligroso, (…) Sin embargo, no es menos peligroso confiar, para contrarrestar ese peligro, en una naturaleza humana innata, fija, determinada, dada de una vez por todas. Lo que Chomsky no parece ver es que tiene que elegir entre la afirmación de una naturaleza humana ya dada en el momento de nacer y el anarquismo en tanto que exigencia de libertad, porque los dos son incompatibles.18

Ejemplo, entre otros, de la maleabilidad humana lo tenemos en las influencias socioambientales en la maduración cerebral de la adolescencia para toda la vida.19 (E.2)

Les humanes somos pues un producto de constructos sociales históricos que nos condicionan incluso antes de nacer, así J. Butler20 defiende que “Hay que deshacerse de la dicotomía naturaleza-sociedad” [241] (E.3)

Cierta coincidencia, implícita, se ha dado históricamente entre ciertos sectores de los feminismos con las derechas desde los 70 del S XX y que ahora tienen una vigencia reseñable como indica Jasbir K. Puar, precursora del término homonacionalismo:

“Creo que lo interesante es que el tipo de movimientos antitrans, antiqueer y TERF que se dicen contra lo que denominan ideología de género, en realidad son fundamentales para la forma en que el fascismo está ganando popularidad”.

Muchas personas que teorizan sobre el fascismo todavía ven este tipo de discursos en torno al género y la sexualidad como un epifenómeno cuando, al final, la regulación sexual y de género y la pureza racial son centrales en las teorías fascistas. No hay nada epifenoménico en los movimientos antitrans y antiqueer  y de ideología antigénero contemporáneos, pues son centrales a la forma en que funciona el fascismo”21.

Reelaborando el concepto de la interseccionalidad, introduciendo el concepto de clase, Maria Fernanda Rodriguez 22, dice que ninguna emancipación es factible al margen de un horizonte y cultura de clase compartidos: “contribuir a posibilitar un bloque, un mínimo proyecto conjunto, que hallaría en la clase un elemento esencial de vinculación (y no de exclusión o supeditación) para formas de antagonismo acerca de la raza, del sexo y de la sexualidad, en tanto y en cuanto, éstas no son extrañas a la lucha de clases como elementos secundarios, sino primarios del dominio de clase. No son formas opresiones culturales o secundariamente culturales que se tratarían una vez desaparecida la explotación económica de clase” (F).

Esa alianza de los diversos rechaza la fantasía individualista, incrustada en algunos grupos de hombres, de ser salvados por políticas estatales o por los “click” de las tecnológicas de los billonarios, que retorciendo el argumento de que “lo personal es político” remedan la teoría de la “mano invisible” de A. Smith en la creencia de que las acciones individuales (la deconstrucción de mi masculinidad) producirán espontáneamente cambios sociales.

 3.2 HOMBRES ALIADOS DEL FEMINISMO DE CLASE.

Como aliados, es imposible combatir el racismo y la subordinación de las mujeres al margen de la opresión de clase, estando como lo están incrustadas en la jerarquización laboral y en una reproducción social con el menor coste posible para el capital.

No son meras ideologías susceptibles de cambiar mediante transformaciones subjetivas, puesto que están objetivadas socialmente, razón por la que la ideología es eficaz. 

La quimera del ascensor social de la igualdad de oportunidades se manifiesta, en la asunción masculina de los cuidados en el hogar, cuando, por ej. solo uno de cada diez trabajadores con sueldos bajos alarga el permiso de paternidad por nacimiento hasta las 26 semanas posibles, frente al 29% de aquellos con mayores niveles salariales; “un claro sesgo por rentas según el cual los padres mejor posicionados (salarialmente) y con contratos fijos –y seguramente con mayor poder de negociación en sus empresas–son los que más se turnan con las madres para el cuidado tras el nacimiento o adopción de sus hijos. De esta forma, hacen en mayor proporción un uso corresponsable de los permisos”23.

Las mujeres con educación superior que se dedican exclusivamente a las labores del hogar son un 10%, las que han acabado secundaria constituyen alrededor del 30%, mientras que las que únicamente tienen primaria o inferior son el 60% del total en esta categoría, según la EPA. (Aunque hay que matizar que hay más amas de casa entres las mujeres de más edad y que estas accedieron en menor medida a la educación).

3.3 ESPACIOS ANTAGONISTAS, AUTÓNOMOS Y DIVERSOS PARA IR CREANDO FORMAS DE VIDA.

Butler24 señala como “los debates clásicos sobre libre albedrio y el determinismo toman forma también dentro de la teoría del género. (…) La idea de que la construcción social significa que tú y yo podemos construirnos como y cuando queramos olvida las limitaciones impuestas por la sociedad y la obstinación del inconsciente en la formación tanto de la sexualidad como del género. De hecho, esta identificación del género con la idea de libertad personal malinterpreta la lucha colectiva necesaria para dar cabida a nuevas formas de ser del género, más habitables que las que nos han sido asignadas”. [56-58].

La necesaria lucha colectiva común es la que “solo esta actividad práctica puede producir un nuevo sujeto colectivo, lejos de que tal sujeto pueda preexistir a dicha actividad como titular de derechos” siendo creativa ya que “es al mismo tiempo una cualidad de actuar y aquello que este actuar instituye25” según un conjunto transfeminista de prácticas y valores a defender.

