Tras las huellas de las libertarias en Regeneración, 1907-1918

Gabriela López Ruiz[1]

Maestra en Historia. Doctorante en Historia por la Universidad de Guanajuato. Investigación en curso: Los anarquistas de Regeneración y su construcción de redes transnacionales, 1900- 1918. Fundadora de la Red de Investigadoras sobre Mujeres Anarquistas, México, 2023.

  1. A manera de introducción

Estudiar al Partido Liberal Mexicano (PLM), y acercarnos a las diferentes épocas de su órgano propagandístico Regeneración, nos permite comprender que fue una organización heterogénea que en su seno albergó las distintas ideas y experiencias de quienes colaboraron y pugnaron por cambiar la sociedad mexicana con el principio de emancipación en el centro de sus programas.[2] En cada una de las etapas, tanto del periódico como del Partido, hubo mujeres militantes que contribuyeron a la cimentación de un proyecto económico-social que impactó desde sus prácticas cotidianas, hasta formas de organización más complejas.

Pero ¿qué tan importante fue la participación de las militantes para la difusión de los principios del Partido?, ¿cómo colaboraron en el sustento del semanario?, ¿qué tipo de estrategias implementaron para llevar avante la lucha por la revolución en México y por la búsqueda de libertad de sus presos políticos? Estas son algunas de las interrogantes que sugiere la historia del Partido Liberal Mexicano y la lectura del periódico Regeneración.

Si bien el semanario comenzó a publicarse en México en agosto de 1900, a cargo de los hermanos Jesús y Ricardo Flores Magón, las épocas posteriores fueron editadas con la participación de hombres y mujeres de diferentes nacionalidades en los Estados Unidos, entre los años de 1904 a 1918.[3] La colaboración de otras y otros mexicanos exiliados fue importante para que los integrantes de Regeneración se establecieran en aquel país y continuaran su labor propagandística. Por ejemplo, cuando Camilo Arriaga, Manuel Sarabia, Ricardo y Enrique Flores Magón cruzaron la frontera con destino a Laredo, Texas, vivieron por corto tiempo con Crescencio y Francisco Villarreal Márquez, editores del periódico liberal 1810.[4] Durante esos años de 1901 a 1906, hubo mujeres que se destacaron por su participación, tanto en la recaudación de fondos, como en la discusión de ideas. Entre las más importantes localizamos a Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, Elisa Acuña y Rosseti, Sara Estela Ramírez y Dolores Jiménez y Muro.

Juana Belén fue particularmente primordial,[5] ejerció como corresponsal de Regeneración, militó y contribuyó tanto a la conformación del PLM en 1905, como a los principios por los que se rigió publicados en 1906, bajo el título “Programa del Partido Liberal”.[6] Si bien en el listado de firmantes del programa no aparece su nombre, presumiblemente podemos anunciar su influencia, ya que el documento se elaboró mientras ella perteneció al Partido, y denunció problemáticas específicas de la condición de las mujeres en el área laboral y en la maternidad.[7]  

Si bien en la historia del Partido y su órgano propagandístico participaron activamente muchas mujeres, en el presente texto nos importa ahondar en la labor de las militantes del PLM en dos periodos, de 1907 a 1909, y de 1910 hasta 1918. El interés por esos años que propongo como etapas del Partido, responde a que en la primera no se publicó Regeneración, en su lugar editaron Revolución como medida cautelar ante la persecución de los gobiernos norteamericano y mexicano, quienes finalmente lograron encarcelar a los representantes de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (JOPLM).

La primera etapa es importante porque las mujeres que trabajaron en la diversificación de materiales impresos, implementando diferentes actividades culturales y difundiendo el programa del Partido publicado en abril de 1906, lograron el apoyo de otras agrupaciones socialistas y anarquistas, y gracias a su labor propagandística, para 1910, la lucha del PLM era internacionalmente conocida.

Del segundo periodo que va de 1910 hasta 1918, rescatamos a las que escribieron en Regeneración y militaron en el PLM, porque son otro tipo de mujeres, obreras y campesinas, con un discurso incendiario, enfáticas en problemáticas propias de su género, que influyeron en la cultura y los valores de las bases del Partido, y que algunas tomaron las armas para luchar en México.

Lo anterior se retoma con la finalidad de nombrarlas, visibilizarlas y enfatizar que no fueron extensiones de los hombres, ni personajes secundarios por ser, en distintas ocasiones, parejas sentimentales de las figuras faro, sino que fueron mujeres que vivieron como libertarias -retomando la referencia que ellas hicieron de sí mismas-, sin colocar el adjetivo de liberales, feministas, socialistas y anarquistas. Ellas, con sus acciones y convicciones se apropiaron de un espacio público, desde sus diferentes circunstancias. Actuaron desde sus propias trincheras y en el proceso de construcción -tanto ideológico como de prácticas-, entremezclaron actividades que llevaron a nuevas formas de convivencia, cuestionando y reconfigurando los roles de género.

Investigar sobre las mujeres que participaron en el Partido supone un reto, ya que, como menciona Graciela González, «adolecen de un doble estigma silenciador: ser mujeres… y revolucionarias del proyecto más radical de los inicios de la Revolución mexicana: el PLM».[8]  La mayoría son mujeres sin historia, que escudriñamos siguiendo las pistas que las fuentes brindan, pero con la seguridad de que fueron protagonistas en la historia del Partido.

  • ¿Quiénes son las mujeres que apoyan al PLM?, 1907-1909.

A partir de 1906, observamos la participación de mujeres que inevitablemente radicalizaron la perspectiva ideológica y estratégica del órgano propagandístico del PLM. A través de su programa publicado en ese año, el Partido atrajo la atención y apoyo de otras organizaciones libertarias en los Estados Unidos, interrelacionándose con otro tipo de militancia e ideas. Profundizaron la lectura de obras como las de Anselmo Lorenzo, Carlos Malato, Eliseo Reclus, Pierre Joseph Proudhon, Piotr Kropotkin y Francisco Ferrer. También, conocieron a las anarquistas Emma Goldman o Emma la Roja, como la llamó la prensa norteamericana, y a Voltairine de Cleyre.[9]

Emma Goldman y Voltairine de Cleyre fueron fundamentales para la difusión de los principios del programa del PLM, la defensa legal de los mexicanos presos y la recaudación de fondos para el semanario Regeneración. Gracias a su amplia trayectoria política y propagandística, ambas mujeres legitimaron la revolución social y económica que los integrantes de Regeneración propusieron llevar a cabo en México. En el caso de Goldman, había iniciado su labor periodística en la década de 1890, colaborando con Anarchist[10]y el Freiheit.

