Tanta Gente, Mariana

Sofia Castro Pereira

Maria Judite de Carvalho
Editorial Errata Naturae, 2021
Traducción – Regina López Muñoz

Maria Judite de Carvalho (1921-1998) fue una escritora portuguesa, considerada unánimemente una de las voces femeninas más importantes de la literatura portuguesa del siglo XX. Es autora de cuentos, novelas, crónicas, además de una obra de teatro y un libro de poesía. Trabajó para los periódicos Diário de Lisboa, Diário Popular, Diário de Notícias y O Jornal. Estuvo casada con Urbano Tavares Rodrigues (1923-2013), un escritor y crítico literario, miembro del Partido Comunista Portugués y fuerte opositor del régimen de Salazar. Vivió en Francia y Bélgica entre 1949 y 1955, antes de su debut literario, el resto de su vida lo pasó en la capital portuguesa.

«Flor discreta» de la literatura portuguesa, como la llamó Agustina Bessa-Luís, la obra de Maria Judite de Carvalho ha sido galardonada en varias ocasiones, en particular con el Gran Premio de Relato Corto Camilo Castelo Branco, el Premio de la Crítica de la Asociación Portuguesa de Críticos Literarios, el premio PEN Club Portugués de Novela y Premio Vergílio Ferreira. A pesar de ser una autora reconocida y premiada, Maria Judite se mantuvo alejada de la mirada mediática, no concedió entrevistas y su único propósito  fue dirigirse al público lector, ya sea con sus relatos o con una crónica que conservó durante muchos años en un periódico – Diário de Lisboa -, llamada «rectângulos da vida», que consideraba literatura de lo cotidiano.

Tanta gente, Mariana, fue el primer libro que publicó Maria Judite de Carvalho. Corría el año 1959, una época en la que las mujeres tenían poca presencia y visibilidad pública en Portugal. Así dictaban las reglas del régimen de Salazar, el Estado Novo, una dictadura que, entre otras cosas, buscaba invisibilizar a las mujeres, relegándolas al rol de «amas de casa», las cuidadoras del hogar y de los hijos.

Tanta gente, Mariana es un libro que reúne ochos relatos (el primero que da título a la obra puede considerarse una novela). En mi opinión, en este libro encontramos formulado lo que se convertirá en el hilo conductor de toda su obra: «- Tú también lo has entendido – dijo suavemente -. Tú también lo has entendido. Hay gente que vive setenta u ochenta años, más incluso, sin darse cuenta jamás. Y tú, con quince… Todos estamos solos, Mariana. Solos con mucha gente alrededor. ¡Tanta gente, Mariana! Y nadie va a hacer nada por nosotros. Nadie puede. Nadie querría, aunque pudiera. No hay esperanza» (p.15).

Maria Judite de Carvalho inaugura una escritura íntima, sin excesos estilísticos. En común, una soledad extrema proyectada por sus personajes, que de alguna manera permea todas las historias, en el que las mujeres son casi siempre las protagonistas. La tristeza se manifiesta en la presencia constante del silencio y sobre todo la ausencia de diálogo. 

Maria Judite de Carvalho no hace críticas directas ni hace juicios de valor. La autora cuenta una historia y, en cierto modo, obliga al lector a reflexionar sobre la naturaleza humana, sobre la incomunicabilidad del «yo». nos hace conscientes de lo que podríamos llamar «desadaptación existencial».

En cierto modo, Maria Judite de Carvalho se limita a insinuar (quizás sugerir) otras posibilidades. Pese a ello, en algunos momentos, en su escritura está presente una crítica más directa a los roles de género establecidos en la sociedad conservadora que marca el momento histórico en el que escribe su obra: «Detesto las buenas amas de casa. Si son pobres, se matan a trabajar, si son acomodadas o ricas contratan a una o más personas para que se maten en su lugar. Sea como sea, son esclavas del trabajo o de la supervisión de otras esclavas a sus órdenes. La vida pasa allá afuera, los maridos y los hijos la viven, a fondo, y mientras tanto las amas de casa fregando, limpiando, sacando el brillo a la plata. O viendo cómo hacen las otras» (p.54).

A través de la lectura de sus historias accedemos a mujeres y hombres solitarios, con caminos no tradicionales, lo cual, teniendo en cuenta el régimen político vigente que impulsó un modelo de sociedad con roles muy definidos para mujeres y hombres, fue extraordinario que este libro no fuese  censurado. Quizás esto también diga mucho sobre el propio censor, que no consideraba «peligrosas» las palabras de una mujer.

Son historias que se organizan en torno de individuos desvaídos que abordan la vida desde la tristeza, la pesadumbre y el silencio. Sin embargo, lo que en mi opinión hace excepcional esta obra es el hecho de que Maria Judite de Carvalho crea personajes ahistóricos, es decir, sus protagonistas son personas que podrían vivir en cualquier época y en muchos otros lugares. Cada uno de sus relatos nos presenta distintas formas de escribir sobre la soledad y sobre la incomunicabilidad radical a la que, en su opinión, estamos sujetos los seres humanos.

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