Palabras que contrastan con la larga sombra de “El hombre es amo de sí mismo” de Locke una manifestación de individualismo competitivo y sin reservas de la masculinidad hegemónica contemporánea.  

La deconstrucción de nuestra masculinidad es un proceso personal y político, activo con otros hombres (G), que:

  • sí es un esfuerzo personal que exige, por un lado, una persistencia que implica cierto dolor para reconocer nuestras oscuras prácticas machistas y tiempo para reflexionar y cambiar. No es, por otro lado, una elucidación racional sin residuo y eliminación total del discurso heteropatriarcal no sabido como tal, ya que “es lo mismo que una cerilla en medio de un campo en plena noche; una cerilla apenas ilumina, pero nos permite ver cuánta oscuridad hay alrededor”, por el otro, demanda creatividad en común.
  • pues también es un proceso político y colectivo, ya que si: “Somos engarces, siempre singulares, de un tejido del que también somos tejedores. Por tanto, el territorio de resistencia no es el Yo, sino los entramados materiales y simbólicos en los que estamos inscritos y que somos26, no buscaríamos nuestro sexo verdadero y natural, sino indagar y deconstruir nuestro sexo falseado para crear y conquistar nuestro sexo imaginario. “La comunidad de lucha genera un nuevo imaginario compartido un compromiso y sacrificio militante real ….. que permita crear espacios de encuentro, discusión y disputa, con un potencial para la conformación de un nosotros y para el desarrollo, revisión y confrontación de la teoría política”27. Deconstruir para construir alternativas desafiantes a la sociedad heteropatriarcal capitalista, a una institución más de las que vertebran lo social contemporáneo heteropatriarcalcapitalista, la CIS masculinidad como representación de nuestro pensamiento y nuestras prácticas28.
  • Vislumbrar como proceso creativo una sociedad comunista libertaria en la que la posibilidad de la perversidad polimorfa humana de la que habló Marcuse29 sea posible, sin que se convierta en una nueva normatividad, esté en consonancia con la democracia directa de la economía, la política y la vida que merezca ser vivida. Ya Alfred Kinsey prueba (justo después de la II GM) que: homosexualidad y heterosexualidad no son realidades opuestas sino más bien un continuum. (…) En consecuencia el amor entre hombres dejó de ser pensado tal y como propone Kinsey (como algo generalizado y estructural, pero casi siempre negado y reprimido) para pasar a ser un modelo identitario binario, claustrofóbico y simplista, en el que existen dos grupos homogéneos distintos y opuestos: heterosexuales y gays30
  • Renunciando a espejismos de Ikárias imposibles como nos han dicho que sería la sociedad pos-capitalista en la que las personas se desentiendan de la política y el común dejando su destino en manos de los técnicos, los profesionales de la política y las máquinas. En el que la libertad deje de ser un virtuosismo, un trabajo deliberativo en común.

Carlos Taibo en su texto “Colapso”31 expone la crisis civilizatoria en la que vivimos, el colapso generalizado por venir y la necesaria confrontación con el capitalismo y el Estado desde la necesaria alternativa libertaria por “….. la construcción de espacios autónomos, desmercantilizados y, ojala, despatriarcalizados…..”.

Para que ese “ojala” de espacios comunitarios despatriarcalizados se materialice es necesario que los hombres nos responsabilicemos y desafiemos esa nuestra identidad opresiva CIS (hetero/homo) que no es natural ni necesaria, pues solo vinculándonos con la comunidad a la que pertenecemos o aspiremos a construir podemos sentirnos fuertes ya que “sólo reconociendo la impotencia se puede alcanzar verdadero poder, sólo reconociendo la dependencia de los demás se puede ser independiente, sólo reconociendo los miedos se pueden desvelar los deseos, sólo sintiéndonos parte de una red de interacciones se puede definir nuestra particularidad, solo reconociendo el deseo de los demás en los mismos términos que los nuestros se puede construir la autonomía y la igualdad”32.

Comunidades de apoyo mutuo en las que los hombres salgamos de la mentalidad que ofrecía la 3ª vía de Giddens -T. Blair y G. Schroeder-  en el que el esquema de vínculo social es la competencia, esto es una nueva forma estructurante de gobierno de los individuos: “Hay que promover una mentalidad de ganador y un nuevo espíritu de empresa a todos los niveles (…) que revalorice la creatividad en todos los dominios de la vida33.

Comunidades para resistir en medio de los cambios profundos y terribles para la vida en el planeta, que ya vislumbramos ahora y para los próximos años, esto es, espacios antagonistas con vocación emancipadora34.

Comunidades en las que aprender y forjar formas y modos de vida autónoma en las que nos autoinstituyamos como seres libres35 degenerades y responsablemente inmersos en el metabolismo vital del planeta y en la asunción responsable de todos los aspectos de la vida, desde la autogestión de la producción y la política a la asunción de la reproducción de la vida por todes.