Para el año de 1906 que conoció a los mexicanos, Goldman ya tenía amplia experiencia en la militancia libertaria, además de una serie de vínculos con otras agrupaciones y mujeres como la revolucionaria rusa Natasha Notkin quien la contactó con Voltairine de Cleyre, Emma Lee y María Rodda, joven italiana y pareja sentimental del anarquista español Pedro Esteve. Con todas entabló amistad y afinidades políticas, pero fue con Emma Lee con quien estableció mayor cercanía por sus intereses afines en el amor libre y el rechazo a la institución matrimonial, pensamiento que posteriormente se incluyó en los artículos de Regeneración.[11]

Desde esta época forjaron lazos de amistad y posteriormente de afinidad política-organizativa que fueron el apoyo de los editores de Regeneración hasta los últimos días de la publicación. Emma Goldman, Alexander Berkman y Voltairine de Cleyre, emprendieron la lucha a favor de los mexicanos. En ese periodo lanzaron el primer número de Mother Earth,revista dirigida por Emma y donde en diversas ocasiones solicitó apoyo monetario para el semanario mexicano, como lo anunció Ricardo Flores Magón en las líneas de Regeneración.[12]

Ambas mujeres, colaboraron con dinero para armar a los grupos rebeldes que buscaron incursionar en México, realizaron giras de propaganda e intercambiaron materiales impresos con los y las militantes del PLM.[13] La relación de Voltairine con otras militantes del Partido, perduró hasta su muerte en 1912. Ella fue conocida por sus críticas a la construcción social y cultural que impuso a las mujeres el papel de sumisión y la aceptación de la relación matrimonial institucional.[14]  

Una de las contribuciones más importantes que Voltairine hizo para la práctica anarquista, y que posteriormente adoptó gran parte de la militancia del PLM, fue lo que denominó «acción directa». Se trató de ataques violentos a cualquier persona contraria a los libertarios y a la propiedad privada; hubo grandes similitudes con la propaganda por el hecho que se practicó entre ese tipo de agrupaciones; pero a diferencia de esta última que centró las agresiones en los representantes más altos del poder político, la acción directa abogó por la violencia ejercida a representantes de todos los niveles de la autoridad, y por atentar contra los bienes materiales.[15]

En 1906, año en que Goldman, Voltairine y la dirigencia de la JOPLM entablaron filiaciones políticas, Regeneración dejó de publicarse a consecuencia de la cíclica persecución a sus editores. En esas circunstancias, en Los Ángeles, California, comenzó la circulación de Revolución, semanal que nació en 1907, con la intensión de despistar a las autoridades estadounidenses y mexicanas, y principalmente, para suplir a Regeneración. Durante ese año, María Talavera Broussé también llamada María Broussé, se unió al PLM. No solamente Talavera, pues al diversificar los contactos del PLM, se relacionaron con otras mujeres.

Elizabeth Darling Trowbridge se sumó al PLM en 1907 ejerciendo después una doble militancia, pues en 1908 se afilió al Partido Socialista en Los Ángeles, y mantuvo importantes redes de relaciones con otras mujeres, entre ellas Frances Nacke Noel. En aquella época Frances fue una activa propagandista del sufragismo y sindicalismo.[16] Justamente, en esa movilidad geográfica y la construcción de vínculos, los militantes Librado Rivera, los Flores Magón, Antonio I. Villarreal y Manuel Sarabia fueron encarcelados, y la edición de Revolución quedó en manos de Práxedis G. Guerrero.

Entre otros militantes, Trowbridge y Talavera trabajaron en conjunto para la defensa legal de los mexicanos presos con quienes mantuvieron comunicación constante y lograron que Ricardo fuera liberado debido a complicaciones de salud. Junto a los ya mencionados trabajó Hattie de Lara –esposa de Lázaro Gutiérrez de Lara-, contra quien existía una orden de aprehensión acusada de violar las leyes de neutralidad, cargo sustentado en la venta y repartición del Manifiesto del PLM que, Hattie hizo con Talavera en la Plaza de los Mexicanos.[17]

Una vez que Revolución salió de circulación en 1907, el trabajo propagandístico y la diversidad de materiales impresos continuaron con Trowbridge, Talavera y su hija Lucía Norman, quienes junto a Fernando Palomarez se concentraron en la edición de Libertad y Trabajo en el que se siguieron publicando los artículos de Ricardo, Enrique, Rivera y Sarabia. El periódico fue auspiciado por Trowbridge y dejó de publicarse después de pocos números. Fundamentalmente, funcionó para colectar dinero y sufragar parte de los gastos del proceso judicial de los mexicanos [18]

Además, en diciembre de 1908, Trowbridge publicó junto a Ethel Duffy, John K. Turner, Murray y Manuel Sarabia la revista The Border en Tucson, Arizona, cuya finalidad fue la actividad política a favor de los presos mexicanos. Basados en un viaje a México que, realizó Turner junto a Lázaro Gutiérrez de Lara denunciaron lo que llamaron: “condiciones de esclavitud”.[19] Trowbridge, también escribió artículos sobre México para los periódicos Appeal to Reason y para el Miner´s Magazine.

The Border dejó de publicarse en enero de 1909, pues logró la influencia que sus editores esperaban, su impresión resultaba costosa y los recursos de Trowbridge se estaban agotando.[20] Los integrantes del grupo que permanecieron en Los Ángeles, se dedicaron a difundir en folletos pequeños el Programa del PLM.  A pesar del apoyo económico y solidario de las mujeres, hubo pugnas personales que afectaron la relación de sus integrantes y provocaron rupturas. En 1909 celebraron su contrato matrimonial Trowbridge y Sarabia, y esa unión significó la división del grupo.

Ricardo acusó a la pareja de traicionar a la causa; sin embargo, la razón de la molestia fue de carácter personal, le recriminó a Manuel Sarabia que meses atrás cortejara a Lucía Norman, su hija adoptiva para dejarla después por Trowbridge.[21] La consecuencia fue una serie de ataques públicos contra Sarabia y Trowbridge. La pareja partió rumbo a Inglaterra por la poca aceptación que tuvo su relación, por la amenaza de que Sarabia fuera nuevamente encarcelado y porque se encontraba gravemente enfermo.

Elizabeth fue conocida por ser un fuerte sustento económico del Partido, de Revolución y de la revista The Border, publicada junto a Duffy, John K. Turner, John Murray y Sarabia en Tucson, Arizona,y por la aparente ruptura que ocasionó su matrimonio. Aparente porque no se puede asegurar que fuera total, pues cuando la pareja se fue a vivir a Londres en 1909, difundieron los principios del PLM por Europa.

Por otra parte, Ethel Duffy colaboró en la propaganda a favor del PLM, y en los distintos proyectos periodísticos propuestos por Trowbridge. Cuando la revista dejó de publicarse, Duffy viajó a la Ciudad de México en 1909, lugar que después describió como hermoso por naturaleza, pero con un contraste de miseria que la impresionaría, afirmando que «lo más conmovedor es el espectáculo que presentan los niños, enjutos por el hambre devoradora y elevando sus ojos dolientes a los transeúntes, en plazas ycalles (…éstos) son los dones con que Porfirio Díaz agasaja a su pueblo».[22]

Después de la separación del grupo con Elizabeth, Duffy continuó ayudando y destacó como redactora de la sección en inglés al inicio de la cuarta época de Regeneración en septiembre de 1910, actividad que abandonó en abril de 1911. Su lugar lo ocupó el anarquista William C. Owen, quien hizo fuertes declaraciones contra los socialistas y particularmente contra Duffy.

El anarquista no reconoció el trabajo que la norteamericana hizo en Regeneración, tanto periodístico, como de escritora y defensora de la causa mexicana. Owen declaró que los artículos firmados por Duffy fueron obra de Turner, lo que para Duffy significó una acusación implícita de incapacidad. Y mencionó, «¡Me puse furiosa cuando después dijo que John había escrito todo! No es cierto, mi nombre estaba en los encabezados».[23] Este tipo de discusiones era constante y parte de la práctica periódistica de la época.

