Objetivo… omiten…y afirman: nacionalizar a Salvador Seguí en nombre del FET Nacional

Josep Quevedo García

El 28-11-2023, la televisión pública de Catalunya (TV3) emitió un programa sobre la vida y milagros de Salvador Seguí, durante la época que transcurre entre finales de la década de 1910-1920 y su asesinato en marzo de 1923, por las bandas de pistoleros a sueldo de la patronal catalana.

El programa emitido es un prototipo rutianario-idenditario de TV3. Tiene dos funciones informativas: una narrativa electro-ungida y la otra en forma de interviús dramáticos por parte de los tertulianos.

El programa bajo las órdenes de personajes adelantados y con grandes y sobradas facultades para dirigir una escuadra de vivarachos y pudientes de terciopelo, impregnados con el «aceite de trastería»: líquido milagroso capaz de producir que la historia se pueda interpretar a imagen y semejanza del relato revelado.

Una historia desde la acera del medio frente, que paga y recompensa. Una comparsa legitimista del siglo XIX. Todo un síntoma del proyecto mitológico de TV3, y de la ungida Catalunya Medieval.

¡Qué desfachatez por parte de los indocumentados e indocumentadas de TV3! ¡Pero qué heroicidad de estos mismos rompe farolas! Con su chiste-historia de guapas y guapos y más pijos y pijas que el puchero de Pepinacho, amueblado con la ayuda de la asamblea de perezosos y perezosas del hecho espiritual.

Participantes: historiadoras, periodistas, tertulianos, políticos con carnet sindical y baldíos de reelenges… Solo faltaba el actual Francisco Mora, el referente de la Fundación, el de la Dacha en la costa y su costilla troceada y adosada.

Los artilugios ideológicos utilizados por los invitados, eran envidiables: los discursos irredentos de las basílicas mayores, las metáforas de aspirantes a representantes del pueblo, pero sobre todo «que hay de lo mío»; la tropa de stupidi, de marchantes del saber.

Desde el principio y con la técnica de los predicadores: las predicas nacen y se reproducen y vienen desde Madrid, para variar. ¿De qué Madrid nos habla? ¿El de siempre? ¿O el Podrit?

El reportaje se encomienda desde el primer momento en una comparación analítica geográfica-social. Presentándonos la ciudad de Barcelona como una fotocopia cinematográfica del Chicago de los años 20 y 30 del siglo pasado. Con gorra de trapo, pistola Astra, y andando con zapatos de cartón porque el presupuesto no llega para más.

Pobre Barcelona con pistoleros sin sombrero de 30 dólares de la época, metralleta de última generación (las checas) y sin sus lindos carros, modelos veloces y confortables. A los invitados a cascar en el programa de TV3, no les habían asesorado de la hazaña histórica llevada cabo en la avenida Castellana de Madrid en 1921, por miembros de la específica del sindicato del metal de Barcelona (cuando era anarcosindicalista). La especifica nombre que también recibían estos grupos de acción, constituidos por militantes confederales con la misión de proteger a compañeros señalados por la patronal como blancos-precio.

Acordaron atentar contra el señor Dato, una técnica anarcosindicalista de autodefensa. Esta consistía en desplazarse a 120 km por hora en un sidecar, y situarse a la altura del coche de Dato y ametrallarlo. Dicho y hecho.

La noticia corrió como la pólvora y llegó a Chicago, allí los capos del negocio la acogieron con sumo interés y como una nueva técnica punitiva de última generación. Se quedaron de vuelta y media y enviaron, sin perder tiempo, a dos muchachos sicilianos, de armas tomar, a Barcelona para que cogieran apuntes y aprendieran las nuevas tecnologías, en el arte de liquidar a los adversarios o en la capacidad operativa, para acabar con celeridad los encargos.

Así lo hicieron, uno de ellos se volvió para transmitir las técnicas aprendidas por medio de varios cursillos de formación (ahora llamados de IDENTIDAD), y el otro se quedó en el Garraf y termino en la Columna Durruti (Aragón en 1936). Estos sicilianos, la gran mayoría, procedían de las zahurdas de los desheredados, se reciclaban y se formaban en el negocio del contrabando y sus entornos, penados con el código penal.

Otro de los asuntos al que le dieron mucha importancia los tertulianos, se refería al dato de que había muy pocos guardias civiles en el Principado. Sin embargo, el programa televisivo y sus tertulianos OMITEN, que había muchos carlistas miembros del Somaten, que hacían las funciones de agentes de la autoridad, asesinando a obreros, obreritos y… siempre cobrando por sus patrióticos servicios.