Comunidades que por su composición y carácter político estén enfrentadas al borrado de la diversidad y la identidad definitivamente hallada, pues si “La dominación política aspira siempre a la uniformidad”36, nuestros intereses comunitarios (H.1) surgen en la trama de las relaciones humanas en las que:                                                                                                                                        

  • Parafraseando a Wendy Brown37, decimos que si necesitamos crear espacios políticos susceptibles de ser cultivados es para plantear y cuestionar normas políticas, para discutir cuál es la naturaleza de “lo bueno” y no escuchar la Verdad reformista a la que se nos quiere dirigir; W. Brown habla de un régimen de “verdad” similar a lo planteado por A. Hernando : “Foucault entendía por “verdad” el conjunto de mecanismos a través de los cuales cada sociedad construye aquello que considera la base natural sobre la que se asienta su visión de la realidad, aquello que no se puede someter a reflexión porque está tan naturalizado que se da por descontado, que constituye el fundamento invisible sobre el cual se levanta el conocimiento que sí se puede cuestionar.
  • Necesitamos pues construir nuestra verdad, de la buena vida humana inserta en la planetaria, más cuando la reacción está empeñada en una cruzada en la que el secretario de Salud y Servicios Humanos de la admon. Trump ha publicado un memorando en el que define términos como sexo –“la clasificación biológica inmutable de una persona como hombre o mujer- y la dicotomía -feminidad frente a masculinidad-, reproduciendo la orden ejecutiva del 20 de enero titulada “Defender a las mujeres del extremismo de la ideología de género y restaurar la verdad biológica en el gobierno federal”.
  • “Frente a esta cruzada blanca y heteropatriarcal, es urgente organizar la resistencia”38, si pensamos, además, con Viginie Despentes que “El feminismo es una revolución no un reordenamiento de consignas de marketing (….) No se trata de oponer las pequeñas ventajas de las mujeres a los derechos adquiridos de los hombres sino de dinamitarlo todo”39.

Comunidades, como “laboratorios autoorganizados” en las que seamos unes más entre muches que quieren poner en movimiento, no buscando la prerrogativa del gobernante -dar las ordenes- (H.2) sino responsables de nuestra acción y que vinculadas a las movilizaciones, luchas y reflexiones contemporáneas sean un posible germen para abolir la sociedad capitalista heteropatriarcal. Comunidades en las que, desvinculadas de lo común, del presente y sus miserias competitivas, individualistas e idiotas, consumistas, misóginas, racistas, heteronormativas, seamos capaces de ir construyendo, desde ese mismo presente, un mundo nuevo.

APARTADOS

(A). El género no es ajeno ni previo al sistema económico. Lo que significa ser mujer u hombre no se construye en otro lugar distinto a la economía ni permanece inmutable, sino que se (re)construye también en las interacciones económicas. No podemos limitarnos a ver dónde están mujeres y hombres en la economía, también necesitamos entender la (re)construcción sexuada de agentes económicos. Las instituciones socioeconómicas no son solo portadoras, sino también re-productoras de género: entidades activas en la actualización constante de las formas de entender lo masculino y lo femenino, el ser mujer y el ser hombre, empezando por crear esa distinción básica: el binarismo de género. El lugar ocupado en el sistema socioeconómico forma parte de esa línea de continuidad que hemos de transitar y que reconstruimos a la par que la recorremos. A nivel subjetivo, construirse como hombre implica adherirse a una ética productivista y construirse como mujer hacerlo a una ética reaccionaria del cuidado. A nivel material, se traduce en la división sexual del trabajo cristalizada en la familia nuclear como normatividad económica”. “A nivel simbólico, la responsabilidad de sostener la vida está feminizada porque se conecta a un conjunto de valores que están en sí feminizados, se vincula con un proceso de construcción diferencial de las identidades femeninas y masculinas que, a su vez, tiene fuertes implicaciones en el quién hace qué. Las subjetividades socioeconómicas están sexuadas y esto afecta a la materialidad socioeconómica. El género, en tanto que realidad performativa, adquiere sentido a través del funcionamiento de la economía; y la matriz heterosexual, como marco de comprensión de los sujetos (mujeres frente a hombres), tiene una dimensión socioeconómica clave”. [165]

Amaia P. Orozco Subversión feminista de la economía.

(B) «Esta restauración neofascista no se está produciendo, como ya reclaman al unísono las voces de la derecha y la izquierda conservadoras, porque los movimientos feministas, MeToo, BlackLivesMatter, trans, ecologistas Green New Deal o pro-migración hayan ido demasiado lejos en sus demandas de justicia y reconocimiento. Sino porque los procesos de crítica y desmantelamiento del capitalismo extractivista y de la supremacía del hombre blanco impulsados por estos movimientos no han sido lo suficientemente rápidos ni profundos. No han logrado impedir la captura reaccionaria de las instituciones por medios democráticos. No nos engañemos. Era difícil imaginar que las élites petro-sexo-raciales, aquellas que tenían el monopolio de la extracción y comercialización de los combustibles fósiles y que habían expropiado el trabajo y la fuerza de vida de una gran parte de los cuerpos productivos y reproductivos del planeta (mujeres, niños, trabajadores, cuerpos racializados, minorías sexuales y de género, animales y ecosistemas, etc.) iban a renunciar a sus privilegios sin violencia.