Hasta este momento, considerando la participación de Ethel Duffy y Elizabeth Trowbridge, podemos decir que las mujeres que colaboraron con el Partido fueron instruidas, ambas estudiaron letras inglesas. Duffy en la universidad de Berkerley en el año de 1904; mientras Trowbridge, cursó la misma especialidad en la universidad de Harvard, además era una millonaria heredera bostoniana[24] con las posibilidades de invertir en un proyecto político de la naturaleza que propusó el PLM.  

Para 1910, la participación femenina tuvo otras características porque el contexto en México y las circunstancias del grupo así lo demandaron. Encontramos a Paula Carmona -cuyo seudónimo fue Consuelo Rivas-, quien exhortó a las mujeres mexicanas a enviar a sus esposos a la revolución armada. Hubo otras como Delfina Morales conformando clubes en México. El militante Antonio Villarreal las describió como fuertes, valientes y ejemplos de virilidad frente a los hombres.

El PLM también se nutrió de redes de relación familiar, las hermanas de Antonio, Andrea y Teresa Villarreal desde San Antonio, Texas, publicaron Mujer moderna y El Obrero respectivamente, y declararon: «mujeres somos, pero no hemos sentido flaqueza que nos obligue a abandonar la pelea. Mientras más punzante era el dolor que nos hería, más se acrecentaba el cariño que profesábamos a la causa de la libertad…”.[25] Pero no fueron las únicas que colaboraron con el Partido y con el semanario Regeneración.

  • ¡Por la mujer y la anarquía! Las mujeres y su pluma en Regeneración.

Si bien la participación y propaganda de Ethel Duffy y Elizabeth Trowbridge fueron fundamentales para que el PLM fuera internacionalmente conocido, también impactó internamente al grupo. Con su labor, ellas abrieron la brecha para que los militantes varones se cuestionaran la importancia del trabajo y la colaboración femenina con el Partido, minando las antiguas formas en las que acostumbraron a relacionarse. Al reconocer la otredad, lo distinto y que las mujeres son un sector con una agenda propia, cambiaron el discurso en Regeneración.

A partir de 1910, los editores del semanario destinaron artículos a la población femenina, resaltando los de Práxedis G. Guerrero quien fue de los primeros en dirigirse a ellas como compañeras de lucha, y dijo así:

La pureza de nuestra causa ha encontrado asilo en el delicado pecho de la mujer, la compañera solidaria del hombre se rebela, no adormece a sus hijos con místicas salmodias, no cuelga al cuello de sus esposos ridículos amuletos, no detiene en la red de sus caricias al prometido de sus amores, viril, resuelta, espléndida y hermosa, arrulla a sus pequeños con cantos de marsellesa. Vosotras, las inspiradas por el espíritu de la sublime lucha…[26] 

Sin duda los artículos dirigidos al género femenino se multiplicaron. Pero lo más interesante fue que construyeron la figura de una militante para mostrar que ellas también eran parte de la lucha y que las necesitaban. Entonces, nació «Rosa Méndez» bajo la pluma de Enrique Flores Magón, cuyo objetivo fue «levantar el ánimo de las mujeres, incitándolas a la lucha y para sostener el de los hombres, alentándolos a mantenerse en pie, firmes y atrevidos, ante la persecución».[27] A partir de que comenzaron a publicarse artículos con la firma y el discurso incendiario de Rosa Méndez, la colaboración financiera de las mujeres hacia el periódico, aumentó.

Rosa Méndez no fue la única firma «femenina» plasmada en Regeneración. Francisca J. Mendoza fue articulista y colaboradora desde abril de 1912 cuando se notificó su llegada a Los Ángeles.[28] Fue descrita por sus compañeros como una mujer “inteligente, firme, resuelta, oradora de fácil y persuasiva palabra. Además, es una trabajadora, no es una burguesa”.[29] Es importante subrayar estas últimas palabras, pues son elementos de las mujeres emancipadas, militantes, provenientes de la clase trabajadora,[30] que experimentaron la explotación, por lo que empatizaron con la causa y la lucha por una sociedad nueva. 

Francisca fue una mujer convencida de que el PLM era el único que reivindicaba la causa de emancipación de los trabajadores, y, por tanto, la bandera bajo la que se debían aglutinar para la lucha. En un artículo que escribió para rememorar a Práxedis G. Guerrero declaró: «cuanto siente el desheredado tu temprana muerte; cuanta falta hace tu cerebro a la causa del proletariado».[31] También enfatizó en la necesaria educación del pueblo y convocó a la solidaridad internacional con la lucha de los mexicanos:

Enviad fondos a la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano a Los Ángeles, Cal., para que se sostenga el periódico Regeneración; comprad libros para que os instruyáis. Llevad cada uno de vosotros en vuestras blusas el botón del Partido que ostenta el lema Tierra y Libertad. Luchad compañeros, todos unidos. Acabemos con los representantes de la hiedra opresora: Gobierno, Capital y Clero. ¡Viva Tierra y Libertad! ¡Muera la Autoridad! ¡Muera el Capital! ¡Abajo el Clero![32]

Finalmente, Francisca J. Mendoza dejó la redacción del periódico en octubre de 1912 por disputas personales entre Anselmo, Librado, Ricardo y Enrique, y su compañero sentimental Rafael Romero Palacios. En Regeneración se publicóuna carta donde la Junta, exigió a Palacios la entrega inmediata de las oficinas donde se editaba el semanario y ofrecieron a Francisca la dirección del periódico, cargo que rechazó y renunció a sus funciones.[33]

Lo interesante de la ruptura fue la agencia de Francisca con la causa, siguió enviando dinero para el sostén de Regeneración, y en los mítines que posteriormente hizo, se posicionó a favor del PLM. Desde junio de 1912, y paralelamente a Francisca, destacó la práctica política de otra mujer que a través de sus escritos se ganó el respeto y un lugar en las oficinas del semanario: «Alguien dijo que en tiempos de paz debemos prepararnos para la guerra, preparémonos y ¡Viva Tierra y Libertad! lema de los proletarios mexicanos».[34] Se trató de Sofía Bretón de origen cubano. La participación de Bretón en Regeneración se anunció en varios periódicos ácratas.[35]

Por ejemplo, en julio 1912 Le Libertaire de París anunció: «otra compañera, Sofía Bretón ha entrado a la redacción formando cuatro de los más firmes pilares de la causa mexicana.”[36]  Ella se incorporó como escritora en el momento que los representantes de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (JOPLM) seguían encarcelados, y justamente es quien describe una de las audiencias en las que se encontró presente y donde los mexicanos fueron condenados a un año ocho meses de cárcel.  

Bretón escribió estrictamente sobre la opresión y lucha de ellas, aunque también mostró simpatía por la lucha de clases, propuso la unión de hombres y mujeres, una lucha sin distinción de sexos por un objetivo común: el derrocamiento del sistema capitalista. Sin importar “cuan pequeño sea el contingente que puedan prestar las mujeres; unidas formaremos falange y podremos hacer tanto como nuestros compañeros. ¡Arriba, proletarias! ¡Viva la obra de Regeneración!”.[37] El último artículo firmado por ella apareció en septiembre de 1912, lo que anuncia su salida de la redacción, pero continuó organizando clubes liberales desde donde apoyaba.