Nuestros tertulianos expresan sin rechistar, que la ciudad de Barcelona era muy violenta en aquellas fechas, y que la culpa era de que todos los pistoleros eran del mismo vapor como el jabón barato, metiendo en el mismo cesto: «a los que matan y a los que los matan». ¿Debe ser la moda de la transversalidad nacional?

Los tertulianos OMITEN… y especialmente el señor Martínez Fiol, muy empeñado en presentar a Barcelona como la ciudad de las bombas y de la sindicación obligatoria. En lo referente a las bombas, el académico aún está ubicado en la época de «la propaganda por el hecho», ya superada desde la durísima huelga metalúrgica del 1902.

Y sobre la sindicación obligatoria, solo tiene que leer los acuerdos del Congreso de Sans de 1918, y el señor Martínez Fiol, lo podrá comprender a la perfección sin sobresaltos. En Sans, se acordó sobre todo un proceso estatutario, tanto laboral como estratégico, que procedía a controlar la bolsa de trabajo de los ramos, como a organizar una bolsa habitacional para su afiliación (a causa del precio de los alquileres) y la más ideológica: dotar a los sindicatos de una escuela racionalista, con el objetivo de formar a la afiliación de la CNT. Dicho de otra forma, crear un sindicato de inquilinos y una escuela racionalista en cada localidad. Acuerdo que ya se tomó en el Congreso de Solidaridad Obrera de 1908.

Los tertulianos casi todos, recalcan un recital de omisiones, con comentarios generalistas sobre la inflación y la especulación, pero OMITEN lo siguiente: durante la primera guerra mundial, la burguesía catalana y sus aliados, de oficio especuladores «turistas de intereses» consiguieron buenos contratos con las potencias extranjeras. Las comisiones y los comisionistas originaron una producción de poca calidad que, una vez acabada la guerra, no quería nadie, ni compraba nadie, originando posteriormente que la industria catalana entrara en una crisis profunda y sin precedentes, a causa de las ansias especulativas de la gran parte del empresariado catalán.

En otro orden de cosas: La catedrática Abello, como su socia la periodista María Coll, transmiten la sensación de no tener ni puñetera idea del funcionamiento orgánico de la CNT en 1920.

Los realizadores de TV3, filman a la catedrática Abello, en una cuadra de telares, sentada y con unos laureles narrativos muy llamativos. Acosando la memoria histórica del anarcosindicalismo y de camino dejándose en el tintero narrativo lo siguiente: que, en estas cuadras de las fábricas textiles con un ruido ensordecedor, la mayoría de las productoras, laboraban su jornada diaria de pie y observando con mucho cuidado la falta de medidas de seguridad en la maquinaria.

La seguridad de los telares, de los embarrados y del espacio interior de los vapores, era inexistente, lleno de obstáculos, en un espacio tan grande. Con unos telares antiguos, deteriorados, con poco mantenimiento… Todos estos detalles, se les pasó por alto, a los magníficos realizadores de TV3.

La cuota asignada a la CGT, fue para Jordi Martí, miembro de la CGT de Reus, y en sus ratos libres político en las listas de la CUP de Reus. Me imagino que lo incluyeron como tertuliano, por su afinidad con la identidad nacional ¿o posiblemente porque había escrito un texto sobre Salvador Seguí y otro sobre LLunas (en otro momento hablaremos de estos escritos y de su objetivo nacional)? Aunque creo que su texto sobre Salvador Seguí, decidió su reclutamiento para el programa (una recopilación de artículos a imagen y semejanza de sus anhelos.)

Repite y repite y no aclara nada del asunto, parece uno más, abocando sus reflexiones a la interpretación de que Salvador, estaba a punto de hacerse creyente y de predicar el proyecto nacional de aquellos días, que por cierto ¿ninguno sabe lo que era?

También había otro miembro de la CGT, pero la impresión que me dio, es que lo tiene magro para labrarse un currículo, como relator. Sin comentarios.

Muchas impresiones y declaraciones de intenciones nacionalizadoras. Proponen entre bastidores la opción milagrera y citan a Stalin sin recordarque, en 1941, los otros nacionalistas «los nazis», atacaron el paraíso comunista. El padrecito dotó a los soldados rojos de una cruz ortodoxa. bendecida por los Popes. ¡Ver para creer! ¡Y los miles de fotos que hay sobre el asunto!

Una de las escenas más potentes y mejor curradas de los equipos de producción de TV3, son las que se refieren, a las tomas, donde conversan íntimamente Salvador Seguí, Companys y Layret ¿Un Seguí entregado a la causa nacional de Catalunya?