(PAROLE DE QUEER)   extractos de «Make América Trans Again» para el periódico Libération. Paul B. Preciado

(C)  Dardot y Laval: “La soberanía del Estado nunca desapareció…. . Hoy tiene, al menos dos caras, no sólo una. Además del nacionalismo autoritario, adopta la cara aparentemente más agradable de un neoliberalismo “abierto al mundo”, adepto del “multilateralismo” y dispuesto a dar lecciones de derechos humanos. En realidad, estas dos caras son perfectamente complementarias. Hay dos formas de entender el principio de soberanía estatal: la primera consiste en un nacionalismo proteccionista agresivo, crítico con la globalización del comercio o, más exactamente, con ciertos aspectos de la misma (incluyendo, sobre todo, los movimientos de población), y la segunda en la aplicación de tratados supranacionales destinados a imponer normas de derecho privado a las poblaciones”.

(D) La palabra institución está tomada aquí en su sentido más amplio y radical: normas, valores, lenguaje, instrumentos , procedimientos y métodos para tratar con las cosas y hacer cosas, y, desde luego, también como el yo individual, en el tipo y la forma tanto particular como general que se le da en cada sociedad….  …..¿cuál es la parte del pensamiento y de la manera de mirar y de  hacer las cosas que  no está condicionada o codeterminada, en un nivel decisivo, por la estructura y los significados de la lengua, por la organización del mundo que aquella lleva en sí, por el primer ambiente familiar, la escuela, todo el hacer y el no hacer al que uno ha estado constantemente expuesto…..”.

Ciudadanos sin brújula”, pgs. 15-16, Cornelius Castoriadis

(E) Si para Locke, las políticas de enclosure (cercamiento de tierras comunales) son “la piedra de toque de la vía inglesa de a colonización de América, es el destino de los pobres, a los que hay que poner a trabajar a cualquier precio…. (pg 63) los seres incapaces de gobernarse a sí mismos. Tanto en el interior (niños, mujeres, pobres, etc) como en el exterior (los salvajes), por una razón u otra, deben ser gobernados sin que lo consientan (…) una geopolítica del entendimiento que articula colonización interior y colonización exterior (…) (pg 65)

La definición del biopoder como dispositivo e producción y de control de los procesos de “natalidad, fecundidad, mortalidad, longevidad” y como gestión de la “reproducción”

de la población por parte del Estado ganaría mucho al ser pensada como la continuidad de las políticas de expropiación y apropiación de los cuerpos de las mujeres, que compromete su poder sobre la “reproducción” de la fuerza de trabajo y toda una biopolítica del cuerpo que tiene como efecto inmediato politizar la sexualidad (pg72).

“Guerras y Capital”. Alliez y M Lazzarato

(E.1) “La homosexualidad masculina urbana era una cultura de contacto sexual entre clases sociales, y dentro de la misma clase. Antes de la industrialización de este mundo urbano, los procesos de cualificación de la mano de obra se organizaban de acuerdo con un modelo gremial o de aprendizaje, y las normas de matrimonio tardío, soltería y sexo casual con otros hombres eran comunes. (…..) Los hombres que ingresaban en oficios artesanales cualificados dejaban sus familias para vivir y trabajar en la casa y el taller de un hombre mayor. Por lo tanto, las grandes ciudades del periodo premoderno tardío tendían a favorecer la homosexualidad… [201]

Hegemonía sexual. Christopher Chitty.

“…. en la formación same-sex del Irán medieval, donde la lascivia hacia los muchachos era vista como una parte tan intrínseca del deseo masculino adulto que un manual de consejos del S XI recomendaba el matrimonio como un modo de salvaguardar la religión de un hombre contra sus impulsos homoeróticos. [131]

Un rasgo clave de estos regímenes intergeneracionales fue la ausencia de una identidad permanente asociada a la elección de un objeto de deseo same-sex.

Las fuentes antiguas griegas y romanas, las árabes y persas clásicas y las chinas imperiales incluso identificaban a los hombres adultos que eran partidarios exclusivos bien de mujeres o bien de muchachos varones como algo excepcional e incluso raro, ya que se asumía de la mayoría de los hombres adultos que eran capaces de sentir excitación sexual por ambos. …la clave de estos regímenes intergeneracionales fue la ausencia de una identidad permanente asociada a la elección de un objeto de deseo same-sex. (…) …sus sentimientos por los muchachos podían incluir la pasión intensa, pero no podían identificarse con la amistad (al igual que el deseo por una mujer) puesto que la amistad solo era posible entre iguales. (…)….el sexo (la penetración) era un asunto de superioridad e inferioridad: no era el tipo de cosas que le harías a alguien que realmente amas”.

Lo cultural y lo personal no existen en un reino separado aparte de lo económico, lo político y lo social; constantemente son movilizados y manipulados por los poderes fácticos para producir resultados económicos, políticos y sociales que resulten de su interés. “El neoliberalismo se construyó en y a través de una política cultural e identitaria” (Lisa Duggan). Asimismo, el cambio personal y cultural radical solo es posible por medio de la transformación del Estado, la economía y otras estructuras que conforman los cimientos de la vida cultural y personal, tanto en el nivel micro de los individuos y los pequeños grupos como en el nivel macro de la ciudad, la nación, la región y el planeta. La transformación no será posible mientras que “las cuestiones culturales e identitarias están separadas analítica y organizativamente, de la economía política en la que están insertas (L Duggan). [408-409]. 