El trabajo de estas mujeres no solo impactó en la interrelación de los representantes del partido -hombres y mujeres-, sino que influyeron directamente en los valores, dinámicas y relaciones de quienes conformaron las bases del partido, tanto de los militantes más importantes, como de los simpatizantes. En los registros de Regeneración se leen las siguientes notas: «Libertad es el nombre de la niña que vio la luz en 17 de noviembre en Colgate, Okla., sus padres Herlinda Martínez y Severino anuncian que es un nombre provisional en lo que Libertad crece y elige el que más le agrade”.[38]

El siguiente ejemplo refleja como las bases del partido, paulatinamente, interiorizaron y aplicaron a su vida cotidiana, la cultura y valores libertarios, tales como el rechazo a la institución matrimonial civil y eclesiástica.

Hubo una ceremonia sencilla. Se trató de una pareja que vivía en unión libre: Jesús Rincón y Luisa Rincón, quien inspirada en las ideas libres deseaba dar bautizo a una niña que era el fruto de su enlace. A la niña se le dio el nombre de Regeneración, vestida de color rojo, representando la libertad del proletariado universal…[39]

No fueron valores adoptados solamente por las mujeres adultas, las niñas y adolescentes también formaron parte de la propaganda de valores y lecturas libertarias. De Florence, California, Julia Monreal hija del militante Santana Monreal, desde los once años comenzó con la lectura de Regeneración y «al enterarse del ideal igualitario y justiciero que propaga, se enamoró de tales ideas»[40]. Desafortunadamente, Julia murió a la edad de quince años, el acto fúnebre que la despidió fue descrito en las páginas del semanario.

Vestida de color rojo y rodeada de flores, puras e inocentes como ella, con los labios sonrientes y la faz apacible, la niña gladiadora de alma gigante y combatiente, ha muerto, hermanos… Murió el 18 de marzo anterior, y el 20 del mismo, fue acompañado su cuerpo al cementerio por numerosos compañeros de ambos sexos, mexicanos, españoles y americanos. En su casa, en el trayecto al cementerio y sobre su tumba fueron entonadas varias canciones revolucionarias como despedida digna a la pujante luchadora.[41] 

Además de las ya mencionadas, en 1913 se incorporó al PLM y a la redacción de su órgano, la libertaria colombiana Blanca de Moncaleano. Ella enfatizó la necesidad de educar a las mujeres y la denuncia de la doble explotación a la que fueron sometidas en los inicios del siglo XX. A partir de los artículos que publicó en periódicos como Ravachol, Regeneración, Pluma Roja, Fraternidad, ¡Tierra! y La Protesta, editados en Colombia, Estados Unidos, Cuba y Argentina respectivamente, se ha logrado reconstruir un poco de su vida.

Gracias a los datos que dejó en la prensa sabemos que Blanca fue originaria de Colombia, y según las memorias de Nicolás Bernal, militante del PLM, estuvo en Barcelona, España, colaborando en el proyecto educativo de Escuela Moderna de Francisco Ferrer Guardia entre los años de 1902 hasta 1905; después del asesinato de Ferrer, regresó a Colombia en 1906.   Se estableció en la ciudad de Bogotá, y se relacionó sentimentalmente con el anarquista Juan Francisco Moncaleano,[42] con quien fundó y publicó el periódico Ravachol.[43]

Ravachol fue un semanario anticlerical dedicado a exponer testimonios de las prácticas inmorales de los representantes de la iglesia. Uno de los casos más polémicos sucedió en Bogotá donde un fraile fue amante de la esposa de Luis Umaña Jimeno, un médico muy reconocido en la ciudad, pero paralelamente, era amante de la prima hermana del mismo médico. Cuando Umaña Jimeno se dio cuenta de las acciones del fraile, lo asesinó de treinta y tres puñaladas (imagen 1). Evidentemente, exponer dichos testimonios, provocó que tanto Blanca como Juan Francisco huyeran de Colombia para refugiarse en Cuba en 1911.

Ya en la isla colaboraron en el periódico habanero ¡Tierra!, y contribuyeron en la creación de diferentes proyectos de Escuela Moderna en los que buscaron poner en práctica la educación laica y anticlerical inspirada en el libre pensamiento, sin distinción de sexos, clase social, ni raza. Con la idea de replicar esta dinámica de enseñanza en diferentes países de América, Juan Francisco Moncaleano viajó y llegó a México en junio de 1912.[44] Junto a otros compañeros con los que previamente tuvo contacto como Jacinto Huitrón y Pioquinto Roldán, el 30 de junio del mismo año inauguraron el grupo Anarquista Luz, y publicaron un periódico con el mismo nombre.[45]

Drama histórico ocurrido en Bogotá. Fuente: Ravachol, Bogotá, República de Colombia, N.º12, septiembre 16 de 1910. Biblioteca Nacional de Colombia. Imagen de dominio público disponible en: https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll26/id/5736/rec/11

Mientras Juan Francisco estuvo en México, desde Cuba la militancia ácrata realizó colectas para que Blanca y sus hijos se reencontraran con él. Finalmente, cuando Blanca viajó a la ciudad de México, se encontró con la noticia de que Juan Francisco había sido encarcelado y expulsado por el gobierno de Francisco I. Madero, imposibilitando el proyecto de establecer una escuela moderna en México bajo la dirección de los Moncaleano. 

Esa travesía Cuba-México marcó la postura que Blanca tomó en contra del gobierno mexicano, ya que si bien, uno de sus principios fundamentales fue contra toda autoridad, la expulsión de Juan Francisco Moncaleano le había golpeado de forma personal y sentimental, a ella y a sus hijos, por lo que se unió al PLM en lucha abierta contra el maderismo. En 1913, a la muerte de Madero, contó su experiencia en territorio mexicano:

yo sola con mis pequeños hijos sufrí las consecuencias de tu resolución maldita, llegando al extremo de ver a mis hijos dormir en el frío pavimento…Pero hoy la suerte ha cambiado, tu, yaces ajusticiado y tus familiares sumidos en la pena, y yo, alegre y entusiasta luchando al lado de mi compañero. Bien muerto estás, maldito seas.[46]

La mayoría de los artículos escritos por Blanca, se dirigieron a las mujeres, en ellos explicó que el anarquismo era una práctica que modificaba las formas de relacionarse y que se reflejó en varias de sus propuestas como la unión libre y la capacidad de las mujeres para decidir sobre sus cuerpos. Manifestó que, desde pequeñas acciones, el anarquismo buscaba la emancipación de la mujer, a través del trabajo colectivo y la instrucción para todos. En ese tenor, convencida de la necesidad e importancia de educar a las mujeres y las infancias, junto a Juan Francisco y algunos integrantes del PLM, emprendió el proyecto de la Casa del Obrero Internacional (COI) en la ciudad de Los Ángeles, donde fungió como profesora.

Sin embargo, y a pesar de la aparente buena relación entre los integrantes que sacaron avante el proyecto, podemos decir que no se trató de un grupo exento de conflictos. Por lo que Blanca, en el mismo año de 1913, rompió contacto con varios de los miembros del PLM; principalmente con quienes habían acusado a Juan Francisco Moncaleano de querer quedarse con Regeneración y con la Casa del Obrero Internacional.

En esas circunstancias y sin un órgano de propaganda, Blanca editó su propio periódico, Pluma Roja que circuló hasta 1915. Tanto en Regeneración como en Pluma Roja subrayó que la mujer debía de educarse, ya que esto le permitiría rebelarse contra cualquier principio de autoridad, comprender que tiene los mismos derechos que el hombre y que su función social no se reducía solamente a la reproducción de la especie.