Durante todo el documental, después de vueltas y vueltas, se puede resumir en que este programa, es incapaz de dar a entender ¿qué significó la huelga de la Canadiense? También se aprecia constantemente que el programa trasmite la idea de que Salvador Seguí solo tenía dos amigos:  Companys y Layret. No aparecen en ninguna escena sus amigos de toda la vida, los de la organización, los de la utopía, los del ser o no ser…

Las relaciones de Salvador Seguí con la organización confederal vienen desarrolladas en una escena-cagarro donde Salvador Seguí llega tarde a su trabajo de pintor de brocha gorda, y su compañero de fatigas se lo recrimina, con un chascarrillo televisivo, donde el mencionado compañero le comenta que a él lo de la CNT le trae sin cuidado, que lo eficaz son las bombas.

El compañero de Salvador Seguí además de no cotizar a la CNT ¡Terrorista¡ ¡Pa cagarse! Qué buen relato, mejor incluso que cantar el himno nacional cada dos por tres.

En la prisión de la Mola (Menorca), Salvador solo tiene un compañero: Companys. ¿Dónde están sus amigos encerrados como él en la prisión, en número de treinta? ¿Dónde estaban? ¿En otro continente? Este afán enfermizo, de denigrar a la persona y solo santificar la esencia de la patria nacional, es decir, el Estado y su Dios, «El fet nacional».

OMITEN la relación con sus compañeros, sus maestros, sus influencias, pero sobre todo su formación intelectual y moral. Seguí, como Peiro y Pestaña, son hijos de Anselmo Lorenzo. Por eso se unirán los tres en 1922, para desterrar de la CNT el marxismo-leninismo y construir una trabazón, para proteger el ser del anarcosindicalismo, de los buscadores de tesoros confederales.

Una jauría de verticalistas políticos se había filtrado en la CNT, para conseguir de ella una lista de mercedes con la que poder comerciar con los temples de la burguesía y convertirse en representantes del pueblo. ¡Verdaderos chusqueros de clase!

Seguí tuvo una relación de circunstancias con Companys, y de una forma intermitente y concreta. Este anhelo transversal del programa televisivo de iniciar un proceso de beatificación de Salvador Seguí para su conversión al «fet nacional», carece de datos documentales, por muchas estampas patriotas, que gentes atemorizadas por la presión nacional, se empeñen en formalizar contra viento y marea como verdad absoluta.

El filósofo Diez, en un estado de embriaguez reflexiva, nos compara a Seguí, Companys y Layret, con los Beatles, una banda de rock. Eso sí, sin llegar al extremo comparativo que Almazora vierte sobre Escorza. El filósofo tiene poca delicadeza y trasmite la sensación, de no haber entendido más de lo que su logo es capaz de procesar.

Los relatores remarcan que el pistolerismo viene desde Madrid, con maleta incluida. Los que nos dedicamos a dormir la siesta en los archivos, comprendemos, sin embargo, que los papeles de los archivos nos dicen lo contrario. En estos papeles se lee que el tinglado, se gestó en la inmortal Catalunya de los francos.

Los hombres de orden del Principado en comunión con los legitimistas, y con los intereses de la Catalunya inmortal: aquella, «Catalunya será cristiana o no será», asociada a los objetivos de la burguesía nacional y con el domesticado mundo rural. Crearon una milicia nacional para acabar con el internacionalismo de los obreros catalanes, (tan bien organizados), fichando a golpe de talón a buenos matarifes del estamento policial, militar, y lo mejor de los bajos fondos, sin rubor ni remordimientos

Toda la etapa terrorista en la Catalunya de 1917-1923, fue obra de la sociedad civil catalana con la protección y diseño del espantajo feudal de Capitanía (la sociedad civil de entonces estaba compuesta de: amos, media burguesía y funcionarios de corte). La mayoría de la población estaba formada por los siervos de la gleba (obreros y lumpen) y un pequeño número de fervientes interesados (pequeña burguesía-pedilona).

El documental OMITE y le da la vuelta como si se tratase de un episodio de la guerra fría. Y coralmente corea «Yo omito, tu omites, el omite, nosotros omitimos…» Tratar a la mayoría de los obreros organizados de pistoleros, cuando estos obreros formaban grupos de protección o de autodefensa, denota que la risa es poco creativa entre los pudientes. Con esta sentencia palaciega: los buenos se parecían a una cofradía de salta balates.