Desviades . P Drucker

O. Guasch sigue, creo que, aclarando el argumento :                                                                                 

“La lucha de lxs LGTBQs están desmontando la naturalidad de las identidades homo/hetero, pues antes de la homosexualidad no existía nada, excepto el pecado de sodomía que cuestionaba el plan divino en la tierra de “creced y multiplicaos”. Es desde hace 150 años que existe la identidad homosexual gracias a la medicina y la psicología modernas (categoría que supuestamente o era innata o por vicio); la identidad heterosexual vino poco después.

Históricamente las personas amaban en función de sus gustos y situaciones sociales, quizás preferían una u otra experiencia sexual, pero no se sabían ni heteros ni homosexuales, no eran distintos del resto de la población. Proyectar las categorías identitarias contemporáneas sobre las prácticas amorosas entre hombres en la antigua Grecia, por ej., es un error pues:

“No había en rigor homosexuales, sino ciudadanos activos, dominadores del propio deseo (viriles) y sujetos pasivos, reprobables, incapaces de autogobierno. Un hombre podía ser censurado por su blandura y afeminamiento si se dejaba arrastrar por su pasión hacia las mujeres hasta el punto de que ese afecto lo gobernase. Análogamente, un varón adulto podía mostrar una reputación de virilidad sin mancha, aunque tomase sus placeres de los muchachos, siempre y cuando esa pasión no lo dominase”.

La crisis de la heterosexualidad. Oscar Guasch

 El idealismo dimórfico de género se ha rastreado hasta el poder colonial y, al igual que la esclavitud, tiene una historia larga y brutal. Así que, cuando nos preguntamos cuándo y cómo se impuso el género por la fuerza, tenemos que preguntarnos por las condiciones históricas y sociales de sus inicios. (…) …las consideraciones de género no pueden avanzar si partimos de la base de que están separadas de los legados coloniales conformadores y sus estructuras continuistas (…..) La historia colonial del dimorfismo de género idealizado muestra como las potencias coloniales impusieron normas de género a los cuerpos negros y de piel oscura que naturalizaban e idealizaban la heteronormatividad blanca y, principalmente europea. El binarismo se elabora como algo obligatorio e ideal a través de fuerzas materiales y sociales que trabajan conjuntamente [247-248]40

Aquí hay que subrayar lo que Alliez y Lazzarato41 dicen sobre la colonización interior entre las poblaciones pobres y campesinas desheredadas, que Butler no menciona y que nos da una visión de clase social ausente en el texto de la autora, pues la norma del binario hetero/homo, así como toda la racionalidad en la que se inscribía tal binario, no fue blanca simplemente sino burguesa. La colonialidad que se fue produciendo e imponiendo tanto en las poblaciones de color en ultramar como entre poblaciones las blancas y pobres de las metrópolis, era la apuesta estratégica por el que los comportamientos y las conductas sean conformes a la lógica de la acumulación del capital y su reproducción.     

(E.2) “La maduración de la corteza prefrontal –desempeña funciones ejecutivas, de planificación a largo plazo, de aplazamiento de la gratificación, de control de los impulsos y de regulación de las emociones– no tiene el proceso de mielinización cerebral completado en la adolescencia. No se desarrolla por completo hasta mediados de la veintena.”

Es la región cerebral menos moldeada por los genes y más moldeada por el entorno, ya que la enorme variedad de experiencias –traumas, estimulación, amor, fracaso, desesperación, etc.– de la adolescencia ayudará a producir cortezas frontales enormemente variadas en la edad adulta.

¿Qué tipo de influencias afectan a la maduración?

Los diferentes estilos de crianza, que producirán un tipo diferente de adulto. Aquí el estatus socioeconómico de los padres es primordial ya que en la clase social más baja predice un retraso en la maduración de la corteza frontal en los niños. La clase de la familia predice el tamaño, volumen y el contenido de la corteza prefrontal desde el nacimiento, los fetos de clase social baja pagan un precio neurobiológico.

La socialización con los iguales.

Las influencias medioambientales, el tipo de comunidades físicas y sociales –ingresos familiares, delincuencia, recursos educativos y culturales en el barrio, etc.–

Las creencias y valores culturales, que influyen en las otras categorías.

Cuando creces en un espacio amable –sin frio ni excesivo calor–, sin privaciones por falta de ingresos familiares, la alimentación es estable, etc. (mucho estrés infantil deteriora la construcción de la corteza frontal).

La epigenética revela cómo la experiencia en los primeros años de vida provoca cambios duraderos en la expresión genética de determinadas regiones del cerebro. Ahora bien, la experiencia no modifica los genes en sí, no cambia las secuencias de ADN, sino su regulación –si un gen está siempre activo, nunca activo o activo en un contexto pero no en otro–. [pgs. 87-105]  

Robert Sapolsky “Decidido, una ciencia de la vida sin libre albedrio”. Capitán Swing.