Para Blanca las mujeres eran doblemente explotadas. Por un lado, en el hogar, donde su marido representaba la figura de autoridad y donde la mujer estaba destinada al servicio del hombre, quien le obligaba a cumplir con una rutina de trabajos domésticos, ocasionalmente sexuales y a la crianza de los hijos. Además, era incapacitada socialmente para desarrollar ciertos oficios y profesiones ya que se le consideraba inferior al género masculino, lo cual le lleva a denunciar el otro lado de la explotación.

Si la mujer no se educa, no es libre económicamente y no tiene capacidad de decidir porque sus condiciones materiales así se lo imponen. Por otro lado, cuando ella vende su fuerza, sufre de explotación en el espacio laboral donde se le somete a las paupérrimas condiciones de trabajo, desde largas jornadas, bajos salarios, falta de derechos, hasta condiciones insalubres.[47]

Todo en su conjunto mantiene a las mujeres en un estado de dependencia económica que le impide, en diversas circunstancias, actuar libremente. En junio de 1915, Blanca publicó un artículo titulado «Por la Mujer y la Anarquía» en su periódico Pluma Roja (imagen 2), además del «Manifiesto a la Mujer» en el único número de Fraternidad,[48] editado por el grupo adherido al PLM en Boston.

En ambos artículos, Blanca subrayó el papel de la mujer como la madre de la humanidad, y el secreto de su libertad entrañaba la explicación de lo que significa la maternidad.

Periódico de habla hispana fundado por la anarquista Blanca de Moncaleano. Fuente: Pluma Roja, Latino/Hispanic Historical Collection.

Finalmente, destacamos que Blanca de Moncaleano fue una mujer reconocida internacionalmente, sus artículos se reprodujeron en periódicos como Cultura Obrera de Nueva York; ¡Tierra! de La Habana, La Protesta de Argentina, entre otros, además de los ya citados Regeneración y Fraternidad. Participó y organizó actividades culturales en las que destacó como oradora,[49] formó parte de la militancia que recorrió varias ciudades de los Estados Unidos, haciendo giras de propaganda que consistieron en dar conferencias explicando los fines de la revolución social y reuniendo fondos para sostener, en un primer momento a Regeneración, después su propio periódico Pluma Roja y a la Casa del Obrero Internacional.

  • Dinámicas culturales y mujeres

Si bien, en los primeros años de fundación del PLM la mayoría de las actividades en el campo cultural las llevaron los hombres, cuando estos fueron encarcelados en 1907 y en años posteriores, las mujeres tomaron la batuta de las dinámicas organizativas y propagandísticas. En las siguientes líneas se esbozan algunas de esas dinámicas en las que tuvieron participación las simpatizantes y militantes del PLM.

Aunque la lista de suscriptoras al semanario fue larga, desde campesinas y obreras hasta trabajadoras del sector de servicios, no todas se unieron a las variadas actividades culturales como una forma de protestar políticamente. Pero militantes como Balbina Yáñez, Agustina Cantú Garza, Margarita Cendejas, Domitila Acuña, entre otras, se posicionaron públicamente a favor del Partido, favorecieron las declaraciones hechas en Regeneración en contra de las diferentes facciones políticas en la revolución mexicana, particularmente la maderista, estas mujeres le recriminaron a Francisco I. Madero el arresto del militante Prisciliano Silva, y lo dijeron así: 

Las que suscribimos, trabajadoras emancipadas de las necias preocupaciones que han tenido a la humanidad esclavizada, aplaudimos la actitud que usted (Ricardo) ha tomado contra el traidor Francisco I. Madero que tuvo el atrevimiento de arrestar al compañero Silva.[50]

Fueron mujeres que constantemente se movilizaron de una ciudad a otra, y realizaron giras de propaganda que funcionaron como eventos culturales que sirvieron como espacios significativos en los cuales se fomentó la identidad y la construcción de una cultura ácrata, principalmente entre los mexicanos, usando símbolos emblemáticos de su propia cultura. Por ejemplo, en las distintas giras asistieron mujeres, hombres y niños dedicados a cantar el himno ¡Tierra y Libertad! escrito por Enrique Flores Magón y publicado en Regeneración (imagen 3), la entonación del himno fungió como uno de los principales números de los programas de las giras.

Hicieron colectas, vendieron periódicos y apoyaron en la conformación de clubes y grupos Regeneración. Por ejemplo, en febrero de 1911, María Talavera estuvo en El Paso, Texas, donde fue solicitada para apoyar la consolidación del Club Liberal Josefa Ortiz de Domínguez, fundado solo por mujeres, cuyas representantes fueron Refugio Montero y Matilde Mota, suscriptoras del semanario y militantes del partido.[51]

Regeneración, 4ª época, N.º 176, Los Ángeles, California, febrero 14 de 1914, p.1. Imagen pública disponible en: https://archivomagon.net/periodicos/regeneracion-1900-1918-4a/ 

Los clubes liberales y grupos Regeneración conformados por mujeres cumplieron las mismas funciones que los de los varones. Las militantes vendieron el semanario, realizaron colectas, reuniones y mítines tanto en México como en el sur de los Estados Unidos. Igualmente fueron perseguidas por la policía de ambos países. Matilde Mota y Basilisa Franco -pareja sentimental de Fernando Palomarez[52]-, fueron detenidas en Ciudad Juárez, Chihuahua en diciembre de 1912, cuando se dirigían a repartir ejemplares del semanario:

Entonces los esbirros nos leyeron un estúpido decreto por el que se hace saber que queda prohibida en los dominios de Don Francisco I. Madero la circulación de Regeneración. Resultado: se nos expulsó de México porque dizque pertenecemos a no sé qué sociedades secretas, la expulsión fue acompañada de palabrotas de los bandidos que mantiene Madero. Indignadas devolvimos ofensa por ofensa y escupimos el rostro de esos miserables.[53]     

La anterior cita de Matilde Mota y Basilisa Franco nos muestra que fueron fundamentales en la conformación de redes de circulación del semanario, tanto en México como en los Estados Unidos. Otra militante como María Talavera, desde Los Ángeles, fue la encargada de mantener la suscripción e intercambio de materiales impresos con el semanario habanero ¡Tierra! así como de enviar a sus editores los dineros recaudados por la venta de su periódico en Los Ángeles.[54]

Las militantes no solamente fueron importantes en la recaudación de fondos para el partido y su órgano propagandístico, sino que jugaron un papel fundamental en la difusión y construcción de la cultura libertaria del PLM en los diferentes espacios de sociabilidad formal en los que hicieron teatro, leyeron y escribieron poemas, textos ácratas, entonaron himnos y canciones revolucionarias, sintetizando el nuevo lenguaje que interiorizaron rápidamente a partir de su publicación en periódicos anarquistas incluido Regeneración.[55]

La gestión femenina en los espacios públicos fue evidente cuando ganaron la tribuna y fueron vistas como ejemplo de fortaleza, mostrándose seguras acerca de que su práctica militante, era la vía para emanciparse de cualquier forma de opresión. En diferentes ocasiones ellas fueron elogiadas, por ejemplo, en el escenario la presencia de Concepción Arredondo, también conocida como Concha Rivera, «provocó largos y continuados aplausos, los cuales fueron repetidos durante toda la velada cada vez que era pronunciado su nombre»;[56] otro ejemplo fue cuando en medio de un discurso de Job Harriman, María Talavera se presentó ante el público para desmentir que estuviera huyendo de las autoridades, tal como la acusaba la prensa oficial.[57]