El programa con un buen guion opaco, olvida a toda prisa OMITIR: ¿Qué es el sindicato Único? ¿Qué representa el federalismo en el sindicato Único? ¿Qué diferencias hay entre la organización anarcosindicalista y un sindicato vertical, marxista leninista de carácter nacionalista? ¿Y lo del congreso de Sans para cuando lo explicamos, para después del recreo?

En el transcurso del programa el discurso nacional católico, estuvo rondando como el mismo Espíritu Santo, para crear de la nada la Santísima Trinidad (Seguí, Companys y Layret), y desligarlo del anarcosindicalismo por el arte del más allá. Un intento trilero de seleccionar a Seguí, y encolarlo con un corte y pega con el dúo Calatrava (Companys, Layret.)

Las reflexiones de los entrevistados sobre la asamblea de la plaza torera de las Arenas barcelonesa, demuestran, que aparecen y desaparecen a gusto del consumidor. La mayoría tertuliana nos presenta la asamblea de la Arenas, como una demostración de que el reino de los cielos existe y que sus representantes en la tierra son capaces de iluminar los sesos de las masas, y que se trataba de un ejercicio de prestidigitación de Seguí, enfrente de una inerte asamblea, con algunos pitos festivos.

La lectura de los papeles, en los días de reflexión radiofónica, lleva a uno a enterarse que durante la huelga eléctrica: la F.L. Barcelona y sus asambleas, discutieron mucho sobre el tema.  Y que, en la asamblea de las Arenas, los acuerdos de las mayorías fueron defendidos por Seguí.

A los guionistas les cuesta mucho, afrontar las reflexiones narradas en los párrafos anteriores. Aunque creo que no produce el morbo afrodisíaco, que los productores televisivos se esperan. Y nos presentan la Asamblea de las Arenas como un casting de divos y divas con derecho al pataleo. Todo un acontecimiento televisivo.

Martínez Fiol en una demostración de su inmensa capacidad analítica, nos ilustra con pelos y señales un relato muy franco sobre el pistolerismo. Se posiciona con todos sus brebajes en posición de salida. Y con ropa limpia y por medio de la historia comparada, afirma desde la tribuna del saber que Barcelona y Chicago tenían en común el pistolerismo, como podía ser también las ganas de comer.

No nos ofrece ningún dato estadístico, documental… y OMITE, el asunto. En Chicago las autoridades tiraron de delitos económicos, para encarcelar a las bandas del crimen organizado. En Chicago la pelea era entre bandas por el control de los negocios turbios, muy diferente a lo que ocurría en Barcelona.

En la ciudad Condal y su Ager, el asunto era penal, con delitos de sangre… y paseos para liquidar a los militantes de la CNT, con el objetivo de encomendar a los lacayos del orden la desaparición del anarcosindicalismo. Para Llevar a cabo este trabajo, los estrategas del asunto se remitieron a la proliferación de bandas de sicarios organizadas por la patronal, como por el legitimismo de la Santa Madre Iglesia y la salvadora Capitanía.

Desde aquí recomiendo que se le otorgue alguna medalla al ilustre historiador, para que se la pueda colgar en su lustroso pecho de arcilla de las planicies del olvido. La de dinero que se llegó a pagar por asesinar a 650 obreros, en menos de seis años, en la ciudad de Barcelona y su Ager. Sindicatos de la CNT como el del Textil o el del Transporte, se espabilaron para organizar grupos de jóvenes militantes con ansias de vaciar sus ganas de pelea, en proteger a sus compañeros de fatigas. Sin este plan defensivo de la CNT, se hubieran contado por miles los asesinados por las fuerzas de la Federación Patronal, del legitimismo religioso y de los sablones de Capitanía.

La troupe de tertulianos, escogidos para el programa con la excepción de Dolores Marín, dan la talla de solicitantes de mercedes, en la mutualidad del reconocimiento y de la distinción medallera corporativista.

Para finalizar: ¿Los Comités Superiores, (catalán y estatal) como de los voceros orgánicos de la CGT, no se han dado por enterados de la emisión del programa? En el centenario del asesinato de Salvador Seguí, este comportamiento orgánico no se comprende. ¿Puedo creerme que tanto los responsables de los comités como de los voceros, no tengan ni idea sobre el tema?

Pero con tanto asesor capacitado parece ilógico que nadie se atreviera con el asunto. Dejar la figura de Salvador Seguí en manos de los diestros de TV3, no parece muy sensato. Como tampoco inhibirse y dejar para mejores tiempos, la obligación de dar una opinión orgánica al programa. Simplemente por necesidad memorística de la organización confederal.

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