(E.3) “vivimos el tiempo histórico, pero también que el tiempo histórico vive en nosotros “…hay que tener en cuenta que la asignación de un sexo (AS) no es simplemente anunciar el sexo que se percibe cuando nace una persona, sino que también comunica una serie de deseos y expectativas en la edad adulta. A menudo imaginamos o deseamos el futuro a través del acto de asignación de sexo, por lo que la asignación de sexo no es una mera descripción de hechos anatómicos, sino una forma de imaginar lo que significaran o deberían significar.

Esta imaginación viene de otra parte y no se detiene después [de la asignación]. La niña sigue tratada como niña y estas prácticas performativas son reiteradas no solo por los progenitores, sino por una serie de instituciones que reciben al niño o la niña con casillas que hay que marcar y con normas que es necesario encarnar. (…) la asignación de sexo no es algo que ocurre de una vez. Es un proceso iterativo, repetido por diferentes actores e instituciones que, dependiendo de donde se viva, puede reiterarse de formas que no siempre coinciden entre sí. La asignación de sexo no es un mecanismo sino un proceso…. 

No podemos separar las causas biológicas de las causas sociales admitiendo después la interacción entre ambas ya que perdemos de vista el propio marco que establece la interacción como condición del desarrollo y de la vida misma [221]

“los genes no desempeñan un papel central, ni siquiera privilegiado en el desarrollo, ya que el poder causal del ADN en el desarrollo de un organismo solo aparece a través de las interacciones con otros factores [241] (…) En la formación y los procesos vitales de una criatura humana interviene una compleja relación histórica e interactiva entre varios ámbitos que actualmente incluyen la fisiología, la anatomía, los procesos formativos sociales e íntimos, la formación y resistencias psicológicas, así como las formas sociales y políticas de reconocimiento y apoyo. La criatura humana nace en un estado de dependencia que hace que sus procesos vitales sean sociales desde un principio. La dependencia primaria es a la vez una realidad social, biológica y psíquica, dependiendo de quién y que esté ahí para apoyar su vida al nacer, los seres humanos respiran, comen, duermen y se mueven. (…) estamos hablando de la organización social de las necesidades durante la infancia que se inscribe en los huesos, el corazón, los pulmones (…) esa organización de los cuidados básicos habita en los cuerpos desde el nacimiento a lo largo de la vida [244].

¿Quién teme al género?. J. Butler

(F) “Es imposible combatir el racismo y la subordinación de las mujeres al margen de la opresión de clase, estando como lo están incrustadas en la jerarquización laboral y en una reproducción social con el menor coste posible para el capital. No son meras ideologías susceptibles de cambiar mediante transformaciones subjetivas, puesto que están objetivadas socialmente, razón por la que la ideología es eficaz. Tampoco el arreglo reproductivo heterosexual en este contexto dejará de ser hegemónico y colmado de prestigio político, en detrimento de otras sexualidades y arreglos reproductivos…”.

 “…..si el enfoque interseccional tiende a un discurso infinitesimal sobre las diferencias, un enfoque histórico busca concebir las mal llamadas “minorías” en un plano mayoritario en que sean decisivas. Esto es, supone que todo eso descontado como particular, encerrado ahí, y a veces por ello estabilizado, lejos de ser el elemento secundario de la transformación, puede aparecer como su condición de posibilidad, sin obligar absolutamente a nadie a tomar una posición de vanguardia que no desea. Más claramente este enfoque histórico y afín al marxismo, obedece a estos fines: 1) horadar (no reforzar) la lógica hegemónica que estabiliza las diferencias como minorías, y que las convierte en una confirmación de su propia normatividad; y 2) contribuir a posibilitar un bloque, un mínimo proyecto conjunto, que hallaría en la clase un elemento esencial de vinculación (y no de exclusión o supeditación) para formas de antagonismo acerca de la raza, del sexo y de la sexualidad, en tanto y en cuanto, éstas no son extrañas a la lucha de clases como elementos secundarios, sino primarios del dominio de clase.

Si las opresiones, aunque se pueden distinguir analíticamente aparecen enmarañadas en la vida de las personas, las comunidades necesarias pasan por la constitución de la clase no simplemente como un eje de opresión más que se imbricaría con otros, sino aquel que les dota de inteligibilidad. Si la raza, la sexualidad o el sexo no son meros epifenómenos “superestructurales” o cualificaciones secundarias de la clase, es porque forman parte de ella. Es decir, son principios organizadores del capitalismo como sistema mundial, precisamente por pertenecer a la dinámica de la lucha de clases y, así, a la clase misma. Sin producirse y reproducirse bajo el capitalismo estas diferencias de raza, sexo y sexualidad, no podría efectuarse históricamente la acumulación de capital.

Solo una alianza de los diversos, en pleno respeto de su autonomía, pero con capacidad de cooperación bajo un sentido común de clase, podría debilitar esas líneas en favor de un antagonismo anti-capitalista”.

Clase, sexo y raza: Más allá de un enfoque interseccional”.

Zona de Estrategia  María Fernanda Rodríguez, 16-01- 2024. 