Además, Arredondo y Talavera «vendían en la plaza literatura revolucionaria internacional: ¡Tierra!, de La Habana; Renovación, de Costa Rica; Cultura Proletaria, de Montevideo; La Protesta, una de Perú y otra de Buenos Aires.»[58] Lo que nos muestra que en los espacios de sociabilidad formal e informal las mujeres tuvieron fuerte presencia. En ellos, replicaron actividades como representaciones escénicas donde expusieron parte de la cotidianeidad con temáticas como la miseria, explotación laboral, migración, entre otras, cuestionando los roles de género y los valores de la sociedad burguesa. Por ejemplo, en marzo de 1911, Ethel Dolson, en su obra Al pasar la frontera, expuso las dificultades del pueblo mexicano para llegar a los Estados Unidos, con una crítica hacia el sistema y al gobierno capitalista.[59]

Otras militantes del partido se dedicaron a traducir discursos en diferentes idiomas para exponerlos en las tribunas, y varias más realizaron giras de propaganda. En un mitin, la norteamericana Starkweather improvisó un discurso en inglés que quedó registrado en Regeneración:

Entre el trabajador mexicano y el trabajador americano no puedo notar más que una pequeña diferencia, decía la fogosa defensora del proletariado, y esa diferencia consiste en que el trabajador mexicano sabe, está persuadido de que es esclavo y lucha valerosamente por su emancipación; en tanto que el trabajador americano se considera libre y con vergonzosa paciencia sufre la opresión del gobierno y el capital.[60]

Es importante reconocer, que fueron las mujeres quienes tuvieron participación más activa en esos eventos incorporando problemáticas de interés común. Estuvieron presentes en cada espacio de la vida orgánica del partido, desde la organización de bailes hasta mítines exprés en las plazas, generando ingresos, reclutando militantes, vinculándose con otros libertarios y diversificando las prácticas editoriales con obras de teatro, artículos, poemas, etc.

Otras formas de propaganda e ingreso económico fueron el uso de imágenes. Francisca J. Mendoza no solo colaboró en la escritura del semanario, también fundó los primeros clubes liberales femeninos, propuso la reproducción y venta de fotografías de los diferentes integrantes del PLM, principalmente de Ricardo y Enrique Flores Magón, Librado Rivera y Anselmo L. Figueroa, las cuales se ofrecieron en las oficinas de Regeneración; otras se enviaron por correo y varias más se compraban en la librería libertaria La Aurora, ubicada en el centro de Los Ángeles.

Por la lista de compradores expuesta en el semanario, sabemos que la mayoría de quienes adquirieron las fotos fueron mujeres, lo que es otro indicio de la colaboración de las simpatizantes del partido desde sus propias posibilidades. Con el apoyo económico de otros libertarios Francisca pretendió demostrar la solidaridad y organización de clase, ya que, aunque «todos los que estamos sujetos al miserable salario que nos pagan los burgueses y tenemos que vivir una vida llena de miseria y de abstinencias, nos sacrificamos aún más, pues nuestra lucha es directamente en contra del capitalismo».[61]

  • Algunas consideraciones finales

Actualmente, ¿por qué es importante retomar la historia del PLM con la presencia de las mujeres? Indiscutiblemente es necesario revisitar al Partido Liberal Mexicano, para traer protagonistas de su historia y agregarlas a la historiografía, y transformar los marcos con los que entendemos los procesos sociales.

Explorar la participación del sector femenino como sujetos activos dentro del PLM y de Regeneración, fue la intención que me acercó a la recuperación del trabajo que hicieron las mujeres desde la penumbra y que, en distintas ocasiones, fueron las que sostuvieron a las grandes figuras masculinas que se leen en clave de personalidad, cuando en realidad son cuestiones de género.

Si bien es cierto que varias de las integrantes del movimiento del PLM pugnaron por la emancipación de los trabajadores, muchas otras sumaron a sus programas la demanda de reforma sexual e insistieron en la doble explotación de las mujeres. Muchas sostuvieron que había un espacio dentro de la misma diferenciación entre hombre y mujer, en el que podían llegar a coincidir. Ese punto de concordancia «deberá ser la base en que descansa la masa y el individuo, o donde el hombre y la mujer han de poderse encontrar sin antagonismo alguno»[62]. Para ello, la comprensión mutua debía ser parte fundamental entre hombre y mujer; además, necesitaban la libertad para dirigirse, educarse y conocer sus cuerpos.

Así, la lucha y el discurso dieron un giro porque tuvo que repensarse el lenguaje con el que se dirigían al público lector, dado que varias agrupaciones debían discutir los postulados y las demandas del género femenino. No solo se trató de un componente sexual, sino de revisar lo que estaban transmitiendo, renovar la forma de educarse e incluir a hombres y mujeres en el mensaje que estaban masificando.

Las escritoras, militantes, colaboradoras, es decir, las mujeres de Regeneración, dejaron claro en sus escritos que la lucha por los medios legales no resolvería la situación de explotación del proletariado en el capitalismo, y menos aún, la cuestión de la mujer amalgamada a la subjetividad de sus cuerpos y deseos. Aunque las leyes brindaban ciertos derechos y obligaciones no obtenían la libertad completa, ya que el hombre seguía manteniendo supremacía de privilegios frente a ellas; y frente a todos, el capital, la iglesia y la autoridad.

Bibliografía

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  • Duffy Turner, Ethel, Ricardo Flores Magón y el Partido Liberal Mexicano, México, INEHRM, 2003.
  • Melgar Bao, Ricardo, “Juan Francisco Moncaleano: Colombia y la revolución mexicana”, La Jornada. Morelos, N.º 460, marzo 27, 2011.
  • Gantús, Fausta, “Liberalismo y antiporfirismo. Las incursiones periodísticas de Joquín Clausell”, Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. 30, N.º 118, Zamora, junio 2009.
  • González Phillips, Graciela, Anarquistas mexicanas redactoras en los albores del siglo XX, Casa del Ahuizote, 2021.
  • Hart, John M., Los anarquistas mexicanos, 1860-1900, México, SEP setentas, 1976.
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Tesis

  • Gámez Chávez, Javier, (2018), Redes políticas e intelectuales entre el magonismo y el movimiento anarquista internacional: 1910- 1915, (Tesis para obtener el grado de Doctor en Historia), UNAM.
  • Vásquez Montaño, Margarita, (2019), Ethel Duffy Turner. Una biografía política e intelectual desde la frontera, 1885- 1969, Tesis para obtener el grado de Doctor en Historia), El Colegio de México.

Hemerografía

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  • “Programa del Partido Liberal y Manifiesto a la Nación”, Regeneración, 3ª época, Nº. 11,San Luis, Misuri, julio 1 de 1906.
  • “Partido Socialista Internacional”, Revolución, Año 1, N.º 2, Los Ángeles, Cal., septiembre 14 de 1907.
  • Flores Magón, Ricardo, carta a Aniceto Moreno, mayo 13 de 1907. Aquí, Ricardo aclara que el vínculo de comunicación es a través de María Talavera.
  • Ricardo Flores Magón carta a María Talavera Broussé, septiembre 27 de 1908.
  • Turner, John Kenneth, “Starving the Rebels”, Appeal to Reason, febrero 25 de 1911.
  • Turner, Ethel D.,“Simon Berthold. Rebel Soldier”, Regeneración, 4ª época, N.º 36, mayo 6 de 1911.
  • “En pro de Regeneración”, Regeneración, 4ª época, N.º 27, Los Ángeles, Cal., marzo 4 de 1911.
  • “Al pasar la frontera”, Regeneración, 4ª época, Nº 27, Los Ángeles, Cal., marzo 4 de 1911.
  • “Animado mitin del grupo Regeneración”, Regeneración, 4ª época, Nº 20, Los Ángeles, Cal., enero 14 de 1911.
  • M. González, Jesús, “Siempre adelante”, Regeneración, Los Ángeles, California, 4ª época, N.º 21, enero 21 de 1911.
  • “Protesta”, Regeneración, Los Ángeles, California, 4ª época, N.º 44, julio 1 de 1911
  • Bretón, Sofía, “¡Solidaridad! Para los presos, para los procesados, para sus familias y para Regeneración!”,  Regeneración, Los Ángeles, California, 4ª época, N.º 97, julio 6 de 1912.
  • Bretón, Sofía, “¡Guerra al déficit!”, en: Regeneración, Los Ángeles, California, 4ª época, Nº. 105, agosto 31 de 1912.
  • “Velada”, Regeneración, 4ª época, N.º 126, Los Ángeles, Cal., febrero 1 de 1913.
  • De Moncalenao, Blanca, “Ante el cadáver del verdugo Madero”, Regeneración, 4ª época, N.º 131, Los Ángeles, Cal., marzo 8 de 1913.
  • De Moncaleano, Blanca, “Mujeres, eduquemos a nuestros hijos en la Escuela Racionalista”, Regeneración, 4ª época, N.º 129, Los Ángeles, Cal., febrero 22 de 1913.
  • De Moncaleano, Blanca, “Manifiesto a la mujer”, Fraternidad, número único, Boston, Mass., septiembre de 1915.

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[1] Maestra en Historia. Doctorante en Historia por la Universidad de Guanajuato. Investigación en curso: Los anarquistas de Regeneración y su construcción de redes transnacionales, 1900- 1918. Fundadora de la Red de Investigadoras sobre Mujeres Anarquistas, México, 2023.

[2] Traverso, Enzo, Melancolía de izquierda. Marxismo, historia y memoria, Buenos Aires, F.C.E., 2018, pp. 17- 20.

[3] La segunda época de Regeneración se editó de 1904 a 1905 entre San Antonio, Texas, y San Luis, Missouri; la tercera en la misma ciudad, en febrero de 1906; la cuarta y última época en Los Ángeles, California, entre 1910 a 1918. Las interrupciones de la publicación y la movilidad de sedes fueron consecuencia de la persecución de sus redactores por parte del gobierno mexicano y estadounidense.

[4] Flores Magón, Ricardo carta a Crescencio y Francisco Villarreal, mayo 5 de 1904. 1810 fue publicado durante el periodo de 1904 hasta 1906 en las ciudades de Laredo y Del Río, Texas.

[5] Gargallo, Francesca, Las mujeres en la Revolución Mexicana, un acercamiento a una participación que no se estudia. En línea: https://francescagargallo.wordpress.com/ensayos/feminismo/feminismo-filosofia/las-mujeres-en-la-revolucion-mexicana-un-acercamiento-a-una-participacion-que-no-se-estudia/ Juana Belén destacó por su trayectoria e influencia periodística y política; fue una de las primeras que se atrevió a denunciar las condiciones laborales de las minas en el norte de México, específicamente en Chihuahua, hecho que le valió dos años de encarcelamiento, de 1897 a 1899. Una vez en libertad, fundó el Club Liberal Benito Juárez, propagando las ideas del liberalismo decimonónico, denunciando los abusos del clero, y desde luego, de toda la red administrativa del gobierno porfirista. En 1901, en Guanajuato fundó el periódico Vésper, que posteriormente trasladó a la ciudad de México y circuló por diferentes estados de la República.

[6] “Programa del Partido Liberal y Manifiesto a la Nación”, Regeneración, 3ª época, N.º 11,(1906), pp. 1-3.

[7] “Programa del Partido”. De la publicación de dicho documento se rescata la cuarta sección dedicada a capital y trabajo, en la que propusieron jornadas máximas de ocho horas, con mínimos salariales establecidos según la región del país, reglamentación del servicio doméstico y el trabajo a domicilio, fundamentalmente para mediar las condiciones de explotación de las mujeres, así como la prohibición del trabajo infantil. A finales de 1905, el grupo que integró al PLM se separó por diferencias estratégicas y de ideas. Por un lado, los moderados Juana Belén y Camilo Arriaga pugnaron por un cambio político en México sin confrontar bélicamente al gobierno, mientras los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón propusieron lucha abierta y comenzaron a plantear la necesidad de una revolución social.

[8] González Phillips, Graciela, Anarquistas mexicanas redactoras en los albores del siglo XX, Casa del Ahuizote,  2021, p. 15.

[9] Duffy Turner, Ethel, Ricardo Flores Magón y el Partido Liberal Mexicano, México, INEHRM, 2003, p. 72.

[10] Goldman, Emma, Viviendo mi vida, Tomo I, Madrid, Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 1996,p. 127.

[11] Goldman, Viviendo mi vida, pp. 160- 180.

[12] Mother Earth, Vol. 6, N.º 2, (1911), pp. 46-49. Flores Magón, Ricardo, Emma Goldman”, Regeneración, 4ª época, N.º 37, (1911), p. 2. “Mother Earth que se publica en Nueva York, va a abrir una subscripción para los rebeldes de la Bandera Roja, y (…) ensalzará los sacrificios de nuestros hermanos que luchan en México por Tierra y Libertad.”

[13] Flores Magón, Ricardo, “Movimiento de solidaridad”, Regeneración, 4ª época, N.º 35, (1911), p. 2.

[14] Tuñón, Enriqueta, ¡Por fin…ya podemos elegir y ser electas!, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2002, p. 17.

[15] De Cleyre, Voltairine, Acción directa. En línea: https://www.solidaridadobrera.org/ateneo_nacho/libros/Voltairine%20de%20Cleyre%20-%20Acción%20Directa.pdf La importancia de la acción directa fue que la propuso como un tipo de organización micro para las mujeres y surgió de la observación de actos cotidianos. Si un grupo de ellas identificaban sus condiciones desfavorables en el trabajo y el hogar, se reunían para compartir experiencias, evaluaban los medios que tenían a su disposición y decidían cambiar su situación a partir de la organización, estaban haciendo acción directa, y al ser un ejemplo para sus compañeras, se transformaba en un acto de propaganda que a mayor escala proclamaba el cambio social de forma violenta.

[16] Lomnitz Claudio, El regreso del camarada Ricardo Flores Magón, México, ERA, 2016, p. 83. Cabe destacar que Noel al frente de un aparentemente fuerte movimiento sindical logró el voto para la mujer en California en 1910.

[17] Kenneth Turnner, John, México Bárbaro, México, EMU S.A., 2007, p. 237. Y Ricardo Flores Magón a María Brousse, septiembre 27 de 1908, Ricardo Flores Magón, Correspondencia.

[18] Vásquez Montaño, Rosario Margarita, Ethel Duffy Turner. Una biografía política e intelectual desde la frontera, 1885- 1969, (Tesis para obtener el grado de Doctor en Historia), El Colegio de México, 2019, p. 72.