(G)Transformar la sociedad instituida y sus representaciones (los fundamentos de nuestro pensamiento y nuestras prácticas), requiere una reflexión que opera mediante la imaginación radical: la creación de figuras (o modelos) de lo pensable, la reflexión aparece cuando el pensamiento se vuelve sobre sí mismo interrogándose sobre sus contenidos y, sobre todo sobre sus presupuestos y fundamentos: “la reflexión genuina es por lo tanto, ipso facto, un desafío a la institución de la sociedad dada, la puesta en cuestión de las representaciones socialmente instituidas”.

“El mundo fragmentado”. Cornelius Castoriadis

(H.1) Es pertinente subrallar la crítica de H. Arendt a  la idea contemporánea de que la libertad es un atributo de la voluntad y del pensamiento más que de la acción:

“… es parte de la naturaleza del pensamiento una necesidad mayor que la de cualquier otra actividad humana, sino más bien que el pensamiento en sí mismo no es peligroso, de modo que sólo la acción necesita ser restringida….., …cuando la libertad, en lugar de experimentarse en el hacer y en la asociación con los demás, pasó a experimentarse en la voluntad y en la relación con el propio yo y se convirtió en soberanía independiente de los demás y en última instancia, capaz de prevalecer ante ellos.

A causa del paso de la acción a la fuerza de voluntad, de la libertad como un estado de ser manifestado en acción al libre albedrío, el ideal de libertad dejó de ser un virtuosismo y se convirtió en soberanía, el ideal de libre albedrío, independiente de los demás y, en última instancia, capaz de prevalecer ante ellos.[257]

Entre el pasado y el futuro. ¿Qué es la libertad?. Hanna Arendt

“La pluralidad humana, básica condición tanto de la acción como del discurso, tiene el doble carácter de igualdad y distinción. []La acción y el discurso se dan entre hombres, ya que a ellos se dirigen, y retienen su capacidad de revelación del agente aunque su contenido sea exclusivamente “objetivo”, interesado por los asuntos del mundo de cosas en que se mueven los hombres, que físicamente se halla entre ellos y del cual surgen los específicos, objetivos y mundanos intereses humanos. Dichos intereses constituyen, en el significado más literal de la palabra, algo del “inter-est”, que se encuentra entre las personas y que por tanto puede relacionarlas y unirlas. La mayor parte de la acción y el discurso atañe a este intermediario, que varía según cada grupo de personas”.

La condición humana. Hanna Arendt  

(H.2) “…el problema del apremio a través de la razón es que sólo una minoría está sujeta a él, por lo que surge el problema de la forma en que se puede asegurar que la mayoría, la gente que por su número configura la institución política, se someta a la misma verdad. […] por establecer una tiranía de la razón […] el conocimiento del experto suscita confianza, de modo que o bien ni la fuerza ni la persuasión son necesarias para conseguir acatamiento, o bien el gobernante y el gobernado pertenecen a dos categorías de seres muy distintas, una de las cuales ya está sometida a la otra de modo implícito […] o sea que saber lo que hay que hacer y hacerlo en términos concretos se convierten en funciones separadas y mutuamente excluyentes[…] el firmamento de las ideas se extiende por encima de la existencia humana y, por tanto, se puede convertir en su patrón […]Las ideas se convierten en los patrones firmes, “absolutos”, del comportamiento y del juicio político y moral. (pgs. 171-175).

¿Qué es la libertad?. Entre el pasado y el futuro.
Hanna Arendt 


  1. Párrafo que aparece en “El feminismo y las transformaciones en la política”. Mari Luz Esteban ↩︎
  2. Cuya pretensión es renovar el “Contrato sexual” Ilustrado como dice Octavio Salazar en “Masculinidades y ciudadanía” ↩︎
  3. “Ecofascismo. Una introducción”. Carlos Taibo ↩︎
  4. “Producción académica antigénero en América Latina y el estado español”; capítulo de “La reacción patriarcal. Neoliberalismo autoritario, politización religiosa y nuevas derechas”. Marta Cabezas Fernández y Cristina Vega Solís ↩︎
  5. (PAROLE DE QUEER)   extractos de «Make América Trans Again» para el periódico Libération. Paul B. Preciado ↩︎
  6. “Lo que nos debemos unos a otros. Un nuevo Contrato Social”. Minouche Shafik, del London School of Economics and Political Science; 2022 ↩︎
  7. Los domadores de animales salvajes utilizan “romper el alma” como el proceso de sumisión de los animales para que su conducta se adecue al espectáculo cirquense. Es un cambio que busca romper el “instinto de sociabilidad” del que hablaba Kropotkin en “El Apoyo mutuo” ↩︎
  8. Para esta mujer, el influyente economista Hayek era uno de sus referentes. Su objetivo básico fue provocar reglas de conducta que emanen de los mercados y de las tradiciones morales, esto es, abogar porque la moral y los mercados juntos generen unasconductas evolucionadas y disciplinadas en los parámetros capitalistas heteropatriarcales ↩︎
  9. «… la primera razón de la servidumbre voluntaria es la costumbre, que consigue hacernos tragar sin repugnancia su amargo veneno, como sucede con los más bravos caballos rabones, que al principio muerden el freno y luego gustan de él, y mientras que al principio coceaban al ser ensillados, después se ufanan con sus arneses y, orgullosos, se pavonean bajo la armadura”. Discurso de la servidumbre voluntaria. Étienne de La Boétie ↩︎
  10. Como declara M. Luz Esteban “La extrema derecha tiene al feminismo en el punto de mira porque pone en jaque cuestiones sociales básicas”  ↩︎
  11. En la que las mujeres ocuparían su tradicional espacio privado del cuidado y reproducción de la prole y los hombres se dedicarían a lo público (la política, el trabajo, la guerra), hombres viriles sin ningún tipo de degradación (maricas, nenazas, cobardes) ↩︎
  12. Contra la dominación. Tomàs Ibañez ↩︎
  13. Ciudadanos sin brújula”, pgs. 15-16, Cornelius Castoriadis ↩︎
  14. “Guerras y Capital” Alliez y M Lazzarato ↩︎
  15. Silvia L Gil (FACEBOOK 20 enero 2025) ↩︎
  16. El actual papa se refirió al matrimonio entre personas del mismo sexo como la pretensión de destruir el plan divino o que la ideología de género como la más peligrosa colonización ↩︎
  17. Madre, esposa y antifeminista: el papel de las trad wives en las ambiciones ultraderechistas. Berta Gómez Santo Tomás PIKARA julio 2024 ↩︎
  18. La naturaleza humana, un concepto excedentario en el anarquismo. Tomas Ibáñez (en blog filosofía antiautoritaria) ↩︎
  19. Robert Sapolsky “Decidido, una ciencia de la vida sin libre albedrio”. Capitán Swing. ↩︎
  20. ¿Quién teme al género?. J. Butler ↩︎
  21. Jasbir K. Puar: Algunes de nuestres peores enemigues son queer. VIENTO SUR 19 febrero 2025 ↩︎
  22. “Clase, sexo y raza: Más allá de un enfoque interseccional”. Zona de Estrategia  María Fernanda Rodríguez, 16-01- 2024 ↩︎
  23. EL PAIS 14 agosto 2024 ↩︎
  24. ¿Quién teme al género?. Judith Butler ↩︎
  25. Común. Dardot y Laval ↩︎
  26. “Habitar el presente: una lectura de Ahora, del Comité Invisible. Capitalismo libidinal”. Amador Fernández Sabater ↩︎
  27. Por la reconstrucción de comunidades de lucha”. Todo por hacer nº 167 diciembre 2024. Madrid ↩︎
  28. El mundo fragmentado”. Cornelius Castoriadis ↩︎
  29. “Según lo caracterizó Marcuse, el objetivo último es derribar la supremacía de la heterosexualidad centrada en la genitalidad para hacer posible un retorno a la “perversidad polimorfa”: la receptividad indiferenciada del placer erótico que Freud había considerado patrimonio de los niños. “Al no ser ya utilizado como instrumento de trabajo a tiempo completo, el cuerpo se vería resexualizado(…) en una reactivación de todas las zonas erógenas”. “El cuerpo en su totalidad se convertiría en una cosa para disfrutar, un instrumento de placer”. en “Desviades”. Drucker ↩︎
  30. Héroes, científicos, heterosexuales y gays. Los varones en perspectiva de género. Oscar Guasch ↩︎
  31. Colapso. Capitalismo terminal, transición ecosocial y ecofascismo”. Carlos Taibo ↩︎
  32. “La fantasia de la individualidad” Almudena Hernando ↩︎
  33. “La tercera vía y el nuevo centro”. Giddens ↩︎
  34. “El proyecto se basa en la idea autonomista de «cambiar el mundo sin tomar el poder», como la formuló John Holloway hace 20 años. Esta tendencia cree que es posible construir formas alternativas de cooperación no capitalistas al margen del sistema, evitando al Estado (ya que es imposible derrotarlo). Se trata de una forma de pensamiento antiestratégico… ….cualquier idea de crear pequeñas comunas a escala local en una quimera. Sino también porque la experiencia de más de un siglo de lucha de clases demuestra que los capitalistas y sus estados responden con todo su arsenal contrarrevolucionario cuando sus privilegios están en juego”. Feminismo y comunismo: un debate con Silvia Federici.  Josefina Martínez 17 de julio de 2022 ↩︎
  35. “Los hombres son libres- es decir algo más que meros poseedores del don de la libertad- mientras actúan, ni antes ni después, porque ser libre y actuar es la misma cosa”.  ¿Qué es la libertad?. Entre el pasado y el futuro. Hanna Arendt ↩︎
  36. Rudolf Rocker en “Nacionalismo y cultura” ↩︎
  37. Estados del agravio. Poder y libertad en la modernidad tardía.  Wendy Brow ↩︎
  38. (PAROLE DE QUEER) en «Make América Trans Again» para el periódico Libération. Paul B. Preciado ↩︎
  39. Teoría King-Kong↩︎
  40. ¿Quién teme al género? Judith Butler ↩︎
  41. “Guerras y Capital”. Éric Alliez y Maurizio Lazzarato ↩︎

Un comentario en “Los hombres aliados de los feminismos en los tiempos oscuros de la reacción capitalista heteropatriarcal

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