[19] Lomnitz, El regreso del camarada, pp. 117 y 252. Lomnitz, señala que el adjetivo de esclavo mexicano fue común entre las autoridades para dar cuenta de las pésimas condiciones de vida de los trabajadores de las grandes plantaciones del sur del país.

[20] Vásquez Montaño, Ethel Duffy Turner, pp. 80-88.

[21] Lomnitz, El regreso del camarada, pp. 400- 410.

[22] Duffy Turner, Ethel, “La benevolencia del déspota”, Regeneración, 4ª época, N.º 8, (1910), p. 2.

[23] Lomnitz, El regreso del camarada, p. 415.

[24] Lomnitz, El regreso del camarada, p. 83.

[25] “¿Qué hacéis aquí los hombres”, Regeneración, 4ª época, N.º 21,(1911), p. 2.

[26] Guerrero, Práxedis G., “La mujer revolucionaria”, Regeneración, 4ª época, N.º 20, (1910), pp. 2-3.

[27] Cita número seis, tomada de la obra de González Phillips, Anarquistas mexicanas, p. 8.

[28] “Bienvenida”, Regeneración, Los Ángeles, California, 4ª época, N.º 86, (1912), p. 1.

[29] “A los compañeros”, Regeneración, 4ª época, N.º 60, (1911), p. 1.

[30] Mendoza, Francisca J., “Una explicación”, Regeneración, 4ª época, N.º 71, (1912), p. 1. Francisca vivió en Bridgeport, después en Alba y posteriormente en Como pertenecientes al estado de Texas. Vivió junto a sus tres hijas y sus padres para quienes era el principal sustento, se movilizaba constantemente para trabajar en las distintas fábricas ubicadas en aquellas ciudades. Se encontró en Como cuando los miembros de la JOPLM le pidieron trasladarse a la ciudad de Los Ángeles para colaborar en el periódico ya que era una de las fieles militantes con las que mantenían correspondencia, enviaba dinero y constituía clubes liberales.

[31] Mendoza, Francisca J.,“En memoria de Práxedis”, Regeneración, 4ª época, N.º 71, (1912), p. 3.

[32] Mendoza, Francisca J., “En Defensa de los Mexicanos”, Regeneración, Los Ángeles, California, 4ª época, Nº. 71, (1912), p. 3.

[33] Lara, Blas, “Conocimiento”, Regeneración, 4ª época, N.º 114, (1912), p.1.

[34] Bretón, Sofía, “Punto de atención”, Regeneración, 4ª época, N.º 101, (1912), p.3.

[35] Fabra Ribas, Antonio, “La guerra civil en México. Una lucha fratricida. Cuál debe ser la actitud de los revolucionarios”, L’Humanité, París, (1912), p. 1.

[36] Doillon, David, El magonismo y la Revolución mexicana en la prensa ácrata y radical francófona, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2013, pp. 130-135.

[37] Bretón, Sofía, “¡Guerra al déficit!”, Regeneración, 4ª época, N.º 105, (1912), p.1.

[38] Regeneración, 4ª época, N.º 167, (1913), p.3.

[39] M. González, Jesús, “Siempre adelante”, Regeneración, 4ª época, N.º 21, (1911), p.1.

[40] “Julia Monreal”, Regeneración, 4ª época, N.º 205, (1915), p.2.

[41] “Julia Monreal”, Regeneración, 4ª época, N.º 206, (1915), p.2.

[42] Según el historiador Jorell Meléndez, Juan Francisco Moncaleano murió el 1º de enero de 1916 y desde entonces, se pierde todo rastro de Blanca y sus hijos.

[43] Melgar Bao, Ricardo, “Juan Francisco Moncaleano: Colombia y la revolución mexicana”, La Jornada. Morelos, N.º 460, marzo 27, 2011. Moncaleano eligió el nombre de Ravachol para su periódico en honor a la actividad propagandística de François Claudius Koënigstein quien usó el seudónimo de Ravachol, y realizó 3 atentados dinamiteros contra diferentes figuras de autoridad en el París de 1891. Desde Ravachol, Moncaleano difundió el pensamiento pedagógico de Francisco Ferrer; abogó por impulsar la educación del obrero como el paso previo a la insurrección y emancipación. Blanca, publicó Pluma Roja, de 1913-1915, donde promovió la emancipación de la mujer del control de la iglesia, el estado y el sistema patriarcal.

[44] Sánchez Platero, David, Anarquistas, mercachifles y viajeros, Universidad de los Andes. Facultad de Ciencias Sociales, 2015, p. 41. En línea: https://repositorio.uniandes.edu.co/bitstream/handle/1992/17350/u713456.pdf?sequence=1&isAllowed=y

[45] Ribera Carbó, Anna, “La Escuela Moderna en México. Una azarosa aventura revolucionaria”, p. 274. En línea: https://raco.cat/index.php/BoletinAmericanista/article/view/98635 

[46] De Moncaleano, Blanca, “Ante el cadáver del verdugo Madero”, Regeneración, 4ª época, N.º 131, (1913), p. 3.

[47] De Moncaleano, Blanca, “Mujeres, eduquemos a nuestros hijos en la Escuela Racionalista”, Regeneración, 4ª época, N.º 129, (1913), p. 3.

[48] De Moncaleano, Blanca, “Manifiesto a la mujer”, Fraternidad, número único, (1915), p. 7.

[49] “Velada”, Regeneración, 4ª época, N.º 126, (1913), p. 3.

[50] “Votos de adhesión y simpatía”, Regeneración, 4ª época, N.º 28,(1911), p.3.

[51] Regeneración, 4ª época, N.º 24, (1911), p. 3.

[52] Olvera Maldonado, Luis F., La revolución social en el norte de México y las comunas anarquistas del Partido Liberal Mexicano, 1911-1915, México, editorial Libertad y Trabajo, 2021, p. 84. Fernando Palomarez, indígena mayo y anarquista. Participó desde 1906 en la Huelga de Cananea. Fue el contacto del PLM para entablar conversación y buscar alianzas con los indios yaquis y los mayos en la región del norte.

[53] Mota, Matilde, “La libertad burguesa”, Regeneración, 4ª época, N.º 66, (1911), p. 1.

[54] “Administración”, ¡Tierra!, año XI, N.º 458, (1912), p. 4.

[55] Sánchez Cobos, Amparo, “Sociabilidad anarquista y configuración de la identidad obrera en Cuba tras la independencia”, Lida, Clara y Pablo Yankelevich (Compiladores), Cultura política del anarquismo en España e Iberoamérica, México, El Colegio de México, 2012, p. 220.

[56] “Gran gentío se congrega en el Simpson Auditórium”, Revolución, Año 1, Nº. 24, (1907), p. 3.

[57] “Protesta contra el encarcelamiento de los mexicanos”, Revolución, Año 1, Nº. 24, (1907), p. 3. Concepción Rivera mayormente conocida por ser la pareja sentimental de Librado Rivera.

[58] Lomnitz, Claudio, El regreso del camarada, p. 425.

[59] “Al pasar la frontera”, Regeneración, 4ª época, N.º 27, (1911), p. 3.

[60] “Animado mitin del grupo Regeneración”, Regeneración, 4ª época, N.º 20, (1911), p. 3.

[61] Mendoza, Francisca J., “Excitativa a los trabajadores”, Regeneración, 4ª época, N.º 92, (1912), p. 3.

[62] Goldman, Emma, La Tragedia de la Emancipación de la Mujer. En línea: https://www.marxists.org/espanol/goldman/1906/001.htm 

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